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PRIMERA DIVISIÓN / JORNADA 13

Toni Amor, la recompensa a doce años picando piedra

El mallorquín será el domingo el sustituto de Aguirre, sancionado con dos partidos

Él es en realidad quien desempeña en los entrenamientos el trabajo de campo

Está con Javier Aguirre desde que ambos coincidieron en Emiratos Árabes

Abandonó el Mallorca por voluntad propia en 2010, tras tres años en el filial

Doce años picando piedra, desde que en 2010 se marchó del Mallorca a la llegada de Serra Ferrer por voluntad propia. Toni Amor (Palma, 1976) recogerá el domingo el fruto a su trabajo debutando como entrenador del primer equipo bermellón, aunque sea de manera circunstancial, como consecuencia de la sanción de dos partidos que le ha impuesto el Comité de Competición a Javier Aguirre. Para empezar tiene un hueso duro de roer, el Villarreal de Quique Setién, y además no podrá contar con los sancionados Maffeo y Raíllo.

No ha sido fácil la carrera profesional de Toni Amor, forjada desde muy joven en el modesto Arenal. Allí le llegó su primera oportunidad y, con sólo 30 años, tomó los mandos del Atlético Baleares, entonces en Regional Preferente. Lo devolvió a Tercera División y fue su rampa de lanzamiento hasta llegar al Mallorca B, en el que fue segundo de Jaume Bauzá durante tres temporadas, desde 2007 hasta 2010, en la generación de la que salieron jugadores como Tomás Pina, Sergi Enrich, Tomeu Nadal o los hermanos Castellano.

Tras una breve estancia en el San Francisco, en 2012 recibió una llamada de Emiratos y se marchó al Al-Wasl como director técnico. De ahí al Al-Hilal, al Al-Wahda y al Shabab, coincidiendo con entrenadores como Héctor Cúper y, por supuesto, Javier Aguirre, con el que trabó una amistad que les ha llevado a formar un equipo inseparable, primero en el Leganés y luego en el Monterrey, aunque antes Amor vivió un breve regreso al fútbol balear en el Ibiza y en el Arenal, desde donde le rescató Aguirre en 2019.

Mallorquinista de cuna, Toni Amor siempre soñó con el banquillo del club de su tierra. El domingo lo verá cumplido ante el Villarreal, aunque por supuesto estará pendiente de las órdenes que le dé desde la tribuna Javier Aguirre. Luego llegará el Atlético, ante quien también será el entrenador oficial del Mallorca, pero después regresará a su puesto en la sombra del Vasco, aunque en realidad él es quien ejerce como entrenador de campo en los entrenamientos, mientras Aguirre se dedica a supervisar las sesiones. 

Creció entre toboganes acuáticos en Aquacity, a pocos metros del campo de fútbol del Arenal en el que debutó como entrenador. Muchas vueltas ha dado la vida desde entonces, pero ahora le llega por fin el momento de recoger el premio a su trabajo. Se lo ha ganado.