La iluminación ideal para el dormitorio de los niños
Procurar luz natural junto a la mesa de estudio y utilizar luces LED para la lámpara principal son algunas de las claves para conseguir la iluminación ideal para el dormitorio de los niños.
Tener una buena iluminación es algo fundamental para toda la casa, pero en especial para el dormitorio de tus hijos dado que si lo piensas, es en este cuarto donde pasan la mayor parte del tiempo jugando, haciendo sus deberes o estudiando. Veamos entonces, cómo conseguir la iluminación ideal para el dormitorio de los niños.
La iluminación ideal para el dormitorio de los niños
Los niños pasan horas y horas en su dormitorio, especialmente a medida que crecen y reclaman su propia intimidad o el poder estar en su propio mundo de juego y diversión, de modo que una de las claves para que ese espacio se convierta en el más adecuado, es conseguir que la iluminación sea la correcta dando prioridad sobre todo a la luz natural.
Luz natural
De este modo, en primer lugar será necesario considerar la disposición del mobiliario y evaluar de qué modo, la luz natural que entra por la ventana alcanza ese mobiliario. En ese sentido, debemos por ejemplo colocar la mesa de estudio junto a la ventana (aunque se corre el riesgo que el niño o niña se distraiga demasiado) de modo que pueda tener una buena luz mientras hace sus tareas. La cama en cambio se puede colocar más alejada de la ventana para evitar que el calor o el frío les afecte y sobre todo para asegurar un mejor descanso por la noche.
Color para el dormitorio en función de la luz
Otra de las cosas a tener en cuenta será el color con el que vayamos a pintar la habitación, así como el color y tejido de las cortinas del dormitorio de los niños.
Como hemos mencionado, la luz natural es la clave de un dormitorio bien iluminado, por lo que si deseas sacarle mayor partido debes apostar por colores en las paredes que sirvan para aumentar esa intensidad de iluminación. En este sentido, el color blanco es evidentemente el mejor de todos ya que cuando la luz rebote sobre las paredes, conseguiremos ver la habitación mucho más iluminada. En caso de que el blanco nos parezca un tono demasiado frío, podemos elegir colores claros como el beige que además queda muy bien en un dormitorio infantil. Otra opción, será elegir pintar de blanco las paredes frente a la ventana por donde entrar la luz y dejar una pared para pintarla de otro color más intenso de modo que podamos combinar el beneficio de una buena iluminación con el de tener un poco de color llamativo.
En cuanto a las cortinas, será bueno que sean también claras y además de tejidos suaves como el algodón, de modo que permitan traspasar la luz sin problema, pero que además puedan opacar de alguna manera la intensidad de la luz solar, algo que puede ser bastante molesto si ciertamente, entra mucha luz por la ventana. O también, podemos recurrir al uso de estores que son fáciles de instalar, quedan bien y nos permitirán recoger toda la luz natural que queramos o evitarla cuando no nos haga falta estar tan iluminados.
Luz artificial
Por otro lado, puede ser importante apostar por las nuevas tecnologías, como el LED, que ofrecen una mayor seguridad que las bombillas tradicionales además de ofrecer un mayor ahorro energético.
Esa bombilla LED servirá para la lámpara central que también debe estar presente en el dormitorio de los niños, que puede ser tanto de techo como una lámpara colgante. Dependerá mucho de nuestro gusto, el diseño del dormitorio y también como no, de la edad del niño ya que si es pequeño quizás la idea de colocar un plafón sea mejor ante el riesgo de tener una lámpara colgante que podría acabar golpeando con un juguete.
Tampoco puede faltar una buena iluminación artificial en el el área de estudio aunque hayamos dicho que la luz natural debe ser la principal en este espacio del dormitorio. Sin embargo, no debe faltar una lámpara de sobremesa que dirija la luz sobre los libros y cuadernos para que la vista de los niños no se canse y sobre todo para que tengan una buena iluminación cuando tengan que estudiar por la noche, o en las frías tardes de invierno en las que anochece mucho antes de la 18.00 horas.
Por último, para el descanso de la noche, la luz debe ser muy tenue, por lo que puede ser una buena idea instalar un atenuador en la habitación de los niños. La luz suave que emiten las cadenas LED es ideal para la noche, para los niños que temen a la oscuridad, sin perturbar su sueño. Algunas de estas luces incluso se pueden programar. Otra idea puede ser recurrir a las lámparas de luces que se reflejan en el techo y que pueden ser de gran ayuda para relajar a los niños y que se duerman rápidamente.
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