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Psicología

¿Qué se puede hacer cuando los castigos a los niños no son eficaces?

Hablar o dialogar antes que castigar o aplicar el castigo en función de la edad y situación nos puede servir para conseguir que los castigos a los niños sean eficaces.

Aunque los castigos no suelen ser la solución a ningún conflicto entre padres e hijos, en ocasiones resultan la única solución para que un niño o niña se porte bien o haga caso a sus padres. Sin embargo ¿qué se puede hacer cuando los castigos a los niños no son eficaces? Puede que el castigo elegido no sirva porque no es tomado en serio o porque tal vez no es el apropiado. Veamos entonces qué hacer y cómo conseguir que la actitud del niño/a cambie.

¿Qué se puede hacer cuando los castigos a los niños no son eficaces?

Cuando se trata de aplicar algo de disciplina de los niños, es necesario recurrir a todo tipo de castigos, aunque sin aplicar nunca ni la mano dura y mucho menos pegar a los hijos. Basta con ser firme, conocer el carácter del niño o niña y elegir un castigo que sea efectivo, ya sea por ejemplo dejarle si su dispositivo móvil durante unas horas, o que sea el encargado durante una semana de pasear al perro o de tirar la basura.

La edad del niño también es importante, ya que no puedes poner el mismo castigo a un niño pequeño que a uno mayor o a uno adolescente. Normalmente los castigos de niños pequeños tendrán que ver con el hecho por ejemplo de dejarlos en un rincón durante cinco minutos para que piensen en las consecuencias de lo que han hecho.

El castigo no debe ser nunca una reprimenda o el hecho de pagar nuestro enfado con los niños. De alguna manera debe ser formativo y servir para que los niños se den cuenta que tal vez su comportamiento o su manera de contestar a los padres no es la adecuada.

Pero ¿qué hacer si vemos que los castigos que imponemos a nuestros hijos no sirven para nada? ¿Si su comportamiento empeora? o lo que es peor ¿qué hacer cuando el niño se rebela y es capaz de discutir o pretende discutir el castigo?.

La efectividad

Debemos pensar en lo antes mencionado, la forma en que un niño percibe un castigo varía de un individuo a otro. Si bien regañarlo y enviarlo a su habitación puede ser un gran castigo para uno, para otro niño podría ser incluso algo bueno porque así pasa tiempo solo. Debes descubrir qué tipo de castigo es efectivo para tu hijo y recurrir a él solo cuando las cosas se salgan de control.

Expresa tus emociones

Debes hacerle saber a tu hijo cómo te sientes cuando te contesta mal o cuando se comporta de cierta manera. Aunque sean pequeños tienen que ser conscientes de las consecuencias de sus acciones y de cómo es capaz de herir a las personas a través de su comportamiento. A veces, tomar la ayuda de la psicología inversa puede hacer que los niños comprendan la magnitud de su acción, lo que podría ayudarlo a corregir su comportamiento a tiempo.

Diálogo

También es importante hablar sobre lo que ha pasado o sobre el comportamiento del niño/a antes que recurrir al castigo sin más, porque entonces es posible que se rebele y no quiera cumplirlo. Quizás su mala acción está justificada, o tal vez ha hecho algo que aunque parece que está mal no es así del todo. Debéis mantener un diálogo antes de tomar una decisión que pueda ser precipitada.

El tiempo correcto

Por último, asegúrate de recurrir al castigo únicamente cuando las cosas empeoren y no haya otra solución disponible. Habla con tu hijo y no dejes oportunidad de elogiarlo cuando haga algo bueno. De esta manera, no solo podrás predecir su comportamiento, sino que también podrás identificar el problema central que desencadena su enojo.