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inseguridad ciudadana

Los okupas toman el casal en obras de Son Ametler en el barrio del alcalde de Palma

  • Indalecio Ribelles
  • Redactor de OKBaleares, información local de Palma, social y política. Antes, redactor en EL MUNDO/ Baleares durante 20 años.

Los okupas toman el casal municipal en obras de Son Ametler en el barrio del Vivero, donde reside el alcalde de Palma, José Hila, cuyos trabajos llevan un mes y medio paralizados y acumulan ya más de un año y medio de retraso.

Una ocupación constatada por los vecinos de la zona, que ven entrar y salir de allí gente día y noche, ante la pasividad del gobierno municipal, que no retoma unas obras que arrancaron en el ecuador de 2020 presupuestadas en 670.000 euros y que se tenían que haber acabado en apenas 10 meses, plazo que la realidad ha acabado por desmentir.

Entrada principal al futuro casal de barrio de Son Ametler en el barrio del Vivero de Palma.

El problema ahora es que con la ocupación del inmueble por un número desconocido de personas, no sólo el Consistorio tendrá que iniciar el proceso administrativo para su desalojo, sino que se corre el riesgo de que todo el trabajo de reforma realizado en el interior del recinto se vaya al traste por la acción de los okupas.

La dejadez del gobierno municipal con este proyecto, que se consideraba estratégico para el Vivero y su distrito, así como una apuesta por «el modelo de ciudad policéntrica», dista mucho de la realidad en la que se encuentra el inmueble. La concejala independentista de Modelo de Ciudad, Neus Truyol (Més), dijo en la presentación de esta iniciativa que la idea era «equilibrar las desigualdades entre zonas, fomentando así una ciudad sostenible, cohesionada socialmente y, por tanto, más humana».

Pintadas vandálicas en una de las fachadas del futuro casal de barrio de Son Ametler en Palma.

De hecho, la degradación del edificio ya ha arrancado en el exterior, con las clásicas pintadas vandálicas que pueblan uno de los laterales del mismo, en cuya entrada ya hay parte de la puerta principal con un agujero que los okupas aprovechan para entrar y salir.

Ante esta situación, la última previsión municipal de que el nuevo casal de barrio pueda inaugurarse el próximo otoño parece un objetivo casi imposible de cumplir.