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Latido fetal: cuándo comienza a sentirse y cómo se puede escuchar

El latido fetal puede ser sentido o notado por la madre desde el comienzo del embarazo, pero para poder escucharlo es necesaria una ecografía especial.

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El poder escuchar el latido del corazón del bebé dentro de la barriga de la madre es sin duda uno de los momentos más especiales que podemos llegar a sentir como padres. Este se suele revelar a través de una ecografía, aunque también podemos encontrar en el mercado alguno dispositivos que nos van a permitir escuchar el corazón de nuestro bebé. Os hablamos ahora con detalle del latido fetal, cuándo comienza a sentirse y cómo se puede escuchar.

Latido fetal: cuándo comienza a sentirse y cómo se puede escuchar

El corazón de un feto no es como el corazón de un bebé o un adulto. Su funcionamiento y estructura están en pleno desarrollo. Debido a que el bebé no respira dentro del útero, la fuente de suministro de oxígeno y la ruta que toma la sangre para irrigar el cuerpo son diferentes. En tu útero, es más bien la placenta y el cordón umbilical los que proporcionan oxígeno al bebé a través de la sangre. Dado que la sangre no necesita pasar a través de sus pulmones, se desvía a través de una arteria conocida como conducto arterioso. La sangre bombeada a través del corazón entrega oxígeno al bebé, luego regresa a su cuerpo antes de regresar al cordón umbilical y la placenta para la re-oxigenación. Al nacer, cuando el bebé respira por primera vez, este proceso evoluciona naturalmente para formar su corazón final.

Etapas del desarrollo del corazón del bebé

Para poder escuchar el latido del corazón del bebé, el ginecólogo utiliza el llamado doppler, un dispositivo de ultrasonido utilizado en medicina que amplifica el sonido, haciéndolo lo suficientemente alto como para ser escuchado. Sin embargo, el corazón del bebé suele latir con mucha fuerza y además muy rápido, tanto es así que entre las semanas dieciocho y veinte se puede llegar a escuchar colocando un simple estetoscopio simple sobre el estómago de la embarazada.

Sin embargo para usar bien el estetoscopio se debe colocar sobre la pared abdominal de la madre, en una zona cercana al corazón del feto. Por ello se tendrá que averiguar de antemano en qué posición está el bebé para que sea más fácil encontrar el pulso.

Latido fetal: ¿cuáles son los valores y frecuencias?

Durante el embarazo, la frecuencia cardíaca fetal (BCF) se eleva, por norma general suele fluctúar entre 120 y 160 latidos por minuto (lpm), permaneciendo constante solo durante el sueño. Fuera de estos dos parámetros hablamos de bradicardia y taquicardia respectivamente. Por lo general, al nacer el bebé el latido es entonces de solo 110 latidos por minuto.

A medida que pasan los meses, es normal que la frecuencia cardíaca fetal vaya disminuyendo levemente. Una de las causas de es disminución es el parto: la contracción de los músculos provoca una reducción en el suministro de sangre y oxígeno a través de la placenta.

En este sentido, los médicos suelen prestar la máxima atención durante el parto para no confundir el latido fetal del latido materno, dado que se puede dar el caso que ambos sean similares, sobre todo en casos de ansiedad materna o administración de terapias que generan taquicardia y agitación.
En estas condiciones, los dispositivos podrían registrarse erróneamente como latido fetal o latido materno y dar lugar a análisis erróneos.

Una vez que finaliza la contracción, los latidos del corazón vuelven a niveles normales. Un valor constantemente bajo o un aumento brusco podría ser un indicio de que algo anda mal, por ejemplo, posible sufrimiento fetal (la sangre no llega bien al bebé).

¿Qué normalidades puede presentar el latido fetal?

El ritmo de un corazón sano requiere una coordinación cuidadosa para bombear sangre correctamente por todo el cuerpo. Este ritmo está controlado por impulsos eléctricos que permiten el llenado y vaciado sincronizados de las cuatro cavidades del corazón. Muchas afecciones pueden hacer que los impulsos eléctricos que controlan el corazón sean irregulares, demasiado rápidos (taquicardia) o demasiado lentos (bradicardia).

La arritmia cardíaca fetal, o latidos cardíacos irregulares, es un motivo común de derivación a un cardiólogo fetal. En la mayoría de los casos, un latido cardíaco demasiado lento o demasiado rápido es temporal. En estos casos, el equipo médico controlará de cerca el embarazo. Menos del 2% de las irregularidades del ritmo cardíaco fetal representan verdaderas arritmias cardíacas. Sin embargo, si la arritmia cardíaca no se diagnostica ni trata, puede provocar problemas graves para el bebé, incluida la insuficiencia cardíaca congestiva.

A las 16 semanas de embarazo, el corazón del feto está completamente formado y late a una frecuencia de entre 110 y 160 latidos por minuto (lpm). Alguna vez se pensó que los casos leves de arritmia eran benignos, pero los médicos ahora reconocen que cualquier latido cardíaco irregular debe identificarse y monitorearse de cerca para garantizar el mejor resultado para el bebé.

Las arritmias cardíacas fetales a menudo se clasifican en una de las siguientes:

¿Cuáles son los síntomas y causas de la arritmia fetal?

La afección a menudo se nota por primera vez cuando el médico escucha los latidos del corazón fetal alrededor de las 10-12 semanas de embarazo. Sin embargo, es posible que la anomalía del ritmo no comience antes del embarazo. Por lo general, la madre no presenta síntomas y no nota ningún cambio en el movimiento fetal.

Se desconoce la causa de la mayoría de las arritmias, pero algunos casos pueden resultar de un desequilibrio electrolítico, inflamación, medicamentos o una condición genética hereditaria. Los casos graves de arritmia pueden ser causados ​​por un defecto cardíaco, como un bloqueo cardíaco congénito, o por una afección hereditaria conocida como síndrome de QT largo.

Prueba y diagnóstico

Si se sospecha arritmia, se ordenarán pruebas adicionales, incluido un ecocardiograma fetal. Esta prueba ayudará a su cardiólogo fetal a diagnosticar si la arritmia de su bebé es causada por un problema con la estructura del corazón.

¿Y si no existe latido fetal?

En ocasiones es posible que en lugar de arritmia, se produzca una ausencia de latidos cardíacos fetales que no suele presentar síntomas específicos con los que manifestarse. De todas maneras, la ausencia de latidos cardíacos es detectable mediante ecografía y cardiotocografía (capaz de medir también las contracciones uterinas).

Si el latido del corazón ya no se detecta, el médico puede solicitar, dependiendo de la edad gestacional en la que se encuentre, más pruebas: en las primeras semanas de gestación, el ginecólogo puede posponer el latido del corazón fetal para una visita posterior, mientras que si la mujer se encuentra  en una etapa más avanzada del embarazo, se organizará un seguimiento cuidadoso y se evaluará una cesárea de emergencia si es necesario.

Se debe prestar especial atención a la presencia de algunos síntomas que podrían indicar un aborto espontáneo, como sangrado, contracciones y dolor en el abdomen, o un aborto interno, cuyos síntomas son menos evidentes. En estos casos, es necesario contactar de inmediato a un médico, quien también evaluará la presencia o ausencia de los latidos del corazón.

¿Cómo escuchar el latido fetal?

Como ya hemos mencionado, el Doppler del ginecólogo permite, desde las primeras revisiones, escuchar el latido del corazón fetal. Pero también es posible hacerlo con dispositivos, a la venta online, en farmacias o en tiendas de productos para el bebé

Sin embargo, muchos expertos desaconsejan su uso, porque requieren algo de práctica para usarlos correctamente. De hecho, si no logras colocarlo correctamente y no puedes escuchar el pulso, podrías encontrarte con un estrés innecesario, que lastimaría tanto a la madre como al bebé.

Por otro lado, muchas mujeres embarazadas experimentan una sensación en la que dicen sentir el corazón del bebé a través de pequeñas pulsaciones. En este sentido, es del todo posible que si la mujer se encuentra en un estado de relajación y acaricia su barriga, puede llegar a notar no solo los movimientos del bebé sino que puede sentir una especie de latido interno como si fuera su propio pulso.