Ciencia
materiales

Materiales ‘inspirados en la naturaleza’: lo que plantas y animales enseñan a los ingenieros

Entre los nuevos materiales que se descubren cada vez más, están los materiales inspirados en la naturaleza. Mira estos datos.

Nuevos materiales de construcción sostenible

Albañiles van a empezar a usar este material

Nuevos materiales superconductores

  • Francisco María
  • Colaboro en diferentes medios y diarios digitales, blogs temáticos, desarrollo de páginas Web, redacción de guías y manuales didácticos, textos promocionales, campañas publicitarias y de marketing, artículos de opinión, relatos y guiones, y proyectos empresariales de todo tipo que requieran de textos con un contenido de calidad, bien documentado y revisado, así como a la curación y depuración de textos. Estoy en permanente crecimiento personal y profesional, y abierto a nuevas colaboraciones.

Durante millones de años, la naturaleza ha sido una experta en resolver problemas. Cada planta, animal o mineral que nos rodea es el resultado de incontables ciclos de prueba y error. Hoy, los ingenieros y científicos están empezando a mirar ese vasto laboratorio natural con nuevos ojos. De esas observaciones nace el biomimetismo, una disciplina que busca aprender de los diseños y procesos biológicos para crear materiales y tecnologías más eficientes, resistentes y sostenibles.

La idea no es copiar a la naturaleza al pie de la letra, sino entender cómo logra lo que hace. Al fin y al cabo, ella ha tenido 3.800 millones de años de ventaja para perfeccionar soluciones que combinan eficacia, elegancia y respeto por el entorno.

El arte de aprender de la naturaleza

El biomimetismo parte de una premisa sencilla: la naturaleza ya resolvió muchos de los desafíos que enfrentamos. ¿Cómo construir estructuras ligeras pero resistentes? ¿Cómo generar energía limpia o reparar materiales dañados? Basta observar cómo lo hacen las hojas, los huesos o las conchas.

La bióloga estadounidense Janine Benyus, una de las grandes voces en este campo, lo resume con claridad: “La naturaleza ya inventó la rueda, la bomba y la célula solar”. Inspirados por esa idea, ingenieros de todo el mundo están trasladando principios biológicos a la tecnología. El resultado son materiales capaces de autolimpiar superficies, regenerarse o resistir impactos extremos.

El loto y las superficies autolimpiables

El efecto loto es un ejemplo clásico de bioinspiración. Las hojas de esta planta permanecen impecables incluso después de una lluvia o en medio del barro. A simple vista parecen lisas, pero bajo el microscopio revelan una textura llena de diminutos relieves cerosos que repelen el agua y la suciedad.

Cuando una gota cae sobre la hoja, no se esparce, sino que rueda llevándose consigo las partículas de polvo. Este principio ha inspirado pinturas, tejidos y vidrios autolimpiables que ahorran tiempo, agua y detergentes. La pintura Lotusan, desarrollada en Alemania, utiliza este concepto para mantener limpias las fachadas con la simple acción de la lluvia. Un ejemplo perfecto de cómo observar una hoja puede cambiar la forma en que construimos nuestras ciudades.

El hueso humano: ligereza con inteligencia estructural

A primera vista, el hueso humano parece un material sólido. Pero si lo miramos con detenimiento, descubrimos una estructura interna porosa, llena de pequeños pilares y cavidades que lo hacen liviano pero muy resistente. Además, es capaz de regenerarse y adaptarse a las cargas: se refuerza donde se necesita más soporte y se adelgaza donde no hay esfuerzo.

Este principio ha inspirado diseños arquitectónicos y piezas aeronáuticas con estructuras optimizadas, fabricadas por impresión 3D. Copiar la lógica del hueso permite crear materiales que combinan solidez y ahorro de recursos, una meta clave en tiempos donde la sostenibilidad importa tanto como la eficiencia.

Conchas marinas y materiales compuestos

Las conchas de los moluscos, duras y brillantes, son un ejemplo de cómo la naturaleza convierte materiales frágiles en estructuras casi indestructibles. Aunque están compuestas principalmente de carbonato de calcio, un mineral quebradizo, su organización en capas microscópicas unidas por proteínas las hace increíblemente tenaces.

Este modelo ha inspirado materiales compuestos usados en blindajes, recubrimientos protectores y cerámicas resistentes al impacto. Investigadores del MIT han logrado imitar la microestructura de la madreperla para crear materiales cientos de veces más resistentes que las cerámicas tradicionales. En la naturaleza, la clave no siempre está en qué está hecho algo, sino en cómo está organizado.

El tiburón y los materiales antibacterianos

La piel del tiburón es otro caso fascinante. Lejos de ser lisa, está cubierta por miles de pequeñas escamas llamadas dentículos dérmicos que reducen la fricción con el agua y evitan que microorganismos se adhieran.

Inspirados en este diseño, científicos crearon el material Sharklet, una superficie microtexturizada que impide el crecimiento bacteriano. Hoy se usa en quirófanos, hospitales y dispositivos médicos, reduciendo el riesgo de infecciones sin necesidad de productos químicos. Además, su capacidad para reducir la resistencia al agua también se aprovecha en barcos y aviones, ayudando a disminuir el consumo de combustible.

Las plantas y la energía solar

Las plantas llevan millones de años perfeccionando la forma de captar la energía solar. La fotosíntesis es, en esencia, una tecnología natural de conversión energética. Los ingenieros se han inspirado en ella para crear paneles solares biomiméticos, que imitan la estructura de las hojas para distribuir mejor la luz y el calor.

Algunos proyectos incluso usan pigmentos naturales y microtexturas que replican los cloroplastos, logrando paneles flexibles, ecológicos y más eficientes. Observar una simple hoja puede ayudarnos a producir energía de manera más limpia y accesible.

Un futuro sostenible guiado por la naturaleza

El mayor mensaje del biomimetismo es de carácter filosófico: la naturaleza no desperdicia nada. Cada forma tiene una función, y todo se recicla dentro del sistema. Frente a los desafíos actuales —crisis climática, agotamiento de recursos y contaminación—, este enfoque ofrece una alternativa esperanzadora.

Universidades y centros de investigación de todo el mundo ya enseñan ingeniería bioinspirada, donde la biología, la física y la ingeniería se encuentran. La meta no es solo construir mejor, sino construir en armonía con el planeta.

Lecturas recomendadas

Materiales ultraligeros y superresistentes

Biomimética