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Muere en Ibiza Joan Riera ‘Aliso’, dueño de las reconocidas bodegas Can Rich

El fundador de la bodega más grande de la Isla, fue también un apasionado del mar

  • Indalecio Ribelles
  • Redactor de OKBaleares, información local de Palma, social y política. Antes, redactor en EL MUNDO/ Baleares durante 20 años.

Muere en Ibiza Joan Riera Aliso, dueño de las reconocidas bodegas Can Rich a los 65 años después de una larga enfermedad. Su fallecimiento ha provocado una honda consternación en la Isla, ya que además de su trayectoria empresarial, Aliso fue un apasionado del mar desde su juventud.

Su trayectoria empresarial en el sector arrancó en 1992 cuando la familia adquirió unos terrenos en la localidad de Sant Antoni, que más tarde se convertiría en la sede de las bodegas.

Junto a su mujer Stela González, Can Rich se ha convertido en las últimas décadas en un símbolo de vino de calidad.  Situada entre Sant Antoni y Buscastell, se trata de la bodega más grande de la Isla y ya elaboraba productos de la tierra de Ibiza desde 1997.

No fue hasta 2005, cuando la familia se centró de lleno en la viticultura y las bodegas de Can Rich se convirtieron en lugar de cita obligada para turistas y residentes, y en uno de los epicentros de la defensa del producto local de calidad.

A pesar de ser relativamente joven, esta bodega logró posicionarse como una de las referencias del vino ibicenco. Cultiva variedades autóctonas como la Monastrell, la Manto Negro y la Malvasía, respetando siempre el entorno y apostando por prácticas ecológicas. Su filosofía se basa en dejar que la tierra hable, que el vino exprese lo mejor del paisaje de donde nace.

Blancos frescos, rosados intensos y tintos con carácter se combinan con la experiencia de caminar entre vides y respirar el aroma de la tierra recién labrada.

De hecho en 2019 recibió el Premi Portmany del Ayuntamiento de Sant Antoni y el pasado año 2024 el EcoRacimo Gran Oro en el concurso de vinos ecológicos organizado por la Diputación de Córdoba, el Ayuntamiento de Montilla y Ecovalia.

El fundador de la bodega más grande de la isla fue también un apasionado del mar y desde bien joven se aficionó a la vela, perteneciendo al emblemático Club Náutico Ibiza.