La Guardia Civil prueba que el Govern pagó el 1-O en negro, sin IVA y con pitufeo
El Govern pagó el 1-O en negro, sin IVA, con pitufeo y con contabilidad B. Así lo prueban los informes de la Guardia Civil que obran en poder del juez del Tribunal Supremo, Pablo Llarena, que investiga la causa contra el ‘procés’.
Todas las prácticas perseguidas al resto de formaciones, empresas, particulares o asociaciones juntas aparecen en los preparativos del golpe separatista. Todas las prácticas que la ley combate en el resto de supuestos y que aquí se juntaban bajo la autoría del Govern para financiar el 1-O.
Hacienda admite ya la posibilidad de que hayan ocultado el destino de parte de los fondos públicos. Y así lo describe tal cual el informe solicitado por el juez Llarena a la policía judicial. Uno de los ejemplos que destaca en esta línea la Guardia Civil son dos pagos. Uno abonado a Unipost y, otro, a medios de comunicación para gestionar las exigencias publicidad del golpe en su tramo final. En concreto en el mes de agosto.
Los pagos a Unipost llevaron incorporado el mítico fraccionamiento, una especia de pitufeo pero, en vez de en la captación de fondos, en el pago. Así se dividieron entre el Departamento de Cultura, Vicepresidencia, el Departamento de Salud, Trabajo y Presidencia. Todos los pagos asignados quedaron por debajo de 200.000 euros, pese a que el importe global ascendía a 979.661,96 euros.
De este modo, los pagos se dividían y se minoraban, llamando menos la atención de los controles de Hacienda o de la Intervención.
Publicidad en TV3
La campaña final de publicidad para el referéndum ilegal también se dividió en dos pagos: el primero para TV3 “y otros”, por 277.804,36 euros. Y para la “Campaña sí o no”, por 224.835,25 euros.
En el caso de Unipost para desarrollar el material de papelería y demás surge otra señal del procedimiento utilizado: se hicieron los pagos en negro y, por lo tanto, sin IVA. De hecho, la Guardia Civil acredita que los importes aparecen registrados en las “notas de entrega intervenidas en Unipost, que fueron emitidas y registradas con el sello de salida en cada uno de los cinco departamentos de la Generalitat que se identifican”. Pero los importes de esa nota incluyen el IVA y los abonos reales, obviamente, no.
Para ello, además, emplearon una doble contabilidad. Una contabilidad B: se emitían notas de pedido y notas de entrega o realización. Pero nada de esa documentación quedaba “registrado en el Registro Contable de Facturas de la Generalitat. De ese modo, nunca contaban “como abonados los importes de las mismas”.
Un mecanismo perfectamente estudiado y que sorteó los controles de Hacienda mientras destinaba dinero al golpe separatista del 1-O.
Y un mecanismo que no se aplicó sólo desde los gastos oficiales de la Generalitat. También se empleó para derivar gastos desde las cuentas de los partidos separatistas ERC y PDeCAT, según las investigaciones de la Guardia Civil.
De hecho, los propios investigadores advierten ya en el informe que los 1,9 millones avalados ya como malversación son el principio: que la puerta abierta a la investigación de las formaciones políticas y asociaciones puede incrementar notablemente esa cifra.
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