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Palma quiere cobrar una tasa a los cruceristas a la llegada y otra para poder visitar la ciudad

También propondrá en la Mesa por la sostenibilidad del Govern limitar el número de coches de alquiler

El alcalde Martínez modificará el Plan General para prohibir nuevas plazas de alquiler turístico

  • Indalecio Ribelles
  • Redactor de OKBaleares, información local de Palma, social y política. Antes, redactor en EL MUNDO/ Baleares durante 20 años.

El Ayuntamiento de Palma quiere cobrar una tasa a los cruceristas a la llegada y otra para poder visitar la ciudad. Asimismo, quiere limitar los coches de alquiler y prohibir más bares, cafeterías, restaurantes y establecimientos de ocio en las denominadas zonas turísticas maduras en  Playa de Palma, Cala Major y el Paseo Marítimo.

Son algunas de las propuestas que el gobierno en minoría del PP en el Consistorio palmesano, que encabeza el alcalde Jaime Martínez, trasladará a la denominada Mesa por el pacto social y político por la sostenibilidad económica de Baleares, presidida por Marga Prohens.

Se trata de un ente de nueva creación del que forman parte 140 entidades entre sindicatos, patronales, los sectores económicos, círculos de Economía, cámaras de comercio y cuyo comité técnico debe definir una hoja de ruta para la sostenibilidad económica, social y ambiental de las Islas.

«Son medidas y propuestas que son necesarias ponerlas encima de la mesa porque ahí están representados todos los partidos políticos e instituciones. A partir de ahí, se tienen que estudiar, y si el grupo de expertos nos dice que no son viables, pues no lo discutiremos. Vamos a poner encima de la mesa estas cosas que nosotros creemos que sí son necesarias».

Además de las iniciativas citadas, Palma propondrá un incremento de efectivos policiales además de la Policía Local, de agentes de la Policía Nacional y Guardia Civil, cuya merma de efectivos en patente cada temporada veraniega; regular o prohibir determinados megacruceros a Palma y solo permitir pequeñas y medianas embarcaciones de pequeña y media eslora, y cobrar esas dos tasas a los cruceristas, una a la llegada y otra de acceso a la ciudad de Palma para su visita (cuyo importe se desconoce), revisando al alza las tasas de residuos para los cruceros.

A su vez, también el gobierno en minoría del PP quiere poner coto a los grupos organizados de turistas para las visitas guiadas al centro de la ciudad, incrementando las tareas de control y que cada guía turístico tenga un limite máximo de visitantes a su cargo; prohibir las party boat; revisar al alza las tarifas de agua y basura de todas las estancias vacacionales y crear además una tasa para todos los bares, restaurantes, cafeterías o heladerías que venden productos envasados para llevar.

Por otro lado, el alcalde Jaime Martínez iniciará los trámites para aprobar una serie de propuestas en la misma dirección para las que sí tiene competencias: prohibir el alquiler turístico en todo tipo de viviendas, edificios plurifamiliares y chalés para que no haya más plazas de alquiler vacacional; y modificar el planeamiento urbanístico para que en zonas turísticas maduras, o sea, Cala Major, Paseo Marítimo o Playa de Palma, no haya más establecimientos de ocio, bares, discotecas o restaurantes.

El equipo de gobierno presentará mañana jueves en el pleno estas propuestas para su debate, pero con independencia del resultado de la votación, estas iniciativas serán presentadas ante la mesa de diálogo.

Un pleno en el que los partidos de la oposición, socialistas, independentistas de Més y Podemos, llevarán para su debate otras iniciativas para hacer frente a la masificación turística y a los que el alcalde ha pedido adherirse a estas propuestas hoy presentadas.

«Creo que es importante no lanzar ideas al vuelo, sino ser coherente. Pedimos que todos se adhieran a nuestra propuesta, porque Palma se merece lograr un equilibrio entre residentes y turistas».