Andalucía

La Justicia archiva la denuncia por excesos policiales en los disturbios de Linares

El Juzgado número 1 de Linares (Jaén) ha decretado el sobreseimiento provisional y ha archivado la denuncia por presunto uso desproporcionado de la fuerza por parte de la Policía en los disturbios que se produjeron en la ciudad a mediados del pasado mes de febrero tras la brutal paliza por parte de un subinspector y un agente del Cuerpo Nacional de Policía a un hombre y a su hija, de solo 14 años. 

Los disturbios dejaron 14 detenidos -dos menores- y múltiples heridos, entre ellos 19 agentes de la Policía Nacional. Pero entre los civiles con heridas había dos hombres que recibieron disparos en sus piernas, cuya munición la Policía Científica determinó que, sin ningún tipo de dudas, provenía de un arma policial.

Estos disturbios, por cierto, dejaron daños valorados en hasta 30.000 euros, tal y como anunció el propio Ayuntamiento en un comunicado, en el que también señalaba que los desperfectos y daños fueron detectados en las marquesinas del servicio de transporte urbano de viajeros, en los contenedores del servicio de recogida de residuos orgánicos, cartón y papel, y en diferentes elementos de mobiliario urbano como señales de tráfico, vallado perimetral y cuadros de regulación de semáforos.

Pero todos estos disturbios se originaron gracias al vídeo grabado por una vecina de Linares que captó la brutal paliza que dos policías dieron a un hombre, al que inmovilizaron en el suelo, y golpearon a su hija, de solo 14 años. Varios vecinos intentaron, sin éxito, frenar la furia de los ya ex agentes.

Los policías detenidos y enviados a prisión después de la brutal paliza intentaron, al menos uno de ellos, ocultar pruebas en la misma escena de la agresión, tal y como avanzó OKDIARIO. El juez decidió sacar a los agentes detenidos de los calabozos del juzgado del pueblo para llevarlos a Jaén.

Fuentes cercanas al caso aseguraron a OKDIARIO que los vecinos de Linares estaban tan alterados que por dos veces intentaron entrar a los juzgados creyendo que los agentes seguían en su interior. “Apenas se podía escuchar la videoconferencia por la que estaban declarando del follón que había en la calle”, explicaban las mismas fuentes.