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Esta es la sorprendente razón por la que todo el mundo echa vinagre al cocer los huevos

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Los huevos son uno de los alimentos más saludables que existen, los cuales aportan multitud de beneficios al organismo gracias a su alto valor nutricional. Cocer los huevos es la mejor forma de consumirlos para ganar músculo y reducir los niveles de colesterol, y existe un truco muy sencillo para evitar que se rompan. Para ponerlo en práctica, solo necesitas un ingrediente que seguro tienes en la cocina: el vinagre.

El mejor truco para cocer los huevos

Parece que cocer los huevos es algo muy sencillo. Y realmente así es, pero hay que reconocer que se rompen con mucha facilidad. Por suerte, el vinagre soluciona este problema al acelerar la coagulación de las proteínas del huevo y sellar la cáscara con su propio contenido. De esta manera, el huevo no se ablandará ni la clara se escapará por las grietas de la cáscara. Por el sabor no tenemos que preocuparnos porque el vinagre no lo cambia en absoluto.

Si utilizamos un litro de agua para cocer los huevos, la cantidad de vinagre que debemos añadir a la cacerola son 20 mililitros. Para que quede perfecto, el tiempo óptimo de cocción es de 11-12 minutos. Una vez cocinados, los metemos un minuto en un bol con agua fría y varios cubitos de hielo. Esto nos ayudará a pelarlos bien sin ningún esfuerzo.

También podemos probar con el truco más viral para pelar huevos cocidos, aunque solo es apto si lo vamos a comer nosotros mismos porque no es demasiado higiénico. Se trata de, una vez cocido, retirar un pequeño trozo de cáscara en cada extremo y soplar con mucha fuerza. ¡La cáscara sale disparada sin que tengamos que hacer nada más!

¿Cómo evitar que lo huevos cocidos se agrieten?

Además de añadir vinagre al agua de la cocción, hay otros consejos que debemos tener en cuenta. Los cocineros recomiendan que los huevos estén a temperatura ambiente. Para ello, debemos sacarlos de la nevera durante media hora y dejar que reposen en la encimera de la cocina.

Lo más importante de todo es cocerlos a fuego bajo. Reducimos la temperatura del fuego mientras colocamos con cuidado los huevos en agua caliente. El agua no tiene que burbujear ni hervir porque, de lo contrario, los huevos rebotarán y lo más probable es que se rompan.

A esto hay que sumar que los huevos deben tener espacio suficiente dentro de la cacerola, para que no se toquen entre ellos ni se apilen unos sobre otros.