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La Palma de Hila recibe a los turistas con las calles más visitadas del centro histórico repletas de grafitis

Las pintadas vandálicas dominan alguno de los espacios más emblemáticos de la ciudad como la calle Almudaina

La asociación conservacionista Arca reclama a los partidos políticos un plan de choque para eliminar los grafitis

Los comerciantes cargan contra la dejadez del alcalde Hila con los grafitis: «Palma camina hacia la ruina»

La ciudad de Palma que gobierna el pacto de izquierdas con el socialista José Hila como alcalde recibe estas semanas a los primeros turistas con las calles más visitadas del centro histórico invadidas por los grafitis. Una de las zonas más emblemáticas de la ciudad es el barrio de la Catedral donde se encuentra la calle Almudaina, objeto constante de visitas guiadas de grupos de turistas debido a su belleza, historia y patrimonio. Lo que ahora domina esta calle son los numerosos grafitis, algunos con años de existencia, que el Ayuntamiento ha sido incapaz de eliminar.

En la calle  Almudaina destaca sobre todo su arco, que aparece en todas las guías turísticas de la ciudad y en las páginas de información a los visitantes del propio Ayuntamiento. Se trata de una construcción gótica que se levanta en el mismo lugar que ocupaba una de las puertas de la ciudad romana.

Supone una puerta de entrada a una de las calles más pintorescas de la ciudad y, aparte del arco, en ella se encuentran los patios de Can Oms y de Can Bordils, dos de los más espectaculares de Palma, como explica la página web del Ayuntamiento.

Lo que ahora domina en esta calle Almudaina no es el arco y sus elementos históricos y patrimoniales sino la suciedad y de forma mucho más llamativa las pintadas vandálicas cuando el sentido común indica que debería ser uno de espacios mejor cuidados y con mejor presencia.

El asunto es más grave si cabe cuando resulta que Can Bordils es propiedad del Ayuntamiento y alberga el Archivo Municipal. También en esta calle Almudaina se encuentra el Centro Maimó Ben Faraig orientado a difundir la historia de la cultura judía en Mallorca. Los visitantes pueden ver desde el exterior la puerta de la Almudaina. En el interior se pueden contemplar las antiguas murallas romanas, lo que ayuda a visualizar cómo eran los barrios judíos, gracias también, a las fotografías y mapas que se encuentran en la exposición permanente.

Para acceder a este centro cultural, que además es una Oficina de Turismo del Ayuntamiento,  los visitantes están obligados a contemplar previamente toda una secuencia de pintadas vandálicas.

Los grafitis también son la nota dominante en otras calles del centro histórico próximas a la Almudaina y que forman parte de la tarjeta de presentación de la ciudad de Palma a los turistas.

La realidad es que son muchas las calles del centro de Palma que siguen estando llenas de grafitis por la inacción del Ayuntamiento de la ciudad. Desde hace al menos dos años, la calle Cavalleria, entre el Cristo de la Sangre y la Avenida Jaume III, la milla de oro de la ciudad, está repleta de pintadas que estropean la imagen del casco antiguo de la capital balear.

En octubre de 2021 el alcalde José Hila, defendió que «se estaban dejando cuerpo y alma» en limpiar todos los dibujos que realizaban algunos vándalos en las fachadas de la ciudad. No obstante, la realidad dista bastante de lo que argumentó el dirigente socialista. Las paredes de las zonas más emblemáticas Palma siguen siendo un mural para los indecentes.

La proliferación de pintadas vandálicas en las calles de Palma ha sido denunciada con frecuencia por la entidad conservacionista Arca que estos días ha emitido un documento con sus propuestas para los partidos que se presentan a las elecciones del 28 de mayo.

Arca afirma que «el incivismo es hoy uno de los problemas que afectan a la convivencia y el bienestar en la ciudad» y por ello propone la creación de una Concejalía de Convivencia y Civismo. » Sería una Concejalía con competencias transversales que afrontaría y buscaría soluciones urgentes a problemas enquistados que deben dejar de ser una fuente de malestar y un perjuicio para las personas y su bienestar», dice Arca.

Arca propone un plan de choque contra las pintadas vandálicas con el objetivo de que en pocos meses estén eliminadas de todas las paredes de la ciudad.

Ya en otros aspectos propone la recuperación de la seguridad y protagonismo peatonal: «Aceras y espacios peatonales libres de cualquier vehículo. Evitar el incivismo en el abandono de residuos en la vía urbana con campañas de concienciación continuadas, controles y sanciones. La calle debe ser una extensión de nuestra casa y así debemos sentirlo y cuidarlo. Por residuos entendemos desde utensilios voluminosos o escombros hasta una colilla o un chicle, pasando por las heces de las mascotas o los restos del consumo de alcohol en la calle», explica la entidad conservacionista.