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Ajolote: el sorprendente anfibio mexicano que puede regenerarse

  • Francisco María
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El ajolote es un anfibio endémico de México. Durante siglos ha cautivado al mundo por su apariencia particular, su conexión con la cultura y, sobre todo, por su su extraordinaria capacidad de regeneración. ¿Qué lo hace tan especial?

Una apariencia mítica

El ajolote (Ambystoma mexicanum) es conocido en náhuatl como axolotl o “monstruo de agua”. Habita en los antiguos canales y lagos de Xochimilco, en la Ciudad de México. Pertenece a la familia de las salamandras, pero se distingue por una característica biológica poco común: la neotenia. Esto significa que conserva rasgos juveniles durante toda su vida.

A primera vista, el ajolote tiene algo hipnótico. Su cuerpo alargado, sus patas cortas y su cola poderosa lo hacen parecer un pequeño dragón acuático. Pero lo más llamativo son sus branquias externas, tres pares de filamentos rojos que brotan de su cabeza como si fueran plumas vivas. Lo curioso es que el ajolote nunca deja de ser joven: conserva su forma larvaria durante toda la vida, un fenómeno conocido como neotenia. Mientras otras salamandras completan su metamorfosis y se vuelven terrestres, el ajolote sigue siendo acuático, aunque alcanza la madurez y puede reproducirse con normalidad.

Tiene branquias externas plumosas que sobresalen de su cabeza, lo cual le da un aspecto casi extraterrestre. A diferencia de otros anfibios que experimentan metamorfosis para convertirse en adultos, el ajolote permanece acuático, viviendo en cuerpos de agua dulce.

Los ajolotes miden entre 15 y 30 centímetros de longitud. Tienen cuerpos alargados, extremidades cortas y una cola ancha que les ayuda a nadar. Su piel varía desde tonos oscuros (negro, marrón o grisáceo con manchas) hasta colores más claros, como albinos o dorados.

Tiene ojos pequeños sin párpados y una boca ancha, que parece formar una sonrisa permanente.

El milagro de la regeneración

La característica más asombrosa del ajolote es su capacidad para regenerar partes de su cuerpo de manera casi perfecta. Puede regenerar extremidades completas, cola, médula espinal, tejido cardíaco e incluso partes de su cerebro, sin dejar cicatrices.

Este proceso comienza cuando una lesión activa un grupo de células madre en el sitio dañado y forman una estructura conocida como “blastema”. Este blastema actúa como un centro de regeneración. Allí, las células se dividen y diferencian para reconstruir la parte perdida con una precisión asombrosa.

En lugar de formar una cicatriz, sus células cercanas a la herida retroceden a un estado primitivo, se multiplican y dan lugar a nuevas estructuras completamente funcionales. Este fenómeno lo ha convertido en una auténtica joya para la investigación médica y genética, ya que ofrece pistas sobre cómo el cuerpo humano podría algún día reparar daños graves o regenerar órganos.

Los científicos han encontrado que esta capacidad está vinculada a un conjunto de genes y proteínas que regulan la regeneración. Por ejemplo, el gen PAX7 y ciertas vías de señalización celular, como la vía Wnt. Investigadores de todo el mundo estudian al ajolote con la esperanza de aplicar estos conocimientos en medicina humana.

Un tesoro en peligro

El ajolote es endémico de los humedales y canales de Xochimilco, un sistema que alguna vez fue parte del extenso sistema lacustre del Valle de México. Sin embargo, la urbanización acelerada, la contaminación del agua, la introducción de especies invasoras (como la carpa y la tilapia) y la pérdida de hábitat han puesto al ajolote al borde de la extinción.

Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), el ajolote está clasificado como una especie en peligro crítico. Aunque los ajolotes se reproducen en cautiverio, su supervivencia en la naturaleza está en riesgo.

En los últimos años, diversas organizaciones, científicos y comunidades han unido esfuerzos para salvar al ajolote. Proyectos como la restauración de los canales de Xochimilco, la creación de refugios libres de especies invasoras y programas de cría en cautiverio están ayudando a preservar esta especie.

El ajolote en la cultura y la ciencia

El ajolote también es un símbolo cultural profundamente arraigado en México. En la mitología azteca, el ajolote está asociado con Xólotl, el dios del relámpago, el fuego y la muerte. Según la leyenda, este dios se transformó en ajolote para escapar de su sacrificio.

Este animal también tiene un papel en la cultura contemporánea. Ha inspirado personajes de videojuegos como Pokémon, pues Mudkip está basado en el ajolote. También hay series animadas y hasta emojis que reproducen su figura.

En México, el ajolote se ha convertido en un símbolo de la lucha por la conservación y el orgullo nacional. En 2023, el Banco de México lanzó un billete de 50 pesos con la imagen del ajolote y las chinampas de Xochimilco.

El potencial del ajolote en la investigación científica es inmenso. Además de su capacidad regenerativa, es resistente a ciertos tipos de cáncer. Por eso, son un modelo de estudio para entender cómo prevenir o tratar esta enfermedad en los humanos.

Conclusión

A pesar de su fama, su situación en la naturaleza es crítica. La contaminación, la pérdida de hábitat y la presencia de especies invasoras han reducido drásticamente su número en libertad. Aunque miles viven en laboratorios y acuarios, en su entorno original está al borde de la extinción.

Lecturas recomendadas

El axolote

Manual para el cuidado en cautiverio del ajolote