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Correa para niños: pros y contras

Las correas para niños vuelven a estar de moda . La palabra correa puede asustar y hacer pensar al perro de inmediato, pero las que se suelen usar para llevar a los niños, son correas que se sujetan a un pequeño arnés y que los padres pueden usar para que los niños no se escapen o salgan corriendo. De este modo podemos controlar mejor cuando caminan por la calle. Una tema algo polémico dado que son muchas las voces que opinan que es mejor utilizar el método de siempre, es decir, darle la mano a los niños, mientras que otras prefieren los arneses de seguridad. Descubramos ahora todo sobre las correas para los niños con sus pros y contras.

Correas para niños: Pros y contras

¿Mantener a los niños con correa es la elección correcta? ¿La práctica es dañina? Todas estas son preguntas legítimas que se buscan responder, sin prejuicios dado que no deja de ser un accesorio que está disponible y que muchos padres y madres utilizan mientras que otros no acaban de entender que se utilicen.

Para el niño en desarrollo, la experiencia del riesgo puede ser útil. Trepar a un árbol, andar en bicicleta cuesta abajo o caminar hasta el supermercado implican diferentes elementos de riesgo y, con ello, una experiencia de aprendizaje y emoción gratificante. El juego arriesgado implica un elemento de desafío y aventura, que requiere que los niños superen los miedos, se enfrenten a lo desconocido y desarrollen habilidades de afrontamiento. Usar una correa para atarles un arnés puede darles la tranquilidad de que mamá o papá están sujetando esa correa y que no se harán daño pero por otro lado, les resta evidentemente la libertad de movimiento.

Explicar a los niños el uso de la correa

Los niños necesitan tener una sensación de seguridad para sentirse cómodos explorando lo desconocido. Para los maestros y educadores de la primera infancia, esto significa estar físicamente presente mientras un niño explora, pero también tener conversaciones con los niños que les ayuden a hablar y evaluar el riesgo. Una correa no puede reemplazar estas conversaciones.

La comunicación clara es la clave para ayudar a los niños a pensar por sí mismos. En el caso de una correa para niños, es importante que los adultos se tomen el tiempo de explicar por qué están usando el dispositivo. De lo contrario, puede llegar el mensaje equivocado: que el mundo es un lugar muy aterrador y que solo es seguro vivir con una correa. Esto podría fomentar una ansiedad innecesaria y dificultar que el niño inicie la exploración cuando se presente la oportunidad.

Por otro lado, si nuestro hijo o hija sale siempre corriendo, y acabamos comprando la correa para llevarlos atados pueden interpretar que tal vez la hemos comprado como castigo. Como ya hemos dicho, es necesario tener una conversación adecuada para explicarle al niño el porqué de esa correa. O tal vez usarla sólo en momentos en los que no queremos que el niño corra riesgo alguno, como por ejemplo cuando vamos a una gran superficie o a un lugar con mucha gente y no queremos que el niño se nos pierda.