OkBaleares
baleares

Armengol talará 3.000 árboles en Mallorca para hacer un macroparque de placas solares de 52 hectáreas

  • Indalecio Ribelles
  • Redactor de OKBaleares, información local de Palma, social y política. Antes, redactor en EL MUNDO/ Baleares durante 20 años.

La presidenta socialista del Govern, Francina Armengol, junto a sus socios independentistas de Més y, en especial, Podemos cuyo vicepresidente en el Ejecutivo, el conseller Juan Pedro Yllanes impulsa el proyecto, talará 3.000 árboles en Mallorca entre los municipios de Inca y Selva, para construir un macroparque de placas solares de 52 hectáreas.

Una instalación que impulsará Fenix ​​Energy, que el gobierno de las Islas ya ha calificado de proyecto industrial «estratégico» y que estará situado frente a la protegida Serra de Tramuntana, declarada hace una década por la Unesco Patrimonio de la Humanidad en la categoría de Paisaje Cultural, por la riqueza de sus sistemas naturales y elementos culturales.

Los mismos partidos del actual gobierno autonómico contrarios a la urbanización de terrenos rústicos, avalan ahora un parque fotovoltaico de más de medio millón de metros cuadrados, en una finca agrícola que será ocupada una vez se complete esta instalación, por paneles y edificios de más de cuatro metros de altura para albergar subestación, operación y el mantenimiento del mismo.

En la misma red social recuerdan que hace dos años entidades agrarias y ecologistas «hicimos un documento de propuestas al Govern para que haga una regulación, se aprovechen suelos degradados y la transición energética sea más democrática. El mercado las pone donde quiere y se asegura la dependencia de la gente así como estamos ahora».

Pero el Govern y más concretamente el vicepresidente y conseller de Transición Energética, Sectores Productivos y Memoria Democrática de Podemos, Juan Pedro Yllanes ha puesto la directa en la tramitación del mismo, y al lograr que sea calificado de interés estratégico, ha acortado al máximo su tramitación, dado que no está sujeto «a las licencias municipales ni a las comunicaciones previas previstas en la normativa», como se apunta en el acuerdo autonómico.

Es decir, los ayuntamientos afectados deberán incorporar a su planeamiento la regularización urbanística del proyecto ejecutado en suelo rústico común.

Una instalación de un impacto sobresaliente en una isla como Mallorca que tendrá un tamaño similar al de la localidad de Selva (4.500 habitantes) y la mitad de Inca (33.000), y que ha suscitado también críticas de decenas de seguidores de la citada entidad ecologista: «Esto no puede permitirse. Hay mucha edificación que se podría aprovechar para poner instalaciones, y autopistas… ¡destrozar más naturaleza es inadmisible!».

Desde Terraferida lamentan que el Govern de Armengol podría realizar la transición energética bien hecha, pero no tiene voluntad ya que, como apuntan, «lo pone todo a disposición de las grandes empresas para ocupar suelos agroforestales que ya producen bienes y servicios de gran valor en la sociedad. ¡Así no vamos!»