Ciencia
Besos

¿Por qué nos besamos?

No hay un consenso entre los científicos sobre el por qué nos besamos. Pero hay numerosos beneficios de estos gestos amorosos a nuestra salud.

  • Francisco María
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Los besos son, entre los humanos, una de las más íntimas demonstraciones de afecto y confianza. Nos besamos cuando queremos transmitir emociones y sentimientos positivas hacia nuestras parejas, amigos y familiares. Incluso hay muchas personas que dan besos a sus mascotas, aunque ello no siempre les resulte agradable. En este sentido, es interesante observar cómo el acto de besarse no hace parte de la conducta social de otras especies, ni es empleado comúnmente como una demostración de amor. Entonces, ¿por qué nos besamos? ¡Sigue leyendo y descubre!

El por qué nos besamos según la ciencia

Lo más fácil sería decir que nos besamos sencillamente porque tenemos ganas de hacerlo, ¿verdad? Aunque pueda parecer una explicación muy sencilla, lo cierto es que está relacionada con las principales teorías científicas sobre los orígenes del beso (y su prevalencia en la mayoría de las culturas).

Porque detrás de estas ganas de besarnos “se esconden” numerosos aspectos biológicos de nuestra especie. Como ya es bien sabido, gestos amorosos, como los besos y los abrazos, actúan como estímulos en nuestro organismo, disparando una serie de reacciones químicas.

Una de ellas es la producción de oxitocina, la famosa “hormona del amor”, que se incrementa significativamente cuando nos besamos y también durante las relaciones sexuales. Lo que no llega a ser sorprendente, ya que los labios pueden llegar a ser hasta 100 veces más sensibles que los dedos.

Por ende, un estímulo captado a través de los labios podría tener un impacto mucho más significativo en el cerebro, que las percepciones táctiles, por ejemplo. Quizás por ello, cuando tenemos más intimidad con una persona, le damos un beso y no sencillamente le estrechamos la mano.

Además, entre las parejas, los besos serían una “herramienta” más poderosa a la hora de recibir y generar placer.

Los besos permiten conocer mejor a la otra persona

Cuando nos besamos, también tenemos la oportunidad de captar informaciones valiosas sobre las demás personas. Y es el acto de besarse implica una gran aproximación que estimula diferentes capacidades sensoriales.

Al acercarnos para dar un beso a alguien, lo tocamos, sentimos su piel y su temperatura, también percibimos su olor y, en los besos más íntimos, incluso el sabor y la textura de su lengua. Todo ello nos permite procesar detalles aparentemente sutiles, pero muy importantes sobre el estilo de vida, la rutina, la alimentación y, en definitiva, la salud de quienes besamos.

En este sentido, es interesante mencionar una teoría científica que afirma que los besos han cumplido un rol clave en la evolución de nuestra especie. Principalmente a la hora de seleccionar las parejas con mayores probabilidades de tener éxito al aparearse.

Besarnos también serviría para verificar la compatibilidad genética

Según algunos estudios, los besos también serían capaces de activar unos mecanismos muy primarios en nuestro organismo. Al procesar todas estas informaciones que obtenemos del otro al besarlo, nuestro cerebro sería capaz de indicar si se trata o no de una buena pareja (al menos desde el punto de vista reproductivo).

La saliva del hombre, por ejemplo, contiene cierta cantidad de testosterona. Lo que permitiría a la mujer “evaluar” inconscientemente sus calidades físicas y el potencial como reproductor.

Por otro lado, hay investigaciones que apuntan que, cuando nos besamos, conseguimos fortalecer nuestro sistema inmunológico. Ello ocurriría debido al intenso intercambio de bacterias por medio de la saliva, y permitiría mejorar nuestras defensas naturales contra numerosas enfermedades.