La forma correcta de lavar los tomates para eliminar los restos de pesticidas sin dañar su piel
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El tomate es uno de los productos más consumidos en la dieta diaria y se utiliza tanto en recetas crudas como cocinadas. Ya sea en ensaladas, salsas o guarniciones, forma parte esencial de la alimentación. Es muy importante lavar los tomates, porque más allá de que luzcan limpios, como los lineales del supermercado, esto no garantiza que estén libres de residuos no deseados.
Durante su cultivo y recolección, el tomate puede entrar en contacto con tierra, bacterias o pesticidas. Su piel fina y comestible lo convierte en un alimento más propenso a retener trazas de productos químicos utilizados en su producción. A continuación, cómo lavar los tomates de manera segura.
La forma correcta de lavar los tomates
La práctica más segura y recomendada por autoridades sanitarias como la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos) es el lavado con agua corriente.
No se debe utilizar jabón ni detergentes domésticos, ya que la piel del tomate puede absorber estos productos, lo que representa un riesgo para la salud.
A continuación, estos son los pasos para un correcto lavado con agua:
- Lavar las manos con agua y jabón antes de manipular los tomates.
- Colocar los tomates bajo el chorro de agua fría.
- Frotar suavemente la superficie con las manos limpias.
- Secar con un paño limpio o papel absorbente.
Este método elimina una parte significativa de residuos superficiales, tanto de suciedad como de pesticidas.
Entre las alternativas de lavado, se encuentra el uso de bicarbonato de sodio. Un estudio de la Universidad de Massachusetts publicado en 2017 concluyó que una solución de bicarbonato sódico es más eficaz que el agua corriente para eliminar residuos de pesticidas en la superficie de frutas como las manzanas.
Esta solución también puede aplicarse al lavar los tomates. Así, es como se realiza esta solución:
- Mezclar una cucharadita de bicarbonato de sodio por cada dos tazas de agua.
- Sumergir los tomates durante 12 a 15 minutos.
- Aclarar con agua corriente y secar adecuadamente.
Esta técnica puede emplearse como alternativa ocasional cuando se desee una limpieza más exhaustiva.
Por último, también se pueden emplear productos comerciales de lavado. En el mercado existen soluciones especializadas para la limpieza de frutas y hortalizas. Sin embargo, su eficacia no siempre está respaldada por estudios concluyentes. Por ello, su uso debe considerarse complementario y no sustitutivo del lavado básico con agua.
¿Por qué es importante lavar los tomates?
Aunque no pertenezcan a la categoría de hortalizas visiblemente sucias como las patatas o las zanahorias, los tomates también pueden contener restos de tierra o polvo. Estos residuos, aunque mínimos, pueden mezclarse con la piel o introducirse en cortes o pequeñas fisuras.
A esto se suman los pesticidas. Su uso está regulado por las autoridades sanitarias, y los niveles en productos a la venta se mantienen generalmente dentro de los límites legales. Aun así, su presencia no es inexistente.
Algunos informes, como los elaborados por el Environmental Working Group, han incluido en años anteriores al tomate en la lista de frutas y verduras con mayor carga de pesticidas, conocida como «Dirty Dozen» (la docena sucia).
Aunque no todos los residuos son visibles, los expertos en seguridad alimentaria coinciden en que es imprescindible adoptar un método de limpieza eficaz antes del consumo.
Errores comunes al higienizar tomates y cómo conservarlos correctamente
Al higienizar esta fruta, no se deben cometer los siguientes errores:
- Sumergir los tomates en fregaderos sucios: pueden contener bacterias.
- Utilizar productos químicos domésticos: como lavavajillas o lejía.
- Frotar con estropajos agresivos: puede dañar la piel del tomate.
- Manipular con manos sucias: se incrementa el riesgo de contaminación.
Una vez lavados, los tomates deben secarse completamente para evitar la proliferación de bacterias por humedad. Si no se van a consumir inmediatamente, conviene guardarlos en el frigorífico, especialmente si ya están maduros.
Para concluir, estos son algunas recomendaciones de conservación:
- Tomates enteros y sin lavar: conservar a temperatura ambiente, fuera de la luz solar directa.
- Tomates lavados y partidos: guardar en la nevera en recipientes herméticos y consumir en un plazo de tres días.
- Desechar tomates con cortes, golpes o signos de deterioro.
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