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¿Cómo se hace la cerveza sin alcohol?

España es uno de los países a nivel internacional donde más ha penetrado la cerveza sin alcohol. Esta variante de una de las bebidas alcohólicas más difundidas alrededor del mundo parece encantarnos, incluso cuando pocos saben cómo se hace la cerveza sin alcohol, y que de hecho se trata de un producto que tiene un mínimo porcentaje de alcohol en su composición.

El caso es que, entre aquellos que apuestan por un estilo de vida más saludable, reduciendo el consumo de alcohol, y los que temen por los controles de alcoholemia y las multas, estas cervezas han conseguido hacerse un interesante hueco en el mercado, aumentando las consultas acerca de su origen y el proceso que permite que disfrutemos de ellas sin miedo.

¿Cuánto alcohol tiene la cerveza sin alcohol?

Ya sabes que no existe realmente cerveza sin alcohol, sino que hay un establecimiento legal para denominar así a todas aquellas que posean menos de un 1% de alcohol en su elaboración.

Dicho esto, podemos diferenciar entre las cervezas “Sin alcohol”, como se denomina a las que tienen entre 0,4% y 1%, y las cervezas “0,0%”, que cuentan con menos de ese 0.4% de alcohol.

¿Cómo se produce la cerveza sin alcohol?

Al igual que respecto de su clasificación a la hora de distribuirlas, podemos diferenciar las cervezas sin de acuerdo con el procedimiento mediante el cual se obtiene esta preparación final.

Algunas se elaboran del mismo modo que las normales, y una vez listas se les quita casi todo el alcohol mediante la destilación, la centrifugación o la diálisis. Mientras tanto, otras son impedidas de generar alcohol durante su elaboración, midiendo al detalle el tiempo y la temperatura, limitando la aparición de este componente.

Hecha esa aclaración, el resto de la cadena no se diferencia demasiado, ya que primero se almacena el lúpulo en frío junto a la cebada que vaya a utilizarse ya como malta. La Pilsen es la más común. A continuación se muele el cereal, esa malta de cebada, hasta convertirla en harina.

El siguiente paso tiene que ver con la cocción en grandes tanques de agua, donde surge el mosto, que será manipulado permitiendo o no esa aparición del alcohol según sea el caso.

Al entrar en ebullición se añade el lúpulo, y se deja enfriar el mosto antes de ponerlo a fermentar. Para ello, se le agrega levadura y azúcares si hicieran falta, y se controla la fermentación con frío.