Bebés

El retraso de alimentos en la dieta del bebé y sus consecuencias

La alimentación es uno de los aspectos que más deben vigilar los padres con respecto a sus hijos. Y es que es la misma juega un papel esencial a la hora de poder conseguir que el desarrollo de los menores sea sano y adecuado. Precisamente por esa circunstancia deben conocer qué consecuencias trae consigo el retraso de alimentos en la dieta del bebé.

A continuación, vamos a exponer todos los detalles y aspectos que hay que descubrir sobre esa circunstancia.

La introducción precoz de alimentos en la dieta del bebé

Distintos estudios llevados a cabo en los últimos años así como conferencias ofrecidas por pediatras y médicos especialistas sobre la alimentación en los pequeños han abordado la dieta del bebé. En concreto, han apostado por ofrecer aspectos fundamentales sobre la alimentación de los pequeños.

Una de las cuestiones más significativas al respecto ha sido que la introducción precoz de los alimentos en esa dieta de los niños es una manera de prevenir que esos puedan sufrir alergias. Y es que las últimas investigaciones consideran que las alergias en niños han aumentado de forma considerable en las décadas más recientes debido tanto a que se produce el retraso de la presencia de ciertos alimentos en la dieta de los pequeños como al hecho de que hay un exceso en lo que es la higiene.

Es más, las cifras vienen a indicar que las alergias han pasado de afectar a un 3,6 % a principios de la década de los 90 a un 10,1 % en el año 2015.

Precisamente por ese motivo se establece la importancia de que los padres no duden en proceder, a partir del sexto mes de embarazo, de comenzar a apostar por la alimentación complementaria. Es decir, deben empezar por incluir en la dieta de los niños productos tales como frutas, verduras, legumbres o pescado, entre otros.

Otra consecuencia del retraso de los alimentos en la dieta del bebé

Aunque se establece que retrasar la incorporación de alimentos en la dieta de los bebés puede generar alergias, no se debe pasar por alto que puede traer consigo otras consecuencias. En concreto, otros profesionales médicos han llevado a cabo distintos estudios que indican que esa misma acción puede traer consigo un retraso en lo que es el lenguaje.

¿Por qué? Porque si a partir de los seis meses los niños no empiezan a masticar y a deglutir no se irán fortaleciendo ni conseguirán ser “hábiles” partes del cuerpo como la mandíbula, la garganta, la lengua o los labios. Partes todas esas que juegan un papel fundamental en el lenguaje y al no estar en las mejores condiciones eso supondrá que se retrase o dificulte esa capacidad de comunicación.

Papillas y purés, piezas clave de la alimentación complementaria

¿Cómo acometer la alimentación complementaria?

Por todo lo expuesto, está claro que los padres deben apostar por desarrollar la alimentación complementaria como es debido y a partir de los seis meses de edad de sus hijos. En concreto, deben hacerlo llevando a cabo medidas y recomendaciones como las siguientes:

Establecer rutinas, que los padres den ejemplo a sus hijos, que comiencen tomando pescado blanco o que las carnes para empezar la alimentación complementaria sean la de pollo y la de ternera son otros aspectos a tener en consideración.