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La sonda InSight de la NASA llega a la superficie de Marte

Uno de los momentos más críticos de las misiones espaciales que pretenden aterrizar en mundos alienígenas es el momento de acceder a la atmósfera y tocar tierra sin que el equipo de a bordo sufra accidentes. Y precisamente en este momento se encuentra la sonda InSight, que pretende tocar el desierto marciano el próximo lunes, y que será la primera vez que lo intenta la NASA en seis años que llevan sin intentarlo.

Sin duda, este momento es clave y complejo. Recientemente la ESA lo intentó con otro vehículo, el Schiaparelli que, inevitablemente se estrelló contra la superficie marciana quedando como chatarra sobre el desierto del planeta rojo. Una pena enorme y una gran inversión perdida, y no solo de dinero, sino en información que podría haber recopilado sobre el mundo vecino.

La NASA lleva tiempo sin enviar vehículos que recorran suelo marciano. Pero ahora, la primera nave enviada por la agencia norteamericana desde que iniciase la misión Curiosity hace seis años está a punto de tocar tierra con la sonda exploradora InSight que tiene su propio brazo robótico para estudiar el mundo subterráneo bajo el desierto y las piedras del planeta rojo.

La sonda InSight y su misión

La sonda InSight es una especie de vehículo que consta de tres patas y un brazo robótico. Así pues, no se moverá demasiado, pero tampoco lo necesita, ya que el objetivo principal de su misión será explorar de forma exclusiva lo que hay bajo los suelos marcianos.

Sin duda, será una misión muy importante, dado que ahora comenzamos a tener evidencias de que Marte puede conservar agua líquida muy salada y fría bajo su superficie en forma de lagos, por lo que está claro que el subsuelo marciano guarda muchas sorpresas y secretos todavía por descubrir.

A partir de ahora, toca la difícil misión de que InSight llegue a salvo al suelo de Marte. Para ello, una vez acceda a la atmósfera marciana, incendiará sus motores, lo que hará las veces de amortiguación durante el descenso.

Una vez acabe este proceso, la sonda se debe posar sobre sus tres patas en el suelo marciano, tal como ha hecho otras misiones exitosas de la NASA en el pasado, especialmente el Opportunity.

Cuando ya esté asentado sobre el suelo, se activará el brazo robótico, que será el encargo de posar sobre la superficie los experimentos científicos, ya que ha de cavar hasta 5 metros de profundidad para investigar mientras otro equipo estudia los movimientos sísmicos marcianos.