Mascarillas

¿Seguro que limpias la mascarilla correctamente?

¿Seguro que limpias la mascarilla correctamente?
¿Seguro que limpias la mascarilla correctamente?

Puesto que la mascarilla se ha vuelto un nuevo producto de necesidad, todo el mundo está tratando no solo de usarla lo mejor posible sino de conservarla bien para alargar su vida útil mientras todavía puede desempeñar correctamente su función: protegernos gracias a su filtro. Aun así, como inevitablemente siempre ocurre con la mayoría de productos, se ha esparcido mucha información dudosa acerca de lo que sí es correcto hacer a la hora de lavar y desinfectar la mascarilla. ¿Seguro que limpias la mascarilla correctamente?

Algunas veces pensamos como correctas algunas técnicas que verdaderamente no deberían practicarse si queremos conservar el cubrebocas en buen estado.

Así pues, despejamos cualquier duda sobre la manera adecuada de desinfectar una mascarilla tanto para ahorrar dinero desechando una que pueda ser lavada como para ahorrarnos preocupaciones e inseguridades acerca de si lo estamos haciendo bien y por tanto nos estamos protegiendo correctamente.

Tres maneras de desinfectar la mascarilla

Hay tres formas adecuadas de desinfectar una mascarilla, tal y como explica el Ministerio de Sanidad en las numerosas páginas que ha compartido acerca de este tema y que también incluyen información interesante sobre gel hidroalcohólico y consejos para lavarse las manos.

En primer lugar, para saber si limpias la mascarilla correctamente tenemos la opción de usar un programa de lavadora que esté entre los 60ºC y 90ºC de temperatura con nuestro detergente convencional; de esa forma conseguimos eliminar los posibles virus y la suciedad habitual que suele incrustarse tanto en la mascarilla como en la ropa que llevamos.

La segunda posibilidad en caso de no tener lavadora o no poder usarla, es sumergir la mascarilla en una mezcla de 1 litro de agua y 20 ml de lejía y dejarla 30 minutos para posteriormente lavarla con agua y jabón convencional. Este segundo paso se hace para eliminar los restos de lejía, que podrían ser muy negativos tanto para nuestra piel como para nuestro organismo si respiramos demasiado el tóxico olor de la lejía.

En tercer lugar, lo que podemos hacer en caso de solo contar con desinfectante, es rociar la mascarilla con este producto y luego aclararla con agua y jabón también para eliminar los restos químicos del desinfectante. Aun así, el método más aceptado y que asegura que la mascarilla durará más tiempo limpia y útil, es el primero.

Lo que también hay que tener en cuenta usemos la técnica que usemos, es que siempre debemos dejar secar la mascarilla en un lugar donde le de el sol pero no pueda contaminarse.

Siguiendo estos consejos, aseguras un buen cuidado de tu mascarilla que, al durar más tiempo limpia, te ahorrará la compra prematura de nuevos cubrebocas.

 

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