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El Illes Balears Palma Futsal tocó la gloria en 2025

Campeón de Europa y campeón de la Intercontinental, los grandes logros

La espinita, ese primer título nacional que sigue resistiéndose

El Illes Balears Palma Futsal cierra un año histórico, marcado por títulos internacionales, récords, reconocimientos y la consolidación de un proyecto único. Hay años que pasan. Y hay años que se quedan. El 2025 pertenece a ese segundo grupo. Será imposible hablar del Illes Balears Palma Futsal sin detenerse en él. Victorias, aprendizajes, noches imposibles y un equipo que, cuando parecía haber tocado techo, volvió a levantar la vista.

El año arrancó sin concesiones. Enero llegó con la clasificación para los cuartos de final de la Copa del Rey en Santa Coloma y con un reconocimiento que ya no sonaba a sorpresa, sino a confirmación. Futsalplanet situó al Palma Futsal como el mejor club del mundo, distinguió a Antonio Vadillo como el mejor entrenador y a Luan Muller como el mejor portero. Tres premios que resumían una realidad: el proyecto estaba en su mejor momento. Todo ello mientras el equipo cerraba una primera vuelta liguera sobresaliente, tercero, empatado con el segundo, sobreviviendo a un calendario tan exigente como ilusionante.

Febrero fue Zaragoza y fue victoria. Fue el billete para la Final Four de la Copa del Rey. Y marzo llegó con el pulso acelerado. Llegaba la Copa de España. Y qué Copa. En cuartos, ante el anfitrión ElPozo Murcia, un gol de Rivillos en el minuto 39 encendió algo más que un marcador: activó la sensación de que aquel equipo estaba preparado para romper barreras.

En semifinales esperaba Movistar Inter. Y otra vez a los penaltis. Durante años habían sido una frontera mental, un territorio incómodo. Pero el Palma Futsal ya había aprendido a convivir con ellos. Esta vez no pesaron ni el pasado ni los recuerdos. Por primera vez en su historia, el equipo disputaría la única final de un título nacional que se resistía. No fue el día ante Servigroup Peñíscola. El conjunto mallorquín no encontró su mejor versión. Pero aquella derrota no fue un punto final. Fue una lección.

Mientras tanto, Son Moix seguía escribiendo su propia historia. El 5-2 ante Jaén Paraíso Interior supuso el lleno número 50 desde la llegada al pabellón. Una cifra que habla de algo más profundo: el fútbol sala había cambiado su lugar en Mallorca. Aquello que quince años atrás parecía una quimera —llenar un pabellón con más de 4000 personas— se había convertido en rutina. El Palma Futsal no solo ganaba partidos: había transformado la relación de unas islas con su fútbol sala.

Abril trajo la clasificación para los playoffs y un liderato momentáneo. Y también uno de los golpes más duros del año. Piqueras caía lesionado de gravedad. Rotura del ligamento cruzado anterior. Adiós al tramo más bonito de la temporada. De nuevo, tocaba recomponerse. De nuevo, hacerlo juntos.
Y entonces llegó Europa. Le Mans. El tercer intento. Una Champions puede parecer un milagro. Dos, una anomalía maravillosa. ¿Tres? Nadie lo había logrado. Y el camino no daba tregua: el Sporting de Portugal esperaba en semifinales. Todo parecía en contra. Pero hay equipos que, cuando suena el himno europeo, se transforman. El 0-3 ante los portugueses fue una declaración de intenciones. El Palma Futsal estaba preparado para desafiar la historia.

El 4 de mayo de 2025 ya no pertenece al calendario. Pertenece a la memoria. Ante el Kairat Almaty, bicampeón de Europa, el equipo firmó una actuación perfecta. Un 9-4 que aún pone la piel de gallina al recordarlo. Fiesta, incredulidad, celebración. Un club nacido en Manacor hacía 27 años se convertía en el primer equipo en conquistar tres UEFA Futsal Champions League consecutivas. Ahí queda. Para siempre.

A la vuelta, Piqueras fue intervenido con éxito. Comenzó una recuperación larga, silenciosa, paciente, que hoy ya entra por fin en su recta final. Y como si el año aún guardara más certezas, a mediados de mayo llegó otra noticia que apuntalaba el futuro: Antonio Vadillo renovaba hasta 2028. El líder del proyecto seguía al frente.

La liga regular terminó con el Palma Futsal en segunda posición y con Son Moix convertido en fortaleza: 13 victorias y 2 empates en 15 partidos. Llegaron los playoffs. Hambre intacta. Osasuna Magna cayó en cuartos. El Barça esperaba en semifinales. Victoria en casa, derrota ajustada en el Palau y un tercer partido que rompió la magia del pabellón. El final dejó la sensación de que aún quedaba algo pendiente. Que aquello había terminado demasiado pronto.

El verano trajo, como siempre, cambios, despedidas y nuevos comienzos. Gordillo y Neguinho dijeron adiós. Lucão llegó como primer golpe de efecto. Julio confirmó algo simbólico: el Palma Futsal iniciaría la Champions como el equipo con mayor coeficiente en la historia de la competición. Llegaron Dennis, la renovación de Luan Muller, la continuidad de Ernesto y Fabinho, el regreso de Alisson, la experiencia de Lin. El proyecto no se detenía.

El inicio del nuevo curso fue exigente. Ajustes, empates, aprendizaje. Octubre obligó a vivir sin un hogar fijo. Son Rapinya, Toni Pizá, Galatzó… cada día un pabellón distinto, cada entrenamiento un escenario nuevo. Un equipo que tuvo que empezar a apuntalarse cambiando de casa a diario, construyendo automatismos y confianza lejos de la comodidad de un refugio estable. En ese tránsito llegaron derrotas y puntos que se escaparon por el camino, avisos necesarios para recalibrar el rumbo antes de lo que estaba por venir.

La reacción llegó en el momento más exigente. En plena Main Round de la UEFA Futsal Champions League, Son Moix se convirtió en el escenario de una prueba mayúscula. Etoile Lavalloise, FC Semey y FK Chrudim componían un grupo durísimo, de esos que no conceden margen de error. Tres partidos, tres finales. Y el Illes Balears Palma Futsal respondió como lo hacen los equipos grandes: pleno de victorias, clasificación como líder y el récord histórico de partidos invictos en la UEFA Champions League, sumando fútbol sala y fútbol, superando incluso al Manchester City de Pep Guardiola.

Después llegó la Copa Intercontinental. En casa. En Son Moix. El escenario perfecto para otro capítulo inolvidable. Victoria por 4-2 ante Peñarol, sexto título del club y tricampeonato mundial. El Palma Futsal levantaba un nuevo trofeo ante su gente.

Diciembre no dio respiro. Europa, Copa del Rey, Liga. La clasificación para la Copa de España quedó sellada ante Ribera Navarra. Duodécima consecutiva. Y como broche, el viaje a Brasil. La gala de Mundo do Futsal puso nombres propios a todo lo vivido: el Illes Balears Palma Futsal fue elegido Mejor Club del Mundo; José Tirado, Mejor General Manager; Antonio Vadillo, Mejor Entrenador; y Luan Muller, Mejor Portero del Mundo. Cuatro premios que no solo reconocen lo que se ve, sino también todo lo que hay detrás.

El 2025 se despide con el Illes Balears Palma Futsal clasificado para la Copa de España, entre los ocho mejores de Europa y con la sensación de que el camino no ha terminado. Un año extraordinario. Un proyecto consolidado. Y un 2026 que espera, exigente y prometedor, con la misma ambición de siempre.