Andalucía

Se desmonta Marinaleda, el último bastión comunista en España: «Por fin perdemos el miedo al dictador Gordillo»

El comunismo es prácticamente una realidad en Marinaleda, un municipio de apenas 3.000 habitantes al este de Sevilla en el que el líder del consistorio durante más de 40 años, Juan Manuel Sánchez Gordillo, lidera con puño de hierro este chiringuito comunista en el que hacer oposición era, hasta hace apenas unos meses, la verdadera utopía del último bastión comunista.

Margarita Pradas Quiros lidera la gran crítica y oposición contra Gordillo, «el dictador». Basta con echar un rápido ojo a sus redes sociales para dar cuenta de que su ferocidad a la hora de señalar al alcalde de Marinaleda es acompañada, cada vez, por más vecinos. «Por fin perdemos el miedo al dictador Gordillo», comenta un vecino a Pradas en su Facebook.

Avanza Marinaleda es la plataforma que hace oposición a Gordillo, a quien cada vez sacan menos diferencia en votos. Este partido condena las constantes manifestaciones de los trabajadores del pueblo «en contra de la gestión del Ayuntamiento en base a sus derechos laborales». «Parece ser que se va perdiendo poco a poco el miedo a ser desterrado a las famosas tinieblas», señalan desde Avanza.

Respecto a estas constantes manifestaciones por la repetidas vulneraciones de derechos laborales de Gordillo, desde Avanza Marinaleda se preguntan si el Ayuntamiento irá esta vez a dialogar para buscar una solución o si, como ya hicieron hace días, «recurrirán a las fuerzas del orden público (la Guardia Civil) para evitar una vez más el derecho democrático que tienen las trabajadores a reivindicar sus derechos».

Y es que, tal y como denuncia la oposición, los de Gordillo recurren a la Guardia Civil constantemente para coartar «el derecho a manifestarse que por la seguridad de nuestros vecinos y vecinas en cuanto a robos se refiere». 

Todo esto, explican desde el partido, ha sido provocado por no abrir las bolsas de trabajo para que todo el mundo tenga las mismas posibilidades de trabajar y rotar en trabajos públicos: «Cuando no se abren las bolsas, las trabajadoras que hay pasan a tener largo tiempo de servicio y por lo tanto, pasan a tener otros derechos, como puede ser el de la consolidación de la antigüedad en sus puestos de trabajo».

Pradas, por su parte, explica en su Facebook que «no se puede ni se debe, pero aquí lo matan todo. Después de tanta lucha te quitan todos los derechos». Esta vecina, entre otras cosas, acusa al alcalde comunista Gordillo que «mandan a la gente a provocarnos».

Margarita, de hecho, acumula tres denuncias por atrincherarse en el ayuntamiento junto a su familia (su marido e hija) para exigir que se abra de una vez por todas la bolsa de empleo público, que lleva cerrada desde hace más de cuatro años.  Curiosamente, durante los días que se encerraron, Gordillo no pasó por el Consistorio. Sin embargo, Pradas ha denunciado a El Confidencial que varios incondicionales de Gordillo se acercaron a buscar enfrentamiento y llamarla fascista.

Marinaleda

En Marinaleda, votar al alcalde tiene consecuencias directas para el votante. El comunista Juan Manuel Sánchez Gordillo ha anunciado que premiará a los habitantes que le mantuvieron en el puesto tras las últimas elecciones dándoles acceso al paquete municipal de ayudas y vivienda gratis. Casas que construye recurriendo a fondos del Plan de Empleo Rural del que vive el municipio.

“847 traidores”. El alcalde comunista de la localidad sevillana de Marinaleda tiene controlados a los votantes que le dieron la espalda en las últimas elecciones y prefirieron a la candidatura (también de izquierdas) de Avanza.

Para aquellos que no le votaron, Gordillo anuncia “tinieblas” y “miseria”. Y recompensas para los fieles que le apoyaron y «dieron la cara por este proyecto». A ellos, dijo la noche electoral, se lo devolverá con subvenciones y casas gratis cuya construcción financia a través de fondos del PER (Plan de Empleo Rural). «Serán los primeros» en recibir las nuevas viviendas, dijo Gordillo.

En sus cuarenta años al frente del consistorio, Sánchez Gordillo ha desarrollado un complejo protocolo de “autoconstrucción” de viviendas sociales. Uno de los principales ejes de la política comunista que viene ejecutando de cara a los vecinos.

Pero, ¿cómo consigue uno de los municipios más pobres de Sevilla, con mayores tasas de abandono escolar y con un tejido empresarial privado prácticamente inexistente costear la construcción de viviendas para los votantes amigos de Gordillo? Expropiando terreno, empleando a vecinos como albañiles y subvencionando, vía presupuestos de la Junta Andalucía, la compra de los materiales.

Expropiaciones

“Lo primero era conseguir suelo. Así que primero expropiamos y luego municipalizamos miles de metros en los alrededores de nuestro municipio. Una vez que tuvimos suelo nos pusimos a reivindicar ante el Gobierno Central y el Autonómico dinero para hacer viviendas”. Así de simple lo explica el propio ayuntamiento.

El protocolo parte de la expropiación de terrenos de propiedad privada bajo la premisa del interés público. Una vez municipalizado ese suelo, el ayuntamiento lo cede de forma gratuita al vecino, al que en el argot marinaleño se le denomina “autoconstructor”.

Antes de comenzar las obras, el Ayuntamiento se reúne con estos autoconstructores para diseñar un plan de construcción y determinar qué tipo de materiales necesita. Esos materiales son cedidos por el consistorio. Y se consiguen “con convenios con la Junta de Andalucía” y con fondos para “obras del PER” (Plan de Empleo Rural).

Albañiles gratis

Sin embargo, pese a disponer de terreno y materiales gratuitos, el “autoconstructor” necesita mano de obra. Y ahí vuelve a entrar de nuevo Sánchez Gordillo. “Le cedemos gratuitamente varios albañiles (a sueldo público) para que dirijan las obras” señala el ayuntamiento.

La legislación de urbanismo exige que el plan de construcción esté acompañado de un proyecto técnico, firmado por arquitectos, que certifique que el proceso se realice en condiciones.

Los arquitectos también son gratuitos (pagados por el Ayuntamiento), y Sánchez Gordillo permite que los autoconstructores se reúnan con los arquitectos para “rectificar o modificar aquellas cosas que mejoren sus viviendas”. Para que las adapten a sus necesidades.

El modelo básico de vivienda consta de dos plantas, en las que se distribuyen 3 habitaciones, baño y cocina. Cada casa, adosada a la de otros vecinos, tiene un patio de cien metros cuadrados. Este espacio está pensado para permitir futuras ampliaciones del domicilio.

Hipotecas de 15 euros

La construcción es gratis. Pero el usufructo de la vivienda tiene un coste mensual. Una especie de hipoteca-cuota con la que aportan fondos a otros planes sociales del ayuntamiento. El coste de esta “hipoteca” la fijan por acuerdo los autoconstructores. Ronda los quince euros mensuales. Eso sí, se calcula el tiempo que ha invertido el vecino construyendo su vivienda y se le devuelve en forma de “salario inducido”.

Mientras, el municipio se mantiene laboralmente mediante cooperativas y empleos públicos, ya que el sector privado es prácticamente inexistente. “El derecho a la vivienda es incluso más vital que el derecho al trabajo porque es tener o no tener un lugar donde al menos poder aguantar la dureza de la que siempre son víctimas los empobrecidos”, advierte el ayuntamiento.