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La estafa de la ‘tarjeta blanca’ que afecta a estos supermercados: despídete de tu dinero

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

En los últimos años, la tecnología ha transformado completamente nuestra vida cotidiana. Sin embargo, esta revolución digital también ha abierto la puerta a nuevas formas de fraude que ponen en riesgo nuestra seguridad financiera. Aunque muchas veces pensamos que el peligro sólo está en Internet, la realidad es que las estafas han avanzado hasta afectar incluso el momento en que pagamos en el supermercado. Una de las técnicas más recientes y preocupantes se conoce como la estafa de la «tarjeta blanca», un método muy sofisticado que permite a los delincuentes clonar la información bancaria directamente desde el lector de tarjetas.

Se trata de un fraude basado en la clonación de tarjetas bancarias mediante unos dispositivos llamados skimmers. Los delincuentes colocan estos aparatos de forma clandestina en los lectores de tarjetas de los supermercados para robar la información almacenada en la banda magnética o en el chip de la tarjeta cuando un cliente realiza una compra. Los datos recopilados incluyen el número de la tarjeta, la fecha de vencimiento y el código de seguridad; es decir toda la información necesaria para replicar la tarjeta y realizar compras fraudulentas.

La estafa de la ‘tarjeta blanca’

Una vez obtenida esta información, los delincuentes usan los datos para crear una «tarjeta blanca», es decir, una tarjeta clonada que pueden utilizar para sacar dinero o hacer compras. Esto genera un grave perjuicio para las víctimas, que muchas veces no detectan el fraude hasta que ven movimientos extraños en sus cuentas bancarias.

El caso más relevante y documentado de este tipo de fraude se ha dado en Italia, donde la policía ha alertado sobre un aumento considerable en los casos de clonación de tarjetas en supermercados. Según los informes, el número de denuncias se ha duplicado en apenas un año.

Además de instalar skimmers en los lectores de tarjetas de supermercados, los delincuentes también han extendido esta técnica a los cajeros automáticos. En estos dispositivos, colocan aparatos similares que copian la información de las tarjetas cuando los

usuarios realizan retiradas de efectivo o consultas de saldo. Normalmente, están acompañados de una pequeña cámara oculta que registra el código PIN mientras se teclea, lo que permite a los estafadores obtener toda la información necesaria para clonar la tarjeta y acceder a la cuenta bancaria de la víctima.

Por eso, es fundamental estar atento a cualquier elemento extraño en el cajero, cubrir siempre el teclado al introducir el PIN y elegir cajeros ubicados en lugares seguros y bien iluminados para reducir el riesgo de fraude.

Cómo protegerse

Antes de usar el lector de tarjetas, observa si hay algo extraño o que no encaje bien, como piezas sueltas, pegatinas adicionales o modificaciones evidentes. Por otro lado, siempre que sea posible, opta por pagos sin contacto (contactless) o aplicaciones móviles, que suelen ofrecer mayor seguridad al no transmitir información completa de la tarjeta.

Asimismo, consulta regularmente los movimientos bancarios. Revisa con frecuencia los extractos y notificaciones de tu cuenta para detectar cargos sospechosos o desconocidos. En caso de detectar anomalías, contacta inmediatamente con tu banco. Finalmente, ten a mano el teléfono de contacto de tu entidad financiera; en caso de emergencia, disponer de un canal rápido para bloquear la tarjeta o reportar fraudes es fundamental para limitar daños.

Cómo identificar el phishing 

La estafa de la «tarjeta blanca» suele ir acompañada de de técnicas de phishing, donde los delincuentes se hacen pasar por empresas reconocidas para obtener datos personales y bancarios.

Se trata de una técnica en la que los estafadores envían correos, mensajes o llamadas que simulan ser de marcas o servicios oficiales, como supermercados o bancos, con la intención de engañar al usuario para que facilite sus datos personales o bancarios.

En este contexto, pueden llegar mensajes que prometen descuentos, premios o promociones exclusivas en cadenas conocidas como Mercadona, Carrefour o Lidl. Sin embargo, si no eres cliente habitual de ese supermercado o no estás suscrito a sus comunicaciones, es mejor desconfiar.

Para evitar caer en estas trampas, revisa cuidadosamente los correos: observa el remitente, evita descargar archivos adjuntos sospechosos y nunca facilites contraseñas o números de tarjeta a través de enlaces en mensajes.

Para combatir la creciente amenaza de la estafa de la «tarjeta blanca», las autoridades europeas han reforzado la vigilancia y colaboran estrechamente con empresas tecnológicas para detectar y eliminar dispositivos skimmers. Esta cooperación internacional es esencial para desmantelar las redes de delincuentes que operan a nivel transnacional. Por su parte, los supermercados y comercios están invirtiendo en tecnología anti-skimming, formando a su personal y mejorando la seguridad de sus terminales de pago para proteger a los clientes.

La información y la prevención son fundamentales para reducir el riesgo de fraude. Estar atentos, revisar periódicamente los movimientos bancarios y utilizar métodos de pago seguros pueden marcar la diferencia. Así, es posible protegerse y minimizar las posibilidades de ser víctima de estas estafas cada vez más sofisticadas.