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7 frases de Salvador Dalí en el día de su nacimiento

Un 11 de mayo de 1904 nace el pintor, escultor, escritor, cineasta y diseñador Salvador Dalí. Fue un polifacético y excéntrico artista que vivió tiempo en París y que sorprendió por el surrealismo de sus obras. Le recodamos con las frases de Salvador Dalí en el día de su nacimiento.

Realizó cantidad de obras que pueden verse en diversos museos del mundo y especialmente en el propio, ubicado en Figueres, Girona, y que recibe la visita de miles de personas cada año.

Hoy, el gusto por el defecto es tal que sólo parecen geniales las imperfecciones y sobre todo la fealdad. Cuando una Venus se parece a un sapo, los pseudoestetas contemporáneos exclaman: ¡Es fuerte, es humano!

El payaso no soy yo, sino esa sociedad tan monstruosamente cínica e inconscientemente ingenua que interpreta un papel de seria para disfrazar su locura. Descubre las frases de Salvador Dalí en el día de su nacimiento.

El verdadero pintor es aquel que es capaz de pintar escenas extraordinarias en medio de un desierto vacío. El verdadero pintor es aquel que es capaz de pintar pacientemente una pera rodeado de los tumultos de la historia.

A los seis años quería ser cocinero. A los siete quería ser Napoleón. Mi ambición no ha hecho más que crecer; ahora sólo quiero ser Salvador Dalí y nada más. Por otra parte, esto es muy difícil, ya que, a medida que me acerco a Salvador Dalí, él se aleja de mí.

Sin una audiencia, sin la presencia de espectadores, estas joyas no alcanzarían la función para la cual fueron creadas. El espectador, por tanto, es el artista final. Su vista, corazón, mente—con una mayor o menor capacidad para entender la intención del creador—da vida a las joyas.

Es evidente que existen otros mundos, eso seguro; pero, como ya he dicho muchas veces, esos otros mundos están en el nuestro, residen en la tierra y precisamente en el centro de la cúpula del Museo Dalí, donde está todo el nuevo mundo insospechado y alucinante del surrealismo.

El erotismo, las drogas alucinógenas, la ciencia nuclear, la arquitectura gótica de Gaudí, mi amor por el oro… hay un denominador común en todo eso: Dios está presente en todo. La misma magia está en el corazón de todas las cosas, y todos los caminos conducen a la misma revelación: somos los hijos de Dios, y todo el universo tiende hacia la perfección de la humanidad.