Cultura

‘Aleponica’: un artista portugués reinventa el ‘Guernica’ en homenaje a la ciudad siria

Alepo es una ciudad mártir, y sus habitantes sufren la guerra de otros sobre sus cabezas. Bajo sus suelos descansan sus muertos y a su alrededor, sólo hay ruinas, destrucción, desesperanza. Las mismas sensaciones que Pablo Picasso pintó en su obra más famosa, el ‘Guernica’, al reflejar el intenso dolor que le produjo la noticia del bombardeo de la ciudad vizcaína lo ha querido plasmar Vasco Gargalo, un ilustrador portugués, evocando la ciudad siria de Alepo.

Gargalo ha dibujado su propia versión del ‘Guernica’ de Picasso para denunciar los crímenes cometidos en la urbe siria, donde la población civil lleva meses esperando la ayuda humanitaria bajo los bombardeos del Ejército gubernamental y de Rusia, su aliado.

El ilustrador portugués Vasco Gargalo, autor de ‘Aleponica’.

«Cuando pienso en una guerra civil, siempre pienso en el ‘Guernica’, el cuadro más famoso en el mundo sobre esta temática», ha explicado Gargalo, de 39 años, en una entrevista concedida al portal de noticias BuzzFeed.

Lo vio por primera vez en 2010 y estuvo más de una hora admirándolo. «Experimenté varios sentimientos: el atroz bombardeo sobre una pequeña ciudad, las figuras cubistas, los animales angustiados… El sufrimiento del pueblo sirio no es muy diferente», ha explicado.

Por ello decidió reinventar la conocida obra ‘picassiana’, actualizándola con la guerra siria y con su estilo personal. Además, sabía que el ‘Guernica’ «era la forma más inmediata de hacer llegar el mensaje».

Gargalo ha representado al presidente sirio, Bashar al Assad, sujetando una llama con una oscura figura al fondo que lleva un cinturón explosivo, en alusión al Estado Islámico, y un barril de petróleo, el origen, en su opinión, de la guerra.

También aparecen el principal aliado del dictador sirio, el presidente ruso, Vladimir Putin, mirando hacia otro lado y su homólogo estadounidense, Barack Obama, que toma la forma de un burro herido en el centro de la escena.

El cuadro está plagado de referencias a la muerte, con calaveras y un muro repleto de impactos de bala. En un extremo puede verse a una madre con su hijo que lleva una maleta con la bandera de la Unión Europea, símbolo de la crisis de refugiados.