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Muere Álvaro Domecq Romero, referente del rejoneo, a los 85 años

Además de su faceta como rejoneador, Romero también destacó como ganadero

  • Rafael Sánchez
  • Redactor de Nacional de OKDIARIO. Graduado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. rafael.sanchez@okdiario.com

Álvaro Domecq Romero, reconocido rejoneador y ganadero de Torrestrella, ha muerto en la madrugada de este martes a los 85 años. Nacido en Jerez de la Frontera el 8 de abril de 1940, era hijo del también rejoneador y ganadero Álvaro Domecq Díez y miembro de una de las familias más emblemáticas de Jerez, Domecq Romero se convirtió en una figura clave del mundo del rejoneo. Además de su destacada trayectoria como rejoneador y ganadero, fue fundador de la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre, institución que consolidó su legado en la doma y el arte ecuestre andaluz.

Desde muy joven, Romero estuvo estrechamente ligado al campo y a los caballos. Debutó como rejoneador el 13 de septiembre de 1959, en la plaza de Ronda, y sus habilidades sobre la montura lo convirtieron rápidamente en una figura destacada del rejoneo. Su carrera se extendió por más de dos décadas hasta su retirada, el 12 de octubre de 1985, en una emotiva despedida en la plaza de su ciudad natal.

Como ganadero, Domecq Romero se hizo cargo del hierro Torrestrella, una de las ganaderías más emblemáticas en el mundo taurino, con ganado criado en la finca Los Alburejos. Este hierro se consolidó bajo su dirección, manteniendo un encaste muy valorado. Además, su gestión fue fundamental para preservar las tradiciones de cría y selección de reses bravas.

El legado más destacado de Romero ha sido la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre (REAAE), institución que fundó para preservar, difundir y profesionalizar la doma clásica y la tradición ecuestre andaluza. Su espectáculo más conocido, Cómo bailan los caballos andaluces, se ha convertido en un emblema internacional del arte ecuestre, mostrando la perfecta armonía entre jinete y caballo.

A lo largo de su vida, Domecq Romero recibió numerosas distinciones, que incluyen:

Álvaro Domecq Romero deja un legado que trasciende lo deportivo o empresarial. Su vida fue una constante dedicación al arte ecuestre, al rejoneo y a la cultura andaluza, que ha inspirado a generaciones de jinetes, ganaderos y aficionados.