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Todo lo que necesitas saber sobre la epidural en el parto

Uno de los momentos más esperados y que mayores preocupaciones, al mismo tiempo, genera en la embarazada es el parto. Y es que el mismo le va a permitir poder, por fin, ver la carita de su bebé y abrazarlo. Pero, claro está, para llegar a ese punto hay que tener en cuenta que hay que pasar el trabajo de alumbramiento, con sus contracciones y dolores, en el que cobra especial protagonismo la epidural.

Muchas mujeres optan por no recibir esa anestesia, para tener un parto lo más natural posible, mientras que otras no dudan en indicar que sí quieren que se les ponga la misma.

Si tú te encuentras en la tesitura de que pronto tienes que decidir si deseas o no que se te inyecte la citada, sigue leyendo. A continuación, te damos a conocer los aspectos más relevantes al respecto:

¿Qué es la epidural?

La epidural es una anestesia de tipo local que no entraña ningún tipo de peligro ni para la mamá ni para el bebé cuando se lleva a cabo su inyección por parte de un profesional anestesista.

Cierto picor o escozor es el que se suele sentir cuando se pone, lo que se hace a través de un catéter colocado en lo que se conoce como espacio epidural, en la parte baja de la espalda. Luego, se establece que, unos diez minutos después de haber introducido esa anestesia en el cuerpo, será cuando la mujer comience a sentir el adormecimiento de lo que es la zona inferior de su organismo.

Ventajas y riesgos de la epidural

Como hemos mencionado al principio, hay mujeres que sí quieren que se les inyecte la epidural y otras que no. Tanto unas como otras toman esa determinación una vez que han conocido los pros y los contras de la misma.

Ventajas de la epidural

Riesgos y efectos secundarios de la epidural

Por el contrario, en cuanto a sus principales desventajas lo que podemos decir es que también existen, claro. Y es que puede traer consigo que la mujer sufra “efectos adversos”, tales como escalofríos, dolor de cabeza, dificultad para orinar e incluso incapacidad para poder pujar adecuadamente. Eso sin pasar por alto que, del mismo modo, puede generar que la parturienta sufra una bajada de la presión arterial.

Durante el parto, ¿cuándo se debe inyectar?

Todos conocemos el caso de algunas mujeres que, cuando han pedido que se les inyecte la epidural, ya ha sido imposible ponérsela porque se encuentran en un estado del alumbramiento en el que ya la misma carece de sentido. Y es que, aunque hay opiniones de todo tipo, lo habitual es que se ponga en el momento que la fémina tiene unos 4 centímetros de dilatación y le hace frente, cada diez minutos, a unas cuatro contracciones fuertes.

Se establece, del mismo modo, que el límite para proceder a inyectarla es cuando la futura mamá presenta ya unos ocho centímetros de dilatación.

Recuperación de la anestesia

Si todo lo que te hemos contado es importante, también lo es saber cómo es la recuperación de la epidural. En este caso, se considera que en el momento que ha pasado una hora de la retirada del mencionado catéter, la mujer comenzará a volver a sentir la absoluta movilidad de sus piernas.

Por regla general, se consigue “eliminar” la anestesia sin problemas. No obstante, hay mujeres a las que les cuesta, llegando a sufrir dolores de cabeza o mareos, sin olvidar molestias en la zona donde se le inyectó.

Casos en lo que no está recomendada

Además de la información dada es necesario saber que, en algunos casos, el anestesista o el médico determinarán que no es recomendable apostar por el uso de la epidural. En concreto, lo indicarán cuando la mujer presente problemas de coagulación, en ciertos casos debido a los tatuajes que tenga e incluso cuando cuente con la tensión muy alta.