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Juicio a los investigadores del 'caso Cursach'

Un comisario declara que existían indicios para detener al policía Iván Bandera por filtraciones a la prensa

Uno de los comisarios que inició la investigación por revelación de secretos y que ha derivado en la celebración del juicio contra los investigadores del caso Cursach ha asegurado este miércoles que existían indicios para detener al policía -ahora acusado- Iván Bandera como autor de las filtraciones a la prensa.

Cabe recordar que tras las declaraciones de los seis acusados, el ex juez Manuel Penalva, el ex fiscal Miguel Ángel Subirán, el inspector jefe del grupo de Blanqueo de Capitales, José Luis García Reguera, los subinspectores Miguel Ángel Blanco y Blanca Ruiz, y el policía Iván Bandera, que han ocupado cuatro sesiones del juicio, arrancan ahora los testimonios de los testigos en la Sala Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Baleares (TSJB).

A preguntas, primero, del fiscal Tomás Herranz, el comisario ha contado que inició la investigación contra dos inspectores jefe de la Jefatura de Policía a raíz de la denuncia de una testigo protegida que narró que estos dos inspectores le habían secuestrado, quitado el DNI y obligado a denunciar a Cursach.

Entonces, intervinieron el teléfono a esta testigo, que además puso «unos problemas tremendos en comparecer», y al iniciar la investigación solicitaron también las cámaras de la Jefatura y los listados de los dos inspectores denunciados, uno de ellos expareja sentimental de la subinspectora Blanca Ruiz.

En esta línea, el comisario ha explicado que, ya desde el inicio, la investigación «chirriaba un poco» y luego se demostró que «todo era falso». «Ya de primeras chirriaba mucho que un inspector jefe y un inspector secuestraran a una mujer, sabiendo que hay cámaras. Se ve que todo era falso», ha insistido el testigo ante el Tribunal.

Además, también ha cuestionado que el policía acusado en esta causa, Iván Bandera, únicamente mostrara dos fotos -de los dos inspectores que acababan de denunciar- cuando, por norma general, siempre se usan más para no alterar el reconocimiento.

Al ver que se trataba de una denuncia falsa, finalmente se archivó la denuncia contra los dos inspectores, porque «era una testigo totalmente falsa y le habían enseñado una foto única».

Más tarde, según ha continuado el testigo este martes, en Última Hora aparecieron una serie de chats entre la testigo protegido y Penalva, Subirán y Bandera en las que se daban diversas informaciones, «una de ellas que un policía de Blanqueo había mandado una foto única de un policía local a la testigo y le había inducido a reconocer a una serie de personas».

«Iván quedó muy tocado en la brigada, porque la policía no es tonta y que un policía sólo enseñe dos fotos a una testigo, siendo uno el novio de Blanca y el otro un jefe con quien tiene desavenencias, chirría», ha dicho a la Sala el comisario y recoge la agencia Europa Press.

Más adelante, preguntado por las filtraciones en el Juzgado de Instrucción número 12, ha explicado que fue ya el juez Miquel Florit, una vez Penalva fue recusado, quien encargó la investigación.

En este punto, ha detallado que el subinspector Miguel Ángel Blanco le dijo que sospechaba de Iván. Además, según ha contado, Blanco le contó que, antes de que el jefe superior le encargara la investigación, acudió un día al juzgado y se encontró con el fiscal Juan Carrau, que no se paró a hablar. «Entonces, le preguntó a la funcionaria y le dijo que Carrau estaba muy enfadado porque se había filtrado un informe económico -el del caso Cursach- y sospechaba que provenía de la Policía», ha proseguido.

Al respecto, el comisario ha añadido que poco después el informe apareció en la prensa junto a una fotografía del documento. Además, ha asegurado que Blanco le contó que el inspector jefe José Luis García Reguera se «echó a llorar» cuando supo de las filtraciones.

Aludiendo todavía al relato de Miguel Ángel Blanco, el testigo ha declarado también que «el ambiente» en el grupo de Blanqueo «estaba un enrarecido a raíz de la investigación», y ha hecho referencia a la «desconfianza» que había hacia Iván Bandera ante las sospechas de que fuera el autor de las filtraciones.

«La conclusión que saco es que sospechan de Iván; no todos los compañeros, pero por ejemplo Miguel Ángel Blanco sí», ha explicado a la Sala, remarcando que algunos agentes apuntaron al trato «muy cordial» de Bandera con los periodistas y con el Juzgado.

Preguntado por el fiscal por qué no se detuvo entonces a Bandera, el testigo ha destacado que por el momento solo había indicios. «Era una cosa iniciática, no sabemos si hay o no filtración todavía», ha puntualizado, reconociendo, con todo, que «la investigación se dirigía fundamentalmente» al policía acusado.

Con todo, siguiendo su relato, el comisario ha destacado que «todo el mundo tenía sospechas de Iván, pero surgieron también dudas sobre José Luis García Reguera, indicios, en el sentido que se había puesto en común con Iván; como mínimo hay una co-autoría».

Continuando con la investigación de las filtraciones, el testigo ha expresado que tuvieron una reunión con Florit y Carrau en la que preguntaron por la posibilidad de pedir los listados de los periodistas del conocido como caso Móviles. «Se valoró esa posibilidad y quedaron en hablar con Madrid, y nos dijeron que creían que era factible».

A raíz de esto, ha proseguido el comisario, iniciaron una doble vía de investigación, comprobando que se había filtrado el auto conocido como capado, que es el relativo al ingreso en prisión de Cursach y Sbert.

Por ello, nuevamente dividieron las filtraciones entre las comunicadas a las partes y las no comunicadas. «La situación no era al uso, se investigaba a un grupo de Blanqueo que sabía antes que nosotros que la investigación se iba a llevar a cabo, no era sencillo», ha insistido el comisario, quien ha argumentado que se analizaron «un montón» de filtraciones anteriores al listado de llamadas -declarado nulo-.

En esta línea, el comisario ha afirmado que tenían «una serie de filtraciones e indicios solventes, y los WhatsApps con la prensa», y decidieron proceder entonces a la detención de Bandera y Reguera, que se produjeron de una manera «liviana». Además, ha recalcado que la entrega de los móviles fue «por supuesto» con presencia letrada.

«A los dos se les detiene por revelación de secretos y a los dos se les pone la hoja de lectura de derechos», ha insistido el comisario.