Audiencia de Málaga

‘El Melillero’, en el juicio por desfigurar a su ex novia con ácido: «Sólo quería darle un susto»

La Fiscalía pide para él 51 años y medio de cárcel

Las víctimas declararán el próximo lunes

La ex novia de ‘El Melillero’, atacada con ácido: «Quería destruir mi físico, que nadie me pudiera mirar»

El Melillero
Juicio a 'El Melillero' por intentar asesinar con ácido a su ex novia y una amiga en Cártama, Málaga (EUROPA PRESS).

José Arcadio D.N., alias ‘El Melillero’, acusado de intentar asesinar con ácido a ex novia y una amiga en Cártama en 2021 (Málaga), ha reconocido este lunes en el juicio el ataque, pero ha negado que intentara matarlas: «Sólo quería darle un susto», ha manifestado, refiriéndose a su ex pareja. La Fiscalía pide para él 51 años y 6 meses de cárcel. Ha sido el único de los acusados que se ha declarado, en parte, culpable.

El juicio ha comenzado este lunes en la Audiencia Provincial de Málaga y en el banquillo de los acusados, junto a ‘El Melillero’, se han sentado otras cinco personas más, entre ellas la que presuntamente arrojó a las jóvenes un bote de un litro de ácido sulfúrico a través de la ventanilla del coche en el que iban las dos víctimas, todo ello por orden del principal procesado.

‘El Melillero’, que sólo ha respondido a las preguntas del fiscal y de su defensa, ha sostenido que no tenía intención de matarla ni provocarle ningún daño. El acusado se ha declarado culpable de algunos hechos, reconociendo que condujo hasta dicha localidad junto con un amigo y que la intención era arrojarle alguna sustancia, pero al coche y no a ellas, con el fin de «asustarla» y que accediera a hablar con él tras haber roto la relación un tiempo antes.

Así, ha negado en todo momento que hubiera un plan preconcebido impulsado por él para acabar con la vida de la mujer y ha dicho que no sabía que en la botella había ácido sulfúrico -«pensaba que era aguafuerte»-, y que no fue él el que arrojó el líquido, sino su acompañante. «En ningún momento hubo una intención de causarle este daño a Sandra», ha declarado el principal acusado.

‘El Melillero’ también ha negado que estuviera obsesionado con ella y que la amenazara de muerte el día antes, y ha asegurado que es mentira que la maltratara durante la relación que mantuvieron, la cual fue «muy buena», aunque ha dicho que ella le fue infiel, él la perdonó y luego tuvieron peleas como «cualquier» pareja. Sí ha admitido que se avergüenza de algunas cosas que le escribió por mensaje, pero su «intención no era amenazarla ni acosarla».

Además, ha señalado que colocó dispositivos de geolocalización en los vehículos de ambas mujeres, pero porque ellas se lo «pidieron» y siempre «con conocimiento de ellas».

Asimismo, ha negado su pertenencia a una organización criminal dedicada principalmente al tráfico de drogas y ocasionalmente a delitos contra el patrimonio, en la que él actuaba como jefe y los demás procesados cumplían sus órdenes, tal y como mantiene el fiscal.

Su amigo cambia de versión

‘El Melillero’ ha asegurado que no es cierto que obligara al amigo que lo acompañaba a arrojarles el ácido, pero éste último ha cambiado ahora su versión, afirmando en el juicio que en su momento admitió los hechos por temor al principal acusado. «Estaba amenazado, pero me piden muchos años y tendré que vivir con el miedo», se ha lamentado, apuntando que la orden era que «se lo echara a ellas», pero no fue capaz, por lo que, según esta versión, fue ‘El Melillero’ quien lo hizo, sabiendo que era ácido.

El amigo ha declarado que no conocía a las víctimas y que cuando se fueron del lugar tras echar la sustancia ‘El Melillero’ le dijo «que me lo tenía que comer yo y me amenazó», por lo que tuvo que autoinculparse. El hombre que compró el ácido, que también está siendo juzgado, ha declarado que lo hizo «por orden» de ‘El Melillero’, pero que «no sabía para qué» iba a utilizarlo.

51 años y medio de cárcel

La Fiscalía de Málaga considera que ‘El Melillero’ ideó supuestamente este intento de asesinato, en el que habrían colaborado los otros cinco acusados de una u otra forma. Entiende que existe una agravante de género y pide que se le impongan 51 años y medio de prisión.

El abogado defensor del principal acusado ha precisado que «para condenar hace falta certeza» y ha manifestado que su cliente se declara culpable «de haber encargado algo que no era lo que él quería», incidiendo en las dudas sobre el resto de acusados que lo señalan: «Son estrategias de defensa muy loables, pero muy poco creíbles».

Así, el letrado se ha referido a ese cambio de declaración del acompañante aquel día, apuntando que «al menos es un cambio de versión que tiene motivos espurios y de venganza» y ha puesto el acento en que en este procedimiento está «la gran duda del derecho penal: ánimo de lesionar o ánimo de matar».

Por su parte, el abogado de la víctima ha asegurado que «de las declaraciones de los coprocesados se desprende con claridad que había una idea muy clara por parte de ‘El Melillero’ de realizar las acciones que se están realizando, al menos la de causar un daño importante y, obviamente, causar la muerte al menos de Sandra, y las lesiones de la amiga».

En declaraciones a los periodistas tras la primera sesión del juicio, el letrado ha indicado que la víctima «quiere terminar con esto pero está bastante fuerte emocionalmente», recalcando que «quiere pasar ya esta página y centrarse en su vida».

Las secuelas que arrastran las víctimas

El Ministerio Público mantiene en su escrito acusatorio que ‘El Melillero’ cometió los hechos con la finalidad de atentar contra la vida de su ex pareja, causándole «el dolor más extremo, con expreso desprecio a su género femenino» y con el fin de la «humillación, dominación y subordinación».

Las dos amigas sufrieron lesiones graves y tuvieron que ser trasladas de urgencia a un hospital para salvar sus vidas. La ex novia sufrió quemaduras en el 45% de su cuerpo, precisó 12 operaciones y presenta secuelas psíquicas, perjuicio estético y pérdida de calidad de vida, así como incapacidad para desempeñar su profesión. Presenta un leucoma corneal izquierdo «que deja una agudeza visual de 0,1», dificultad para la deglución de líquidos y, en ocasiones, sólidos, además de limitaciones de movilidad de múltiples partes del cuerpo.

Su amiga resultó con un 20% de la superficie total corporal quemada y tuvo que someterse a dos intervenciones, considerándose que sus lesiones están ya estabilizadas. Ambas sufren trastorno por estrés postraumático grave y otras secuelas psicológicas. La vista oral continúa el próximo lunes 20 de noviembre con la declaración de las dos víctimas.

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