Cultura
Exposición en Madrid

Alice Austen, la fotógrafa americana que partió en dos la rígida moral victoriana

Alice Austen llegó a hacer a lo largo de su vida unas 8.000 fotografías, como las de su contexto familiar, sus viajes o sus imágenes de carácter más documental de la realidad social y la población migrante de Nueva York durante el cambio de siglo.

Alice Austen, la transgresora fotógrafa homosexual que perdió toda su fortuna en el ‘crack’ de 1929

El Museo del Romanticismo se suma a la Sección Oficial de la nueva edición del Festival PHotoESPAÑA presentando la exposición ‘Alice Austen. Deshacer el género’, con la que acercarse a la faceta más personal de la fotógrafa, que logró alejarse de los cánones establecidos para la mujer en la rígida sociedad victoriana de finales del siglo XIX.

Elizabeth Alice Austen (1866-1952) se inició en la fotografía en el ámbito familiar, siendo adolescente, gracias a la cámara que su tío Oswald Muller trajo de Alemania. Otro de sus tíos, Peter Townsend Austen, le enseñaría los procesos de revelado. Alice Austen llegó a hacer a lo largo de su vida unas 8.000 fotografías, como las de su contexto familiar, sus viajes o sus imágenes de carácter más documental de la realidad social y la población migrante de Nueva York durante el cambio de siglo.

No obstante, esta exposición se centra en sus obras de carácter más cercano e íntimo, especialmente aquellas que presentan a mujeres que, como ella, lograron vivir al margen de algunas de las barreras sociales asociadas a su género. La muestra —que puede visitarse en la sala de exposiciones temporales del Museo y ha sido comisariada por Maíra Villela— se centra en esta dimensión más privada a través de las fotografías de su círculo social de posición acomodada.

Alice Austen. Daisy Elliott with a bycicle, hacia 1895. Collection of Historic Richmond Town

Una primera sección nos presenta el que fue su hogar, Clear Comfort, la casa de campo victoriana de sus abuelos en Staten Island. En este contexto desarrolló acciones performativas con sus amigas, retratando de forma explícita y avanzada las relaciones entre mujeres y el ambiente de libertad que generaron.

Cabe destacar aquí las fotografías en las que aparecen vestidas de hombres, o bien luciendo máscaras y fumando, o la del llamado Darned Club. En este sentido, Alice también retrató con su cámara a su pareja, Gertrude Tate, con la que mantuvo una relación de más de cinco décadas, tres de las cuales vivirían juntas en Clear Comfort hasta que, a raíz de los problemas económicos sufridos tras el crack del 29, tuvieron que abandonar la casa en 1945, entregando Alice su archivo a la Staten Island Historical Society.

‘The Darned Club’ / Foto. Alice Austen Foto. Alice Austen / Cortesía de Staten Island Historical Society

Tras este suceso, desgraciadamente, la oposición de la familia de Gertrude impidió que continuasen conviviendo y mientras esta se marchó con su familia, Alice acabó viviendo en una residencia de la beneficencia. Será en 1951, tras el redescubrimiento de Austen por Olivier Jensen, cuando su situación mejore, pudiéndose financiar una residencia para la fotógrafa, que fallecería un año después.

A día de hoy, el deseo de que Gertrude y Alice descansasen juntas no se ha cumplido. Por su parte, la que fuese su vivienda, Clear Comfort, actualmente acoge la Alice Austen House —museo con el que se ha colaborado para la exposición—, lugar de referencia de la historia LGTBQ en Estados Unidos.

El interés de Austen por la práctica deportiva femenina se visibiliza en gran parte de la muestra. En este sentido, en la segunda sección, su amiga Delia Marie Elliott protagoniza algunas imágenes, rodeada de aparatos gimnásticos. Conocida como Daisy Elliot, dirigió el gimnasio Berkeley Ladies Athletic Club, en Manhattan, que permitía a las mujeres hacer uso de instalaciones deportivas, lo que supuso toda una novedad en la época. Alice Austen también dominó el tenis, deporte reflejado en algunas de las fotografías expuestas.

La tercera sección se centra en el libro ‘Bicycling for Ladies’, publicado en 1896 por Maria E. Ward, apodada Violet, que además de instruir en el uso de la bicicleta abordaba temas como su mecánica y mantenimiento, suponiendo una interesante muestra de la independencia femenina que vertebra la exposición. Las ilustraciones de esta obra, de las que se exponen algunos ejemplos, se basaron en las fotografías realizadas por Alice Austen con Daisy Elliott como modelo.

‘Trudy y Alice’ / Foto. Alice Austen / Staten Island Historical Society.

Estas imágenes pueden verse en la exposición, junto a otras de amigas de Alice —como la autora, Violet Ward— y ella misma posando con bicicletas o del Staten Island Bicycle Club Tea. El Museo Nacional del Romanticismo constituye un marco de excepción para esta muestra, al ser una institución consagrada a la época en la que surgió la fotografía, tan solo unas tres décadas antes del nacimiento de Austen. Además de conservar una rica colección fotográfica, el Museo trabaja actualmente para poner de relieve la revolución que supuso su aparición en el siglo XIX.

Esto se ha plasmado, por ejemplo, en el congreso sobre fotografía y museos celebrado el pasado año o en la adquisición de piezas presentadas recientemente en el montaje temporal ‘Fijar la luz. El nacimiento de la fotografía’.

Cabe destacar también la amplia programación de actividades paralelas que ofrece el Museo en torno a la exposición ‘Alice Austen. Deshacer el género’, desde visitas guiadas, hasta talleres para diferentes públicos, pasando por una nueva editatona sobre mujeres artistas en colaboración con Wikimedia España que tendrá lugar el 24 de junio.

Sin duda, la exposición brinda una oportunidad única para profundizar en la obra de esta prolífica artista avanzada a su tiempo, una de las pioneras en la historia de la fotografía en Estados Unidos. En su producción relacionada con el género —ese que vemos deshacerse o desdibujarse a través de su objetivo—, pero también en su propia vida, fue una precursora de la liberación y emancipación femenina, cuestionando de forma rebelde y provocativa las limitaciones del papel asignado a las mujeres en la sociedad que le tocó vivir.