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Atlético Baleares: una crisis que ha acabado en descenso

El club pone punto y final a una etapa de 14 años en la misma categoría

Llegó a disputar dos veces el play off de ascenso a Segunda División

El descenso se ha consumado de forma humillante a falta de cinco jornadas

Malos tiempos corren en el Atlético Baleares para la fiel afición blanquiazul. El pasado domingo ante el Ceuta se puso punto y final a una etapa de 14 años desde el último ascenso a Segunda B con el fallecido Ángel Pedraza en el banquillo. Durante todo este tiempo el equipo ha permanecido en la categoría, que perdió al ser derrotado por los ceutíes, e incluso ha disputado dos play offs de ascenso a Segunda A en los que no le sonrió la fortuna ante Mirandés y Racing de Santander en las eliminatorias finales.

El descenso a Segunda División RFEF ha significado un duro golpe para el club que preside Ingo Volckmann, pero ha sido el resultado de una penosa temporada, muy mal planificado, y que ha acabado de la peor manera cuando faltan todavía nada menos que cinco jornadas para que acabe la Liga.

Los números son elocuentes: 23 puntos sumados, sólo 17 goles a favor y 52 en contra. Tres entrenadores han pasado por el banquillo: el mallorquín Tato, el ex del Mérida Juanma Barrero y, finalmente, el veterano Jaume Mut, el menos culpable de todos, ya que heredó una situación casi irreversible y que será el que capitaneará el nuevo proyecto blanquiazul la próxima temporada.

El propietario de Agon Group, Ingo Volckmann, ya ha efectuado varios cambios en la dirección deportiva que han afectado a la secretaría técnica. Jordi Roger ha pasado a realizar informes del primer equipo como mínimo hasta final de temporada y ha sido sustituido por el mallorquín Marc Julià, que ya estuvo en el club en la etapa de Fernando Crespí y Bartolomé Cursach.

Sin embargo la principal modificación ha afectado a Patrick Meesow, director deportivo y hombre de máxima confianza de Volckmann, que ha pasado con plenos poderes a ser director general del club, por lo que su capacidad de influencia, lejos de haber disminuido, ha aumentado sensiblemente. Él será quien tenga la última palabra en el capítulo de fichajes.

Un Atlético Baleares que ya ha empezado a pensar en la próxima temporada. OKBALEARES está en condiciones de adelantar que el 80% de la plantilla serán mallorquines, mientras que la austeridad será la nota predominante del proyecto. La SAD blanquiazul ya asume muchos gastos, como el mantenimiento del Estadio Balear, las instalaciones de Son Malferit, en las que asume el coste del agua y de la luz, además de la inversión efectuada en plantilla, cuerpo técnico y auxiliares. Se trata sin duda de una gran esfuerzo que efectúa Ingo Volckmann, que en ningún momento se ha planteado marcharse pese a que a nivel profesional, según ha admitido, «los negocios ya no van como antes».

El objetivo por supuesto es recuperar de inmediato la categoría, aunque será complicado porque la Segunda RFEF es un pozo sin fondo y va a costar convencer a jugadores importantes para que se unan al proyecto, aunque en este sentido se quiere promocionar al máximo a los futbolistas locales.

Ingo Volckmann desembarcó en el Atlético Baleares en 2014 tras la compra de las acciones de Inverfútbol a Bartolomé Cursach. La inversión del propietario alemán, que asumió la remodelación integral del Estadio Balear y antes de Son Malferit, asciende a cerca de 30 millones de euros. Sin él la viabilidad del club sería imposible.