Tips para lidiar con las pataletas de los niños
Mantener la calma, ser firme, recompensar una buena actitud o no ceder al chantaje emocional son algunos de los tips que podemos aplicar para lidiar con las pataletas de los niños.
Todos los niños en alguna u otra ocasión han tenido una «pataleta» o «berrinche» porque no les hemos dejado hacer algo que querían o por ejemplo no les hemos comprado algo que nos han pedido. Es algo normal y por suerte pasajero, pero en el caso de que la pataleta sea la respuesta del niño a cualquier situación es mejor intervenir para que el niño deje de recurrir a ellas. Veamos a continuación, tips para lidiar con las pataletas de los niños.
Tips para lidiar con las pataletas de los niños
La ira, el enfado y la frustración son sentimientos que los niños pequeños no saben cómo manejar. Todavía no tienen las herramientas a las que recurrir para mantener la calma y es por ello que gritos, llantos e incluso el que se tiren por el suelo chillando son tan comunes entre los niños y niñas en edad preescolar. ¿Qué podemos hacer nosotros ante la pataleta de nuestro hijo o nuestra hija? Ante todo, no perder la calma y después, aplicar los tips que ahora te enumeramos.
- Prohibido gritar: La voz debe ser firme y segura pero nunca más elevada de lo normal. Si gritamos a los niños mientras están en mitad de una pataleta puede que acabemos consiguiendo el efecto contrario al deseado y que el niño por nuestros gritos, se asuste, y chille más todavía o que por el hecho de asustarse nos coja miedo y entonces vea que el temor y el llanto son las únicas maneras de expresarse frente a nosotros.
- Mantén la calma y la firmeza: Es importante brindar a los niños una orientación precisa y segura, impartiéndoles reglas con oraciones cortas y claras acompañadas de un tono firme y confiado, no alterado por la ira y la desesperación.
- Premia el comportamiento correcto, sin exagerar: Dirige al niño hacia el comportamiento correcto recompensándolo, evitando tener que castigar el comportamiento incorrecto. Sin embargo, ten cuidado de no abusar de los premios que, si se dan con demasiada facilidad, pierden su valor gratificante.
- Transmítele tu calma: Muchos padres cometen el error fundamental de olvidar que incluso un niño, por pequeño que sea, es una persona con todas las complejidades que lo caracterizan. Hemos de ser comprensivos con ellos y ante el caos de su pataleta, debemos transmitirle calma. No estará de más que le frenemos y le demos un abrazo, para que pueda sentir nuestra tranquilidad.
- Aprende a distinguir si la pataleta está justificada o no: Los padres deben ser más tolerantes y comprensivos cuando el niños tiene un berrinche dado que en ocasiones, su actitud puede deberse a que desean llamar nuestra atención más que otra cosa. Debemos saber si la pataleta se debe a un mal comportamiento del momento (algo que suele ser pasajero) o quizás haya un problema de base que debe ser analizado más profundamente (algo que caracteriza la pataletas recurrentes).
- No cedas ante el niño: Las pataletas no deben permitirse porque esta actitud puede conducir a un círculo vicioso, pero a menudo, no hacer cuentas puede estar bien para que el niño no piense que cada vez que se pone a gritar y a llorar vamos a salir corriendo para ver qué le pasa. Por ello, apliquemos lo antes mencionado, veamos el porqué de la pataleta y en función del motivo sabremos si debemos darle importancia o no.
- Observa atentamente para poder evaluar comportamientos y aprender a ser paciente: Necesitas armarte de paciencia y agudizar tu espíritu de observación. No solo podrás resolver mejor la pataleta del momento, sino que incluso podrás aprender a prevenir el mal humor y su degeneración en gritos y llantos desesperados.
- La respuesta a las pataletas debe ser acorde con la forma de educar: La elección entre ignorar o no ignorar las rabietas, responder, tratar de explicar o regañar, depende de cómo los padres eduquen a sus hijos. Antes incluso de entender cuál es la respuesta correcta a la pataleta, por tanto, por coherencia, es bueno que todo padre tenga una clara comprensión de la forma en que pretende abordar el camino educativo con su hijo.
- No cedas al chantaje: Es típico de los niños poder captar las debilidades de sus padres, abuelos o cualquier persona que tenga un fuerte vínculo emocional con ellos. Y aprovecharlo con un berrinche bien pensado. Si queda claro que una madre muy aprensiva dará mimos a la menor queja, los niños se convertirán en actores perfectos cuando simplemente lo quieran y no lo necesiten. Si el niño comprende que puede lograr algo con un cierto comportamiento, el berrinche se convertirá en una forma de control del niño sobre los padres.
- Ignora el berrinche descarado: Cuando la pataleta es descarada, hay que simplificar: cuanto más grande y escénico sea el berrinche, más inútil es darle ignorancia. A menudo, la mejor actitud es ignorarlo: no tiene sentido la actuación si nadie la está mirando.
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