Ciencia
Geología

Los científicos no dan crédito: encuentran un nuevo continente que estaba desaparecido desde hace 375 años

  • Sofía Narváez
  • Periodista multimedia graduada en la Universidad Francisco de Vitoria, con un Máster en Multiplataforma por la Universidad Loyola. Editora en Lisa News con experiencia en CNN y ABC.

Los continentes no siempre fueron como los conocemos. Hace más de 500 millones de años, todas las tierras estaban unidas en un gigantesco bloque llamado Gondwana. Con el paso del tiempo, ese supercontinente comenzó a fragmentarse: África, Sudamérica, Australia, la Antártida… Así surgieron los países actuales. Pero lo que nadie imaginaba era que había un continente que, aunque gigantesco, había pasado desapercibido.

Se llama Zealandia, un continente de unos 4,9 millones de kilómetros cuadrados. Lo curioso es que el 95% de su superficie está sumergida bajo el Pacífico. Sólo Nueva Zelanda y unos pocos puntos más rompen la superficie. El resto, invisible a simple vista, ha permanecido fuera del radar durante siglos.

Cómo encontraron los científicos este continente

La historia moderna de Zealandia empieza en 1642, cuando el navegante neerlandés Abel Tasman desembarca en Nueva Zelanda buscando la legendaria Terra Australis. No sabía que estaba bordeando un continente entero.

La expedición fue corta y tensa, con encuentros violentos con los pueblos maoríes. Tasman se marchó sin saber que había rozado un continente que tardaría siglos en ser reconocido como tal.

En 2017, un equipo de geólogos de Nueva Zelanda puso sobre la mesa las pruebas que la ciencia llevaba siglos sin ver: Zealandia no era una cadena de islas sueltas, sino un continente con todas las de la ley. Tenía corteza continental espesa, una geología variada, dimensiones de sobra y, lo más importante, estaba claramente separado del resto.

Aun con las pruebas, no era una tarea sencilla. Faltaban recursos, no había prisa y el continente estaba casi por completo bajo el agua. Las primeras sospechas datan de finales del siglo XIX, pero no fue hasta combinar décadas de estudios con tecnología satelital, mapas magnéticos y misiones de dragado que todo empezó a encajar.

En 2023 se completó finalmente el primer mapa geológico integral del continente. Con él, los científicos confirmaron no sólo su existencia, sino también nuevas revelaciones: una cadena volcánica del tamaño de Nueva Zelanda, un cinturón de granito que atraviesa el continente entero, y huellas fósiles que indican que partes de Zealandia estuvieron en algún momento por encima del nivel del mar.

El continente perdido que estuvo oculto desde 1642

Zealandia se separó de Gondwana hace entre 100 y 60 millones de años, en un proceso lento en el que su corteza se fue estirando hasta hundirse bajo el mar. La mayor parte quedó bajo el agua, pero algunos fragmentos, como Nueva Zelanda, se elevaron por los choques entre placas tectónicas.

Una de las claves para su reconocimiento como continente fue la composición de sus rocas. A diferencia del fondo oceánico, formado casi exclusivamente por basalto, Zealandia tiene granitos, esquistos y sedimentos típicos de la corteza continental. Además, las muestras recogidas contienen polen y fósiles marinos de aguas poco profundas, lo que sugiere que hubo zonas de tierra firme incluso cuando ya estaba parcialmente sumergido.

A día de hoy, Zealandia es el primer continente en haber sido cartografiado en su totalidad, hasta sus límites submarinos. Un territorio inmenso, escondido justo frente a nuestros ojos. La ciencia ya lo reconoce como el octavo. El resto del mundo, poco a poco, también empieza a mirar hacia el fondo del Pacífico con otros ojos.