La realidad del Banco de Alimentos de Mallorca: de distribuir diez toneladas diarias a como mucho seis
Su presidente, Raimundo de Montis, explica que la crisis energética y la inflación han hecho mella en su fundación
"Este 2022 repartiremos 500 toneladas menos de comida con respecto al año pasado"
"Las donaciones económicas de personas de a pie han caído un 70% y las donaciones empresariales otro 67%"
Se disparan las colas del hambre: los bancos de alimentos reparten en 6 meses lo mismo que en todo 2021
Palma es la ciudad con la cesta de la compra más cara de España
El encarecimiento de los productos de la cesta de la compra es una realidad que azota a todas las familias, pero especialmente a las más desfavorecidas. Personas que, desgraciadamente, no tienen ingresos económicos o éstos son insuficientes debido a la precariedad y/o inestabilidad de sus empleos.
Padres y madres, con hijos a las espaldas, que se ven obligados a pedir ayuda para traer comida a sus hogares. Esta es la delicada situación que hoy en día padecen multitud de familias en España. A esta subida de los precios de los alimentos, además, se le unen otras dificultades como el encarecimiento del carburante, la luz y el gas.
Todo ello está afectando a la economía doméstica de los ciudadanos españoles, aunque se acentúa notablemente en ciertas regiones. Una de ellas es Baleares, que encabeza el ranking nacional de comunidades con mayor incremento de la cesta de la compra.
Los residentes de las Islas son unos de los mayores damnificados de esta coyuntura, palpable en el desbordamiento de las colas del hambre y la merma cada vez mayor de reservas por parte de las entidades sociales encargadas de repartir y distribuir comida.
Así lo confirma Raimundo de Montis, presidente del Banco de Alimentos de Mallorca (BAM), quien señala que la crisis energética y la inflación han hecho mella en la fundación. «Este 2022 repartiremos 500 toneladas menos de comida con respecto al año pasado», explica, para añadir que han pasado de «distribuir diez toneladas diarias de alimentos, a como mucho seis».
El Banco de Alimentos de Mallorca es una asociación sin ánimo de lucro creada en 1995, es decir, con 27 años de historia. «Somos únicamente una entidad de distribución, nosotros no podemos dar comida a un particular», afirma Montis, aunque confiesa que en ocasiones hacen alguna excepción.
Colaboran con cerca de un centenar de entidades beneficiaras en toda la Isla, a las que distribuyen alimentos durante cuatro días a la semana, de lunes a jueves. «Cuando alguien acude a aquí (Mercapalma), lo que hacemos es mandarlo a una de estas entidades, siempre la que esté más próxima a su vivienda», indica el presidente.
En la empresa trabajan alrededor de 25 personas, la mayoría, como él, de manera desinteresada y gratuita. «Los voluntarios somos casi todos jubilados y desempeñamos labores de oficina. No obstante, también tenemos asalariados, como es el caso de los trabajadores sociales y de los jóvenes responsables de gestionar los almacenes y manipular los suministros».
Tienen dos naves, una para la distribución diaria y otra para almacenar productos en stock. «Cada día vienen aproximadamente 20 entidades. Hoy por ejemplo han venido 21», apunta y asevera que los productos habitualmente más repartidos son «fruta y verdura fresca, leche, arroz, pasta, aceite y carnes», entre otros.
También explica que hoy en día todos los bancos de alimentos de España disponen de un avanzado un sistema informático (TRIBAL) que se encarga de todo el apartado logístico de la asociación. Este programa , a su vez, es capaz de ajustar y adjudicar los productos que necesitan las familias en función de cada caso particular-con hijos lactantes, celíacos, etc.-.
Inmigrantes y personas de etnia gitana
En cuanto al perfil de persona que solicita ayudas, señala que principalmente son inmigrantes. «De África vienen de todos los países. Sí es cierto que últimamente acuden muchas personas de etnia gitana», destaca. «Hace unos años el perfil estaba muy marcado, pero desde 2020 cada vez son más los usuarios que acuden por primera vez», refiere.
Por otro lado, Montis afirma que actualmente, utilizando el mismo dinero, adquieren menos comida con respecto a otros años: «El año pasado con 1.000 euros comprábamos hasta 1.020 litros de aceite de girasol. Ahora, con la misma cantidad, aspiramos como máximo a comprar 300 litros».
En este sentido, asegura que «si este hecho se suma al incremento de los costes de energía y al mantenimiento de las infraestructuras, tanto de los almacenes como de los vehículos, así como la distribución, el funcionamiento del Banco de Alimentos de Mallorca se convierte básicamente en intentar sobrevivir».
Montis recuerda que durante 2021, el Govern balear hizo un esfuerzo comprando a los agricultores y ganaderos los excedentes de productos frescos y entregándolos a las entidades más importantes. «Al Banco de Alimentos de Mallorca le hizo llegar más de 300.000 kilos de fruta, verdura, leche, carne de cordero y lechoncitas. Este año no se ha ofrecido nada», lamenta.
Caen las donaciones de particulares y empresas
Paralelamente, la tesorera de BAM, Genoveva Fontela, apunta que la institución se ha visto también perjudicada por una importante bajada de las donaciones, tanto por parte de particulares como de entidades. «Las donaciones económicas de personas de a pie han caído un 70% y las donaciones empresariales otro 67%», comenta Genoveva.
Al mismo tiempo, Montis añade que tampoco han recibido la cantidad deseada a través del programa Ningún hogar sin alimentos, organizado por la Fundación la Caixa y CaixaBank. «Este año ha habido un 50% de donaciones menos que las registradas, en la misma campaña, el año anterior», manifiesta.
El presidente de BAM calcula que el año pasado recibieron unas 2.000 toneladas de alimentos a repartir entre los diferentes intermediarios dedicados a hacer entrega de los víveres a los beneficiarios, dato que contrasta con el que esperan para finales de 2022: «Se intuye que a finales de este año habremos recibido, aproximadamente, 500 toneladas menos».
Reclaman un esfuerzo de las instituciones
Al mismo tiempo, el presidente apunta que ha habido un incremento de la demanda de ayudas por parte de familias y personas que han sufrido una pérdida importante en su poder adquisitivo. Ante el panorama que se cierne en el horizonte, el presidente del Banco de Alimentos de Mallorca reclama a las instituciones que realicen un esfuerzo extraordinario para poder dar respuesta a la demanda de productos de primera necesidad, que se prevé que se incrementen debido a la desbocada inflación.
«El pasado mes de agosto en Baleares, la tasa de inflación fue del 10,8 %, superando a la media nacional», apunta Montis, quien prevé que las complicaciones de los últimos meses «se notarán mucho más en un futuro», razón por la cual le «preocupa» la situación del próximo invierno, en la que muchos expertos vaticinan la llegada de una recesión económica.
Por todo ello, presiente que la situación económica para las familias en riesgo de exclusión será aún peor y ya avisa de que «muchos alimentos que recibimos estos días y de ahora en adelante serán conservas o género que no necesite ser cocinado para asegurar que las familias puedan ahorrar en la factura de la luz».
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