Un informe advierte de la «amenaza militar» de Marruecos al Estrecho: prepara 20.000 millones en armamento

Marruecos valla Melilla
El rey de Marruecos, Mohamed VI, y Pedro Sánchez.
David García de Lomana

Un informe del Instituto de Seguridad y Cultura bajo el nombre ‘Marruecos, el Estrecho de Gibraltar y la amenaza militar sobre España’ ha alertado del ambicioso programa armamentístico que Marruecos está llevando a cabo en los últimos años y que incluye la adquisición de material militar por valor de más de 20.000 millones de dólares.

El estudio, realizado por el doctor en seguridad internacional, Guillem Colom; el doctorando en estudios estratégicos, Guillermo Pulido; y el graduado en Ciencias Políticas y de la Administración, Mario Guillamó, advierte del «proceso de rearme marroquí y las mejoras en sus capacidades militares como producto de su competencia con Argelia, y una posible redirección de su atención a Ceuta y Melilla tras lograr el reconocimiento de su soberanía sobre el Sáhara Occidental. Combinados, ambos elementos podrían incrementar los riesgos en la región del Estrecho de Gibraltar y la amenaza militar sobre España», con «consecuencias potencialmente negativas e inestables» para nuestras fronteras.

Todo ello, cabe recordar, después de que a principios de diciembre, el presidente estadounidense Donald Trump anunciara que su país reconocía la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental. Acto seguido, el primer ministro marroquí expresaba su intención de situar las plazas de soberanía española de Ceuta y Melilla en la agenda exterior del país.

Supremacía militar regional

En 2017, detalla el artículo, «Marruecos anunció un plan quinquenal de rearme que muchas fuentes consideraron como el puntal para alcanzar la supremacía militar regional», con el que adquirirá material por valor de 22.000 millones de dólares. El plan de industrialización militar está financiado por Arabia Saudí con el fin de disminuir su dependencia de productos de defensa de Occidente. Asimismo, cabe recordar que Marruecos anunció en 2018 la reintroducción del servicio militar obligatorio, implementándose plenamente el pasado 2020.

«El incremento armamentístico competitivo de un país respecto a otro (presuponiendo que estén en conflicto) genera desconfianza sobre las posibles intenciones ofensivas de su contraparte. Esto desencadena una espiral de competición por el que ambos estados intentan lograr una ventaja militar que, finalmente, desemboca en una situación de crisis», advierten, y «la probabilidad de guerra se incrementa de manera considerable».

«En el caso concreto argelino-marroquí, la dinámica de armamentos estuvo en equilibrio hasta los primeros años de la década del 2000. A partir de ahí, Argelia comenzó a disfrutar de una creciente ventaja. La economía argelina vivía un momento de gran expansión gracias a sus exportaciones en hidrocarburos, por lo que pudo incrementar su gasto en defensa. En 2015, el presupuesto militar de Argelia era de casi 11.000 millones de dólares, mientras el marroquí era solamente de algo más de 3.000 millones. Sin embargo, Argelia entró en un periodo de débil crecimiento económico, dificultades fiscales y en su balanza exterior, que redundaron en una grave crisis política en 2019», señalan. Y Marruecos ha comenzado a reducir las diferencias para dar la vuelta a la tortilla y lograr la «supremacía militar» en la región.

El informe continúa explicando que, desde 2018, «Marruecos ha declarado que adquirirá material militar a Estados Unidos por más de 12.000 millones de dólares. Muy atrás queda el ejército que vio el incidente del islote de Perejil de verano de 2002. En casi dos décadas, las fuerzas armadas alauís se han dotado de numerosos medios materiales a la vez que diversificaban sus proveedores de armamento, permitiendo con ello incrementar notablemente su catálogo de capacidades militares».

Armamento marroquí

Marruecos ha adquirido ya -parcialmente financiados por Arabia Saudí- una veintena de cazabombarderos estadounidenses F-16 Block 50/52, sistemas de artillería cohete -entre los que destacarían los PHL-03 de largo alcance- y antiaérea chinos o buques de superficie franceses y holandeses, lo que ha permitido «acabar con algunas de las principales debilidades de su defensa y mejorar notablemente sus capacidades de defensa aérea y antiaérea de corto alcance, ataque de precisión, supresión de defensas aéreas o guerra antisubmarina».

Más recientemente, y según especifica el informe, «se ha procedido a la compra de numerosos medios militares que prometen incrementar significativamente su potencial. Entre estas adquisiciones destacan otra veintena de modernos F-16 Block 70/72 (que se combinaría con la modernización de los aviones restantes a este mismo estándar), dos centenares de carros de combate M1-A1 Abrams (162 de los cuales, actualizados con las últimas mejoras disponibles), 24 helicópteros de combate AH-64E Apache (con opción a 12 unidades adicionales), varias baterías de sistemas antiaéreos de largo alcance chinos FD-2000 y una amplia panoplia de bombas y misiles para los F-16».

A todo ello habría que añadir «nuevos sistemas de radar, varios modelos de drones, dos aviones de patrulla marítima, dos satélites de observación y cuatro aviones Gulfstream G550 de inteligencia electrónica que permiten multiplicar notablemente las capacidades marroquíes en materia de obtención de información».

Rabat ha adquirido también numeroso material francés, entre los que destacan sistemas antiaéreos de corto alcance VLMICA o artillería autopropulsada Caesar. Además, y gracias a la reciente normalización de relaciones con Israel, ha sumado cuatro drones estadounidenses MQ-9B Sea Guardian para labores de patrulla marítima y guerra antisubmarina.

La autonomía y persistencia de estos sistemas permitiría monitorizar amplias zonas marítimas mucho más allá, llegado el caso, de sus aguas territoriales. Una carrera de armamentos regional que deriva en una «inestabilidad estratégica» que comprometerá a España. «Tendrá consecuencias potencialmente negativas e inestables», subrayan.

Por ello, y sin dejar de lado la mentalidad y cultura estratégica marroquí que apuesta por su expansión territorial acorde con el viejo concepto del ‘Gran Marruecos’, el estudio del Instituto de Seguridad y Cultura concluye la importancia de controlar «las plazas de Ceuta y Melilla» una vez el Reino alauita controle plenamente el Sáhara Occidental. El primer ministro marroquí ya afirmó que España apoya la postura de Rabat en el Sáhara a cambio de que Marruecos no plantee problemas en las ciudades autónomas.

Defensa descarta virar la estrategia

Por su parte, el Ministerio de Defensa descarta modificar su estrategia en relación con Ceuta y Melilla a pesar del rearme del país vecino. La ministra, Margarita Robles, en declaraciones a Europa Press, considera esta cuestión un «asunto interno de Marruecos», país que merece el «máximo respeto».

El Gobierno alega en este sentido que España no está sola, sino que su política de defensa está incardinada en la Unión Europea y en la OTAN y cumple misiones con cascos azules y Naciones Unidas, mientras que «Marruecos no pertenece ni a la UE ni a la OTAN».

España, recalca, «no es un país que esté solo en políticas de defensa, es un país que contribuye a las políticas de defensa y en el marco de la UE y OTAN», concluye Robles.

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