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Cómo darle pecho a un bebé prematuro

¿Cómo darle pecho a un bebé prematuro? Poder amamantar a un bebé nacido en la semana 30 o 27 de embarazo, a veces incluso antes, ciertamente no es algo fácil, pero es ciertamente posible, a pesar de todos los obstáculos. El primer obstáculo es la separación del bebé: es difícil amamantar «desde lejos», pero es importante intentarlo tanto por el bien del bebé como el de la madre. Para un buen inicio de la lactancia es fundamental que el bebé comience a mamar de inmediato y de manera constante, pero esto casi nunca le sucede a un recién nacido hospitalizado en cuidados intensivos; por lo que será necesario aplicar las pautas o protocolos para que podamos «dar el pecho» a nuestro bebé a pesar de estar en la incubadora.

Cómo darle pecho a un bebé prematuro

Para darle pecho a un bebé prematuro, la herramienta imprescindible es el extractor de leche que logra estimular la glándula mamaria, más o menos como lo haría un recién nacido: si consideras que un bebé mamaría en promedio 8/10 veces al día, puedes ajustar cuántas veces necesitas extraer la leche, teniendo en cuenta que la operación debe durar al menos 10 minutos cada vez. Cuantas más veces pueda hacer esto, más leche materna podrá producir. Al principio solo se producen unas gotas de calostro , pero día tras día la producción va aumentando hasta estabilizarse. Lo importante es extraer la leche constantemente, sabiendo ya que llevará mucho tiempo.

Almacenamiento y transporte de leche

En las salas de maternidad de los hospitales, se encuentran disponibles extractores de leche. Tan pronto como sea posible, la mamá puede pedirle a la enfermera de la sala o a la partera que la ayude a usarlo. Tras el alta de la madre, es fundamental tener uno en casa y tenerlo siempre a mano, como si fuera el niño. Los sacaleches eléctricos son más fáciles de usar y más rápidos, se pueden alquilar en farmacias o tiendas especializadas. También será necesario conseguir unos tarros en los que guardar la leche y en los que escribir el nombre del niño. La leche también se puede conservar durante mucho tiempo en la nevera , pero como el bebé la necesita todos los días, es recomendable transportar la producción diaria al hospital con una pequeña bolsa térmica.

En este caso, la esterilidad tiene sentido, tanto la de los frascos como la de las partes removibles del extractor de leche. Se puede alquilar un esterilizador de vapor hasta que el niño sea dado de alta, cuando el niño esté en casa ya no será necesario. Por otro lado, no es necesario lavar el pecho con detergentes y productos especiales : si el pezón se irrita, es mejor mantenerlo destapado y dejar secar unas gotas de leche en la superficie. El ingreso a la unidad de cuidados intensivos generalmente se regula a intervalos fijos: por lo tanto, es posible que las madres juntas pasen mucho tiempo esperando. Las salas de espera suelen estar equipadas con refrigeradores, esterilizadores y extractores de leche.

Primero en el hospital y luego en casa

La extracción regular de leche primero estimula la producción de leche y luego la mantiene alta hasta que el bebé pueda amamantar de manera efectiva. Puede llevar meses y hay que ir paso a paso. Incluso cuando el bebé está hospitalizado, es posible pedir intentar prenderlo al pecho. Al principio puede que no pase nada, pero día tras día la situación cambiará.

Después del alta del bebé, en casa en una situación más tranquila, es posible utilizar un dispositivo o sistema de alimentación suplementaria (SNS): es una herramienta que permite sujetar al bebé al pecho, pero al mismo tiempo alimentarlo con un adición de leche materna previamente extraída. En la práctica es una botella conectada a dos tubos en los que se vierte la leche; los tubos se fijan al seno con un yeso perforado en el pezón. El bebé coge la tetina y las sondas en la boca y succiona con un doble efecto: hace salir la leche de las sondas y estimula el flujo de leche del pecho. Así la madre puede amamantar sin preocuparse de que el bebé no esté comiendo lo suficiente.

Beneficios de la lactancia para el bebé prematuro

Todos los profesionales médicos coinciden en subrayar que dar el pecho al niño no es sólo una acción beneficiosa para él sino también para su propia madre. No obstante, para quien es fundamental y muy ventajosa la lactancia materna es para el bebé prematuro. Y es que su situación y su “fragilidad” se ven mejoradas de manera notable gracias a aquella.

En concreto, podemos establecer que estos son los principales beneficios que se le aporta a ese recién nacido que ha llegado al mundo antes de lo previsto:

  1. Tomar leche de la madre le ayuda a ganar peso de una manera mucho más rápida.
  2. Ese alimento que procede directamente de su mamá tiene la particularidad de que cuenta con unos elementos nutritivos de gran calidad que le aportarán la energía y la fuerza que necesita para poder estabilizarse y “salir” de la incubadora camino a casa.
  3. No menos importante es que, de la misma manera, se consigue reforzar la salud del bebé prematuro. En concreto este, gracias a esa leche, contará con una barrera fuerte y resistente frente a las posibles infecciones que pudieran querer aparecer.
  4. Asimismo es igualmente significativo el hecho de que dar el pecho a este pequeño va a suponer que él logre mejorar de forma contundente tanto lo que es su desarrollo neurológico como su agudeza visual.
  5. Otro de los principales beneficios de la lactancia materna respecto al niño prematuro es que ella permite estrechar vínculos y lazos afectivos entre su progenitora y él. De ahí que el recién nacido se sienta arropado, protegido y querido, lo que subirá su ánimo y eso se traducirá en una recuperación mucho más rápida y efectiva.
  6. Todo ello sin olvidar que este alimento que nos ocupa también se convierte en un gran aliado para la salud del pequeño, en el sentido de que reducirá de manera notable las posibilidades de que se produzca lo que se conoce como NEC, un daño del tejido intestinal que suele aparecer en bebés prematuros y que, en un 15% de los casos, causa la muerte de ellos.