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El fiscal condecorado pasó de imputar a Cursach por 16 delitos a pedir su total absolución

La mayor parte de las denuncias contra el empresario no fueron enjuiciadas por decisión del fiscal

Otras desaparecieron de forma misteriosa y hubo testigos clave que no fueron localizados

  • Indalecio Ribelles
  • Redactor de OKBaleares, información local de Palma, social y política. Antes, redactor en EL MUNDO/ Baleares durante 20 años.

El fiscal Tomás Herranz, que será condecorado por el Ayuntamiento de Palma con la Cruz al Mérito Policial con distintivo blanco en el pleno de este jueves 26 de septiembre, pasó en el juicio del caso Cursach, celebrado en 2022, de acusar al empresario de la noche mallorquina de hasta 16 delitos a proponer su total absolución, como así sucedió.

Los 16 delitos que pesaban sobre Cursach eran los de narcotráfico, corrupción de menores, pertenencia a organización criminal, cohecho, extorsión, amenazas, coacciones, uso de información privilegiada, delito contra la Hacienda pública, blanqueo de capitales, tráfico de influencias, falsedad documental, estafa procesal, aportación de documentos falsos en juicios, tenencia ilícita de armas y delitos contra los derechos de los trabajadores.

Lo que fue una de las mayores macrocausas de corrupción -con más de cuatro años de instrucción- se convirtió casi por arte de magia en una piadosa absolución y un fracaso de la justicia. El empresario mallorquín y magnate del ocio nocturno, cuyo apellido dio nombre a la causa, y el director general del Grupo Cursach, Bartolomé Sbert, quedaron absueltos tras haber sido los principales procesados.

En el juicio, el fiscal premiado por el Ayuntamiento se centró más en cuestionar a los testigos y desmontar la causa, que en entrar en el fondo de la misma.

A todo ello hay que sumar que sólo se le juzgó al empresario por una mínima parte de los dieciséis delitos de los que estaba acusado, con el agravante de que en la instrucción judicial del caso, hubo denuncias que misteriosamente desaparecieron de los juzgados quedando sin investigar, y testigos en paradero desconocido que no fueron localizados.

Después de 36 sesiones y cinco meses y medio de juicio en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Baleares, la Fiscalía Anticorrupción y las tres acusaciones particulares retiraron todos los cargos contra Cursach y la docena de agentes de la Policía Local, quedando todos absueltos.

En una sesión final sin precedentes en la historia judicial de España, en un show lacrimógeno sin par del fiscal Herranz al relatar sus conclusiones y con el principal acusado aplaudiéndole, Bartolomé Cursach se fue de rositas tras un juicio donde no se investigó ni el uno por ciento de los hechos por los que fue denunciado por la acusación particular de los empresarios de la localidad mallorquina de Magaluf.

Detrás de la absolución de Cursach está, sin duda, la nefasta instrucción inicial del caso por parte del fiscal Miguel Ángel Subirán y el juez Manuel Penalva, quienes tomaron las riendas del caso Cursach, y fueron apartados del mismo en 2018, tras ser recusado este último por enviar mensajes vía WhatsApp a una testigo clave. Penalva fue jubilado por el Poder Judicial en julio de 2021 .

A tan solo doce días de arrancar el juicio en junio de 2022, la Fiscalía Anticorrupción retiraba la acusación contra siete de los 23 acusados en el procedimiento, y limitaba las acusaciones a la actuación de la Policía Local de Palma, y sus posibles conexiones con Cursach, renunciando además a 54 testigos.

Tras atribuirle Subirán y Penalva al empresario un delito de cohecho activo continuado y un delito de coacciones solicitando la Fiscalía ocho años y medio de prisión, el Ministerio Público con Herranz y Carrau al frente, reducía estas penas a años y medio de cárcel lo que, aparte de una monumental sorpresa, fue un presagio del vuelco radical que iba a dar la causa.

A modo de ejemplo, en el caso de la acusación particular de los empresarios de Magaluf se eliminó el grueso de las cuestiones a enjuiciar y los fiscales limitaron su acusación a una cuestión totalmente menor relacionada con unas vallas publicitarias y unas torres de refrigeración.

Todos los delitos de extorsión, coacciones, amenazas, cohecho, organización criminal, palizas a los tiqueteros y hasta 16 posibles delitos iniciales desaparecieron misteriosamente del sumario porque, a juicio de los fiscales, ya no estaban en la pieza.