Potitos de bebé ¿son una buena opción?
Alimentar al bebé con potitos puede ser una buena solución en casos de emergencia o de forma puntual, pero ¿qué riesgos existen si recurrimos a ellos de forma regular?
La lactancia materna es algo clave para el desarrollo del bebé durante los primeros meses de su vida. A partir del sexto mes, los bebés ya pueden comenzar a probar otros alimentos, y aunque lo aconsejable es probar con los que son naturales, en los supermercados encontramos los tarros de alimentación infantil, llamados popularmente «potitos» de los que analizamos si son realmente aconsejables o no.
Introducir alimentos como frutas, vegetales y lidiar con las primeras comidas del bebé, es algo necesario para su desarrollo y salud, entonces ¿qué hay de bueno en darle un potito procesado? Básicamente que los podemos encontrar con recetas que garantizan ser naturales y sin conservantes, y que además, se pueden llevar cómodamente en el bolso y dárselo al niño cuando sea necesario (incluso a temperatura ambiente).
Potitos de bebé ¿son una buena opción?
No son nada nuevo, los potitos se han convertido en un alimento más dentro de los muchos que podemos darle al bebé, y aunque las dos ventajas señaladas anteriormente son las principales para apostar por ellos, también hemos de tener claro que nunca podrán sustituir a una comida hecha en casa, con una elaboración cuidada y garantizando el uso de productos naturales, como verduras bien lavadas y cortadas y carne o pescado frescos.
Sin embargo, no hay nada de malo en recurrir, como algo excepcional a un potito de verduras o a uno que lleve carne y pescado. Como decimos, no necesitan ninguna preparación, no necesitan mantenerse en el frío y si ni siquiera que los calentemos en el microondas. Con esto en mente, podemos llegar entonces a la idea de que los potitos son una auténtica salvación en los días ocupados o cuando no podemos cocinar, pero hay quienes piensa que son lo peor que se le puede ofrecer a un niño.
Pensemos que los potitos, por muy naturales que se promocionen, suponen una auténtica pérdida de muchos de los nutrientes que dicen llevar los alimentos que los componen. En especial la vitamina D y C. A esto se le tiene que sumar además, la adición de azúcares, que aunque no lo pensemos está presente para que los frascos sean más apetitosos para los niños y como no, los conservantes, que son necesarios para preservar los alimentos.
Además del hecho de que los azúcares no son saludables para un niño pequeño (y tampoco para adultos), acostumbrarse a este tipo de alimentos puede ser un problema, dado que podemos acabar con un niño que no desee probar alimentos que sean más saludables.
Este problema lo podemos encontrar también para los potitos de frutas, dado que también pierden calidad nutricional y muchas vitaminas, mientras que las frutas frescas, especialmente en su piel, son mucho más ricas en todo tipo de vitaminas y nutrientes.
Teniendo en cuenta todo lo mencionado, los potitos no son nada aconsejables si pensamos en ellos como un alimento habitual para el niño, pero si recurrimos a estos tarros de forma puntual, quizás en un fin de semana en el que salimos fuera o para una jornada de vacaciones, no hay que ser fundamentalistas hasta el punto de prohibirlos por completo.
Además, dentro de la amplia variedad de potitos en el mercado, siempre debemos elegir los más adecuados, respetando la progresión alimentaria del niño. En este sentido es mejor preferir los potitos que tienen menos azúcar agregada, menos durabilidad en términos de tiempo, lo que significa que tienen menos conservantes y aquellos más cercanos a lo que el niño está acostumbrado a comer. Es decir, si tu hijo no ha probado la carne de res o las verduras en particular, no debes darle un potito que contenga estos ingredientes ya que es mejor que esperes a que los pruebe cuando se los cocines en casa.
Por otro lado, a la hora de comprar potitos, se recomienda que prestes atención a las etiquetas y componentes de estos alimentos, incluso con productos denominados orgánicos o naturales. Tenemos que saber interpretar bien qué es un producto biológico, y si se refiere al origen o a la forma en que se procesa, dado que veces es solo una cuestión de marketing
Por último, otra cuestión que debe tenerse en cuenta es el peligro de acostumbrarse a este tipo de alimentos. Para no correr el riesgo de que tu bebé solo quiera comer potitos, no debemos alimentarlos siempre con ellos, ya que los niños todavía están en la fase de desarrollo y crecimiento, y entonces puede ser difícil que se acostumbren a otra dieta. Por ello, si por ejemplo eliges darle un potito a mediodía como comida principal, será bueno que luego le ofrezcas fruta natural de postre.
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