Ciencia
Paleogenética

Hallazgo asombroso: un mamut de hace 1 millón de años contiene el ADN microbiano más antiguo que se conoce

Un equipo de científicos de la Universidad de Estocolmo ha logrado recuperar información genética de bacterias presentes en mamuts esteparios que vivieron hace más de un millón de años. El estudio, publicado en la revista Cell, se centra en la obtención del ADN microbiano más antiguo asociado a un hospedador, un logro que proporciona datos sobre la evolución de bacterias.

Los resultados permiten analizar no solo el genoma de estos animales extintos, sino también las comunidades microbianas que coexistieron con ellos, ofreciendo un registro único. Esta información podría ayudar a comprender cómo los microbios influyeron en la salud y en la extinción de la megafauna del Pleistoceno.

¿Cómo han hallado al ADN microbiano más antiguo que se conoce?

Los investigadores examinaron 483 restos de mamut, incluyendo muelas, colmillos y huesos, con antigüedades de hasta 1,1 millones de años. La mayoría de estas muestras nunca habían sido analizadas previamente.

Gracias a métodos avanzados de genómica y bioinformática, el equipo pudo distinguir los microbios que formaban parte del microbioma de los mamuts de los que colonizaron los restos después de su muerte.

Entre los hallazgos, se identificaron seis grupos de bacterias que mostraban una asociación constante con los mamuts. Algunos de estos microbios están emparentados con géneros conocidos hoy en día, como Actinobacillus, Pasteurella, Streptococcus y Erysipelothrix.

La reconstrucción parcial de sus genomas permitió documentar lo que se considera el ADN microbiano más antiguo jamás recuperado de un hospedador animal.

Implicaciones de estos microbios para la salud y evolución de los mamuts

La presencia de estos microbios plantea preguntas sobre la posible influencia de bacterias en la vida y la salud de los mamuts. Por ejemplo, una bacteria relacionada con Pasteurella está vinculada actualmente a brotes mortales en elefantes africanos, parientes vivos de los mamuts. Esto sugiere que estos animales podrían haber sido susceptibles a infecciones similares.

Aunque la degradación del ADN dificulta determinar el impacto exacto de estas bacterias, la evidencia apunta a que algunos linajes microbianos coexistieron con mamuts durante cientos de miles de años. Este hallazgo ofrece información sobre cómo los microbios pudieron afectar la adaptación, la resistencia a enfermedades y, en última instancia, la extinción de la especie.

Los genomas microbianos evolucionan rápidamente, lo que hace más complejo el estudio de especies antiguas. Según los investigadores, obtener datos confiables de ADN de más de un millón de años implicó analizar fragmentos extremadamente degradados y compararlos con parientes modernos de las bacterias.

Los hallazgos demuestran que ciertos linajes microbianos persistieron durante amplios períodos y abarcaron distintas áreas geográficas, desde hace más de un millón de años hasta los últimos mamuts lanudos de la isla de Wrangel, hace unos 4.000 años. Esto indica que algunas relaciones entre hospedadores y microbios se mantuvieron estables a lo largo del tiempo.

Se abren puertas para la paleomicrobiología

El descubrimiento del ADN microbiano más antiguo abre la puerta a investigaciones que van más allá de los genomas de mamuts. Ahora es posible explorar sus microbiomas, obteniendo información sobre enfermedades, adaptaciones y la ecología de microbios extintos.

Este enfoque permite estudiar cómo los microorganismos pudieron influir en la vida y la extinción de la megafauna, aportando datos que complementan la paleogenética tradicional centrada en el ADN del hospedador.

Al mismo tiempo, los avances en secuenciación y análisis bioinformático facilitan reconstrucciones parciales de microbios antiguos, aunque la viabilidad de resucitarlos permanece fuera del alcance actual debido a la fragmentación del ADN.

Por último, cabe remarcar que esta investigación ofrece un marco para comparar la evolución microbiana en especies extintas y sus parientes vivos, como los elefantes africanos y asiáticos.