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El Consell de Mallorca tendrá que cerrar el polémico centro de menas de Esporles por no ser legalizable

Al estar ubicado en suelo rústico no puede disponer de licencia para una actividad de esta naturaleza

En el caso de Santanyí el juez dictó que "la atención debe realizarse en centros habilitados a tal fin"

  • Indalecio Ribelles
  • Redactor de OKBaleares, información local de Palma, social y política. Antes, redactor en EL MUNDO/ Baleares durante 20 años.

El Consell de Mallorca tendrá que cerrar el polémico centro de menas de Esporles por no ser éste legalizable al ser una actividad no permitida en suelo rústico, y ser imposible que logre licencia, dado que en un inmueble de cuatro habitaciones hay alojados hasta 18 menores, más los monitores de la Fundación SAMU que lo gestionan a diario.

La clausura es cuestión de tiempo, toda vez que hace una semana técnicos de la Agencia de Disciplina Urbanística de la institución insular, abrieron un expediente a la citada entidad por gestionar este centro social de acogida habilitado en un chalet de la urbanización de Ses Rotgetes de esta localidad de la Serra de Tramuntana.

Allí residen estos menores argelinos llegados este año en patera a Formentera ,y trasladados a esta localidad mallorquina la primavera pasada, ante la sorpresa de un vecindario al que nadie informó de nada, y que pronto comprobó como los nuevos inquilinos recién llegados empezaban a causar problemas a las primeras de cambio.

Los vecinos de estos menas se quejan y así lo han venido denunciando de forma reiterada al alcalde independentista de Més, Josep Ferrà, de su falta de civismo que ya ha provocado algún que otro altercado en la zona y en el instituto al que han sido asignados, donde su presencia ya se ha hecho notar, al igual que durante las noches de este pasado verano.

Además hay jurisprudencia que avala el cierre del centro de acogida de menores, tal y como sucedió hace dos años con un caso similar en la localidad mallorquina de Santanyí.

Allí fue la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de las Islas Baleares (TSJB) la que dictaminó que la protección de los menores que incumbe al Instituto Mallorquín de Asuntos Sociales (IMAS) «puede procurarse a través de otros centros que cumplan con la normativa urbanística». En este caso, era un inmueble habilitado para el mismo fin  también situado en una parcela de suelo rústico, como en el caso de Esporles, y gestionado al igual que éste por la misma fundación.

En aquella sentencia se ponía el acento en el hecho de que «el loable interés en la defensa de los menores no alcanza para permitir que la atención lo sea a costa de realizar la actividad en edificación que, a juicio de la administración urbanística, incumple la normativa que regula el modo en que dicha actividad debe desarrollarse por lo que el centro en cuestión no cumple con dicha normativa».

Y es por ello que el juez falló que «la Administración que ha de tutelar a los menores puede y debe procurar que dicha atención se realice en centros habilitados a tal fin».

Pero si nos atenemos al plazo en que se decretó el cierre del centro de menas de Santanyí, la clausura del de Esporles no será cuestión de días, ni tampoco parece que vaya a ser en las próximas semanas.

En aquel caso tuvo que pasar un año desde su apertura hasta su cierre en las primeras semanas de 2023. Fue el propio Ayuntamiento de Santanyí el que llevó el caso a los tribunales, tras la decisión de la anterior dirección socialista en el IMAS, de habilitar el centro de menas en una casa en suelo rústico.

Por cierto, que algunos de los menores de ese centro clausurado procedían de Palma, del denominado centro Noray del barrio de Son Roca, que abrió las puertas en 2013 y también fue cerrado por el IMAS en 2021. En este caso ante la gravedad de los altercados que se estaban produciendo entre la veintena de menas allí acogidos, y los residentes de la zona, que llegaron a concentrarse una tarde a las puertas del recinto para exigir su clausura y traslado.