La ciencia revela la sorprendente cantidad de energía necesaria para gestar un bebé
Un estudio publicado en Science desvela la impresionante cantidad de calorías que se gastan durante el embarazo
Las calorías durante el embarazo
El embarazo, ese fascinante proceso de traer una nueva vida al mundo, es una verdadera maravilla de la naturaleza. Sin embargo, lo que a menudo no se considera es la enorme cantidad de energía que el cuerpo de la madre debe invertir para llevar a cabo esta tarea titánica. Durante los nueve meses de gestación, el cuerpo femenino pasa por transformaciones extraordinarias, desde la creación de un nuevo ser hasta la adaptación de sus propios sistemas para apoyar y nutrir al bebé en desarrollo.
Los científicos han estado investigando este fenómeno durante años, y recientemente han empezado a desvelar la magnitud del esfuerzo energético requerido. Un estudio publicado en la revista Science por investigadores australianos ha revelado que un embarazo humano demanda cerca de 50.000 calorías dietéticas a lo largo de los nueve meses. Este descubrimiento destaca no solo la importancia de la nutrición adecuada durante el embarazo, sino también la increíble capacidad del cuerpo humano para adaptarse y cumplir con las demandas energéticas de la reproducción.
La ciencia revela la cantidad de energía necesaria para gestar un bebé
El estudio dirigido por el biólogo evolutivo Dustin Marshall y sus estudiantes en la Universidad de Monash ofrece una visión detallada de cómo la energía es utilizada durante el embarazo. Han descubierto que la mayoría de la energía no se almacena en el bebé en crecimiento, sino que es utilizada por el cuerpo de la madre para sostener y nutrir al feto, un hallazgo que cambia nuestra comprensión sobre los costos energéticos del embarazo.
La magnitud del esfuerzo energético
Pregúntale a cualquiera que haya estado embarazada, y te dirá que se necesita una cantidad increíble de energía para llevar a término un embarazo. Sin embargo, es solo ahora que los científicos están comenzando a comprender la verdadera escala de este esfuerzo. El estudio de Marshall revela que un embarazo humano requiere casi 50.000 calorías dietéticas, lo que equivale tal y como señala el New York Post, a aproximadamente a 50 tarrinas de helado de Ben and Jerry. Esta cifra es significativamente más alta de lo que los investigadores habían anticipado, ya que las estimaciones anteriores eran considerablemente más bajas.
Las investigaciones anteriores asumían que la mayor parte de la energía involucrada en la reproducción se almacenaba en el feto, que en realidad es bastante pequeño en comparación con el cuerpo de la madre. Sin embargo, Marshall y su equipo han demostrado que sólo alrededor del 4% de la energía total del embarazo se almacena en los tejidos del bebé. El otro 96% se utiliza para satisfacer las necesidades energéticas adicionales del cuerpo de la madre, lo que subraya la inmensa demanda energética que conlleva el embarazo.
Necesidades maternas y energéticas
Marshall y sus estudiantes han llevado a cabo una extensa investigación sobre el metabolismo para entender mejor estas demandas energéticas. Reconocieron que, además de alimentar sus propios cuerpos, las madres deben proporcionar energía adicional a sus crías. A medida que recopilaban datos sobre diversas especies, desde insectos hasta mamíferos, descubrieron que el tamaño de un animal tiene una gran influencia en la cantidad de energía necesaria para la reproducción.
Por ejemplo, los rotíferos microscópicos necesitan menos de una millonésima parte de una caloría para producir descendencia, mientras que un venado de cola blanca requiere más de 112.000 calorías para producir un cervatillo. Además, el metabolismo de una especie también juega un papel crucial. Los mamíferos de sangre caliente utilizan tres veces más energía que los reptiles y otros animales de sangre fría de tamaño similar. Este hallazgo fue especialmente sorprendente cuando Marshall y su equipo descubrieron que, en muchas especies, los costos indirectos del embarazo eran mayores que los directos.
La sorpresa del costo indirecto
Los resultados más extremos provinieron de los mamíferos, donde, en promedio, sólo el 10% de la energía utilizada durante el embarazo se destina a la descendencia. Este hallazgo sorprendió a los investigadores, incluyendo a Marshall, quien verificó los datos múltiples veces debido a lo inesperado del resultado. Esta revelación también sorprendió a otros científicos en el campo, como David Reznick de la Universidad de California en Riverside, quien expresó su asombro por lo altos que podían ser los costos indirectos.
El estudio ofrece pistas sobre por qué algunas especies tienen costos indirectos más altos que otras. Las serpientes que ponen huevos, por ejemplo, utilizan mucha menos energía indirecta que las serpientes que dan a luz a crías vivas. Las serpientes vivíparas deben sostener a los embriones mientras crecen dentro de sus cuerpos, mientras que las madres que ponen huevos pueden expulsar a sus crías más rápidamente.
Factores que influyen en la energía para gestar un bebé
Varios pueden ser los motivos por los que los mamíferos gastan más energía durante la gestación. Muchas especies de mamíferos construyen una placenta para transferir nutrientes a sus embriones, lo que podría aumentar las demandas energéticas. Además, los humanos pueden enfrentar costos particularmente altos debido a la duración relativamente larga del embarazo en comparación con otros mamíferos.
Marshall también sugiere que estos altos costos energéticos podrían explicar por qué las madres de mamíferos invierten tanto en el cuidado de sus crías después del nacimiento. Dado que ya han incurrido en grandes gastos energéticos durante el embarazo, tiene sentido que continúen invirtiendo en la supervivencia y bienestar de sus crías.
El descubrimiento de la cantidad de energía necesaria para gestar un bebé no solo amplía nuestra comprensión de la biología del embarazo, sino que también resalta la impresionante capacidad del cuerpo humano para adaptarse a las demandas extremas de la reproducción. Estos hallazgos podrían tener implicaciones significativas para la salud materna, proporcionando una base científica para recomendaciones dietéticas y de cuidado durante el embarazo. Además, subraya la importancia de apoyar a las mujeres embarazadas, reconociendo el increíble esfuerzo físico y energético que implica traer una nueva vida al mundo.
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