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Estos son los trucos definitivos para que no se te mueran las plantas

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Mantener en buen estado las plantas de interior requiere atención y cuidado constantes. Aunque muchas veces estos cuidados son simples, es común cometer errores que pueden llevar a que las hojas se vuelvan amarillas, se sequen y finalmente se caigan. Si deseas evitar que tus plantas de casa se mueran, es importante comprender las razones detrás de este problema y aprender cómo prevenirlo.

Los expertos han identificado una serie de motivos comunes que pueden contribuir a que las plantas de interior se sequen y mueran dentro de una vivienda. Entre estos factores se encuentran la falta de riego, el exceso de riego, la ubicación inadecuada, las condiciones de temperatura o ambiente desfavorables, así como la exposición a fuentes de calor o corrientes de aire.

Cada especie tiene sus propias necesidades y requisitos específicos en cuanto a cuidados. Sin embargo, hay aspectos comunes que debes considerar para mantener las plantas saludables y en óptimas condiciones. A continuación, te presentamos una serie de consejos que pueden ayudarte a lograrlo.

Los mejores trucos para que no se mueran las plantas

Antes de elegir un lugar para tus plantas, es importante considerar la cantidad de luz que necesitan. Un factor clave para su salud y desarrollo es la exposición adecuada a la luz solar. Por ello, es recomendable seleccionar un lugar que les proporcione la cantidad de luz óptima según sus necesidades específicas.

Cuando no estés seguro de si una planta requiere luz solar directa o sombra, una estrategia efectiva es proporcionarle luz abundante e indirecta. Algunas plantas pueden sufrir daños por la exposición directa al sol, mientras que otras no prosperan en ambientes demasiado oscuros. Para resolver esta incertidumbre:

Aunque comúnmente se piensa que las plantas solo necesitan sol y agua para sobrevivir, en realidad requieren nutrientes para mantenerse saludables. Se recomienda aplicar fertilizante cada 15 días durante estos meses. Para garantizar un cultivo más natural y respetuoso con el medio ambiente, es preferible utilizar fertilizantes orgánicos y ecológicos, como el humus de lombriz.

Cuando observes hojas o flores marchitas en tus plantas, o tallos que luzcan ennegrecidos y poco saludables, es momento de tomar acción. Para ello, busca las tijeras más afiladas que tengas a mano y asegúrate de desinfectar el filo adecuadamente. Luego, procede a podar o retirar cualquier parte de la planta que presente signos de deterioro.

Finalmente, es fundamental revisar regularmente la plantas para detectar la presencia de insectos o de hongos que puedan estar dañándolas. Si notas algún problema, puedes recurrir a un remedio casero para combatirlo.

Por ejemplo, puedes preparar un insecticida natural a base de dientes de ajo. Para ello, hierve los dientes de ajo en un litro de agua. Una vez que la infusión se haya enfriado, diluye 250 ml de esta mezcla en un litro de agua fría. Luego, vierte la solución en un rociador y aplícala sobre las hojas y el sustrato de las plantas cada 15 días. Es importante secar las hojas después de la aplicación con la ayuda de un paño.

Riego

Uno de los métodos más efectivos es verter el agua en el plato debajo de la maceta, en lugar de regar directamente la tierra. Este truco es ideal para plantas con hojas y tallos sensibles a la humedad. Además, ayuda a asegurar que las raíces reciban la cantidad adecuada de agua.

Otra alternativa al riego convencional es el riego por goteo, especialmente en regiones con escasez de agua donde es necesario optimizar su uso. Es importante recordar que el momento adecuado para regar es crucial para el bienestar de las plantas. Evita regar bajo la luz directa del sol y opta por hacerlo temprano por la mañana o por la noche, cuando tanto la planta como el suelo están más frescos.

En cuanto a la calidad del agua, en áreas donde el agua del grifo contiene altos niveles de cal, es conveniente utilizar agua filtrada o de lluvia almacenada. También puedes dejar reposar el agua del grifo durante unas horas para que la cal se evapore antes de regar tus plantas.

Por último, es fundamental controlar la humedad del suelo. Aunque es importante mantener la tierra húmeda, evita el riego excesivo, ya que puede dificultar la respiración de las raíces y favorecer el crecimiento de hongos y bacterias. Verifica la humedad del suelo introduciendo un dedo en la tierra: si está seca, es momento de regar.