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La Dubrovnik española existe: la impresionante ciudad que está cerca de Valencia deja sin habla a los turistas

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Dubrovnik está considerada una de las ciudades más bonitas de Europa, y ahora tú tienes la oportunidad de «disfrutar de ella» sin salir de España. Y es que, en la provincia de Castellón hay una localidad con una apariencia muy similar. Una joya para los amantes de la cultura y la historia, que además alberga unas playas de ensueño y ofrece una gastronomía exquisita. Sin lugar a dudas, un destino estupendo para las vacaciones de verano.

El encanto de Peñíscola

Se trata de Peñíscola, que puede presumir de tener uno de los cascos antiguos mejor conservados del territorio nacional. Las estrechas calles empedradas tienen una atmósfera mágica e invitan a perderse en ellas. Por su parte, el casco antiguo de Dubrovnik, declarado Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. También está lleno de calles empedradas, palacios renacentistas e iglesias históricas.

Si por algo son bien conocidas ambas localidades es por sus impresionantes fortalezas costeras, que en la antigüedad jugaron un papel clave en la defensa de los territorios. El principal atractivo turístico de Dubrovnik son las murallas de la ciudad, que rodean todo el casco antiguo y ofrecen unas vistas increíbles del Mar Adriático. Asimismo, el Castillo de Peñíscola se alza sobre un promontorio rocoso a orillas del mar Mediterráneo.

Otra coincidencia es que ambas ciudades han sido el escenario de películas y series de gran fama mundial. Dubrovnik acogió el rodaje de ‘Juego de Tronos’, donde representó a King’s Landing, la capital de los Siete Reinos. En Peñíscola también se han rodado algunas producciones, como ‘El Cid’, ‘Fin’ o ‘El Chiringuito de Pepe’.

Lugares de interés

Uno de los mejores planes que hacer en Peñíscola es entrar en el Castillo de Papa Luna. Fue construido a finales del siglo XIII por los Templarios sobre los restos de una antigua alcazaba árabe, aunque en 1411 se reformó para acoger la sede pontificia de Benedicto XIII, conocido como Papa Luna, de ahí su nombre. El interior es impresionante, con espacios como el Salón Gótico o el Patio de Armas.

Muy cerca del castillo se encuentra el Faro de Peñíscola, una torre octogonal blanca de 11 metros de altura que se inauguró en 1889. La Casa de las Conchas es otro de los lugares que no puedes perderte. Situada en el casco antiguo, la fachada está completamente cubierta de conchas.

Para conocer de primera mano la historia marinera del pueblo y sus gentes, la visita al Museo del Mar merece mucho la pena. Alberga numerosos objetos, como ánforas, cascos de bronce, fotografías, grabados y dibujos.