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El motivo real por el que la pasta engorda más en España que en Italia

Uno de los errores más comunes al cocer pasta es no utilizar suficiente agua

Receta de Espaguetis con ternera y salsa de vino tinto

Pasta con salsa de coco y tomates secos

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Los orígenes de la pasta son inciertos, aunque los registros sugieren que en Asia, específicamente en la antigua China, ya existían preparaciones similares a los fideos, elaboradas con mijo, mucho antes de que los italianos comenzaran a hacer pasta de trigo. La teoría más extendida menciona a Marco Polo como el responsable de traer la pasta de China a Europa.  En Sicilia, bajo dominio árabe, el geógrafo Al-Idrisi documentó en el siglo XII la existencia de molinos que producían pasta en grandes cantidades. Además, se sabe que en la Antigua Grecia y en el Imperio Romano ya se consumían masas de harina con salsa.

En el siglo XVI, el cocinero Bartolomeo Scappi documentó diversas recetas de pasta, y con el tiempo, este alimento se convirtió en parte esencial de la cocina italiana, especialmente en el sur del país. La industrialización de la producción de pasta se desarrolló en el siglo XIX, y en la actualidad, la pasta es un alimento presente en todo el mundo

La curiosa razón por la que la pasta engorda más en España

La diferencia en la forma en que se percibe la pasta en España y en Italia, especialmente en términos de ganancia de peso, se debe en gran medida al almidón, un carbohidrato complejo compuesto por amilosa y amilopectina. Este nutriente proporciona una considerable cantidad de energía al organismo, pero su digestibilidad puede variar según la manera en que se prepara la pasta.

Se recomienda cocinar la pasta «al dente», es decir, dejarla ligeramente menos cocida. Esta técnica evita que el almidón se gelifique por completo, lo que a su vez ralentiza su digestión. Cuando el almidón no se descompone rápidamente, el cuerpo tarda más tiempo en extraer la energía, lo que puede ser beneficioso tanto para quienes están a dieta como para quienes buscan mantener un equilibrio energético.

Cocinar la pasta «al dente» permite que los azúcares se liberen de manera más gradual, lo que resulta en una mayor sensación de saciedad y ayuda a prevenir la acumulación de grasa en el organismo. Además, esta forma de cocción minimiza la sensación de pesadez y somnolencia después de las comidas.

El aumento de insulina en el cuerpo se relaciona con la rápida absorción de almidón. Por lo tanto, consumir pasta con un punto de cocción inferior puede beneficiar la digestión y ayudar a controlar los picos de insulina, lo que también es relevante para personas con diabetes que deben gestionar sus niveles de azúcar en sangre, según explica el nutricionista Gerardo Marrero (@soygerardomarrero) en TikTok.

Cómo dejar la pasta ‘al dente’

Para conseguir este punto de cocción óptimo, se deben seguir ciertos pasos.

En primer lugar, es esencial seleccionar una pasta de calidad, preferentemente de trigo duro, ya que su alto contenido de proteínas y gluten ayuda a mantener la forma durante la cocción.

El siguiente paso implica hervir suficiente agua en una cazuela grande, utilizando aproximadamente 1 litro por cada 100 gramos de pasta. Es importante añadir sal al agua antes de que hierva, lo que sazona y mejora la textura de la pasta.

Una vez que el agua esté hirviendo, se añade la pasta y se revuelve para evitar que se pegue. Es crucial seguir el tiempo de cocción indicado en el paquete de la pasta, restando un minuto para comprobar si está «al dente».

Para verificar, se puede sacar un poco y comprobar que esté cocido por fuera y firme en el centro. Si la pasta está blanda, necesitará más cocción. Es importante recordar que la pasta continuará cocinándose después de escurrirla, así que es preferible retirarla un poco antes de que esté completamente lista.

Una vez escurrida, la pasta se debe mezclar con la salsa caliente. Por último, servir la pasta inmediatamente garantiza que conserve su textura ideal. Cocinarla «al dente» no sólo mejora el sabor, sino que también potencia sus beneficios nutricionales.

Errores a evitar

Cocinar pasta puede parecer una tarea sencilla, pero a menudo se cometen errores que afectan su calidad. Uno de los más comunes es no utilizar suficiente agua; es esencial emplear al menos 1 litro por cada 100 gramos de pasta para evitar que se pegue. Además, es fundamental salar el agua antes de hervir, ya que esto realza el sabor del plato. Cocinar la pasta durante demasiado tiempo también es un error frecuente; es recomendable probarla un minuto antes de que finalice el tiempo indicado en el paquete para obtener una textura «al dente».

Otro error es enjuagar la pasta después de cocerla, lo que elimina el almidón necesario para que las salsas se adhieran. Es aconsejable reservar un poco del agua de cocción para espesar las salsas. Además, cocinar la pasta y la salsa por separado puede resultar en una mala combinación de sabores; lo ideal es mezclar ambos ingredientes directamente. Finalmente, usar el tipo de pasta incorrecto para una salsa específica puede afectar el resultado final.