OkBaleares
mallorca

El Consell apoya la protección de Montesión y el obispo convoca un acto para despedir a los jesuitas

El próximo día 31 se celebrará en la Catedral una eucaristía para dar gracias a Dios por la labor de los jesuitas en Mallorca

El plan inicial de convertir el convento en un museo y una residencia se ha convertido en un proyecto inmobiliario

También ha desaparecido del proyecto la reserva de una espacio para acoger a los padres jesuitas

El obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, presidirá el próximo 31 de julio a las 19,oo horas en la Catedral una eucaristía a modo de despedida de los  jesuitas que durante el mes de agosto deberán abandonar el convento y marcharse, la mayoría de ellos, a la península. Coincidiendo con el anuncio de este acto, también este jueves el Consell de Mallorca ha aprobado por unanimidad una propuesta para la protección integral de Montesión y sus bienes para evitar que tenga usos turísticos.

Según ha anunciado el Obispado, la eucaristía del próximo día 31 en la Catedral se celebra coincidiendo con la festividad de San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús. Añade la nota del Obispado que se aprovechará esta ocasión «para dar gracias a Dios por el servicio pastoral y social que desarrolla y continuará desarrollando la Compañía de Jesús en Mallorca; agradeciendo de forma especial la tarea realizada por la comunidad de Montesión».

En cuanto al Consell de Mallorca, la moción a favor de Montesión la ha presentado Més y ha sido defendida por el conseller Joan Llodrà, que ha apelado a la necesidad de salvaguardar el patrimonio inmaterial vinculado a la historia del templo, el convento y la escuela. La misma moción ya fue aprobada en el pleno de Cort.

Durante el debate, Llodrà ha recordado que se ha dado marcha atrás en lo que debía ser un proyecto de conservación integral, y que contemplaba la creación de un espacio museístico que contaba la historia del centro.

«Debía incluir un espacio de residencia para personas mayores que albergara a los propios jesuitas que todavía viven allí, dando también cabida a otros usuarios, con prioridad a los vecinos de la barriada», ha explicado, según recoge Més en un comunicado.

Por ello el conseller nacionalista ha lamentado que «el espíritu del proyecto inicial» se ha «convertido ahora en un posible proyecto inmobiliario que puede hacer cambiar su sentido».

Así, Més ha agradecido el apoyo del resto de grupos para impedir que este complejo «acabe convirtiéndose en un proyecto inmobiliario vinculado al sector turístico, como ha ocurrido con otros edificios históricos».

Las quejas y preocupaciones de Més sobre el futuro del convento se suman a las expresadas por la Asociación de Antiguos Alumnos de Montesión que acusa a la dirección de la Compañía de Jesús, propietaria del colegio, el convento y el claustro, ubicados en pleno casco antiguo de Palma, de menospreciar la opinión de los ex alumnos del centro. 

En un comunicado, los Antiguos Alumnos denunciaban recientemente que la Compañía de Jesús considera que la opinión de los ex alumnos «no cuenta» y que creen que «los Antiguos Alumnos no formamos parte de las decisiones de la Compañía y que por tanto debemos estar callados y asumir sus decisiones».

Los antiguos alumnos del centro recuerdan que «movidos por el amor, cariño y agradecimiento que tenemos al Colegio de Montesión, nos movilizamos exigiendo a la Compañía de Jesús que se replantease esta locura que dejaba a Palma sin el elemento distintivo de la Compañía desde 1561, en aras de una pura operación inmobiliaria».

La historia se remonta a hace cuatro años cuando se presentó el denominado Plan Montesión. Tanto la iglesia de Montesión como el claustro y la parte más antigua del convento y del colegio presentan deficiencias arquitectónicas y requieren una restauración.

La Compañía de Jesús fue advertida del mal estado de todo el conjunto histórico precisamente por la Asociación de Antiguos Alumnos. La dirección de los jesuitas se hizo cargo de la situación y lanzó el Plan Montesión que consistía básicamente en el cierre del colegio, el más antiguo de la compañía en todo el mundo, y la cesión de la iglesia y la mayor parte del convento por un periodo de setenta años a una empresa privada para crear una residencia asistida de personas mayores.

A cambio de la cesión de todo el conjunto de 9.000 metros cuadrados, la empresa privada asumía la restauración de todo el conjunto histórico, incluido el claustro, la iglesia y las partes más antiguas del convento y el colegio.

En el proyecto inicial se contemplaba reservar una parte del recinto a la comunidad de los jesuitas. Nada se dijo entonces de cerrar el convento y enviar los padres a la península.

La sorpresa llegó a principios de junio cuando el padre provincial, Enric Puiggròs, se desplazó a Palma para comunicar a los diez padres jesuitas que debían abandonar Mallorca y trasladarse a la península. El cierre del convento está previsto para mediados de septiembre.

La reserva de una espacio para la comunidad de padres jesuitas de Mallorca, además, ha desaparecido misteriosamente del proyecto de reforma del denominado Plan Montesión. Para la dirección de la Compañía de Jesús ya no hay marcha atrás y los diez padres deben abandonar el convento. Esta misma semana se les comunicará su nuevo destino.

La noticia del cierre del convento causó estupor y sorpresa entre los jesuitas de Mallorca aunque ahora la dirección de la compañía les ha prohibido manifestarse contra la clausura de un convento con casi cinco años de historia.

La segunda sorpresa, conocida también el pasado mes, fue que el proyecto del Plan Montesión ya no es construir una residencia de mayores sino que se pretende dar al conjunto históricos un uso residencial.

Se abren así las puertas a su reconversión en un hotel. Sorpresa también ha sido que a la empresa privada, concretamente Víctor Madera, consejero delegado de Quirón, se le cede también la iglesia de Montesión, el claustro y toda la parte museística. En definitiva, que no queda nada en manos de los jesuitas.