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Bomba atómica

Irán reanuda su plan de enriquecimiento de uranio y viola el acuerdo nuclear de 2015

El régimen de los ayatolas inicia los procedimientos para enriquecer uranio al 20% en su planta de Fordo

El uranio enriquecido al 20% no se puede utilizar con fines militares

El Gobierno de Irán ha anunciado este lunes el inicio de los procedimientos para enriquecer uranio al 20 por ciento en las instalaciones de Fordo, situadas en los alrededores de la ciudad de Qom, lo que supone una violación del acuerdo nuclear firmado en 2015.

La medida es una nueva violación del citado acuerdo nuclear, que no permite el enriquecimiento a tales niveles. El uranio enriquecido al 20% no se puede utilizar con fines militares, pero es un paso más hacia el enriquecimiento del 90% necesario para construir una bomba nuclear.

La semana pasada, Irán notificó a la Agencia Internacional de Energía Atómica de sus planes para reiniciar la producción de uranio enriquecido al 20%.

Hoy lunes, el portavoz del Ejecutivo, Alí Rabiei, ha detallado que la inyección de gas en las centrifugadoras arrancó «hace unas horas», tras una orden en este sentido firmada por el presidente iraní, Hasán Rohani. Asimismo, ha recalcado que Teherán ha notificado del proceso a la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA).

La decisión llega después de que el Parlamento aprobara en diciembre un proyecto de ley que obliga a la Organización de la Energía Atómica de Irán (OAEI) a producir anualmente al menos 120 kilogramos de uranio enriquecido al 20 por ciento, en respuesta a la salida de Estados Unidos del acuerdo en 2018 y la falta de compensaciones por parte del resto de firmantes.

En este sentido, Rabiei ha manifestado que la postura del Gobierno sobre este asunto es conocida y ha hecho hincapié en que el Ejecutivo debe cumplir con la legislación, tal y como ha recogido la agencia iraní de noticias IRNA.

Sin embargo, el propio Rohani destacó en diciembre que la ley aprobada por el Parlamento «no es inteligente» y advirtió de que podría dañar las relaciones con la AIEA y dificultar unas posibles conversaciones con Estados Unidos tras la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca el 20 de enero.

Por su parte, el portavoz del Ministerio de Exteriores de Irán, Said Jatibzadé, ha reiterado que el programa de misiles balísticos del país no será sometido a negociaciones, antes de incidir en que este punto está cerrado con el acuerdo de 2015, según la agencia iraní de noticias Tasnim.

«No ha habido, está habiendo ni habrá ninguna negociación sobre las capacidades defensivas de Irán», ha manifestado Jatibzadé, quien ha dicho que «el asunto de los misiles es una discusión secundaria». «Básicamente no renegociamos ninguna parte de algo que ya fue negociado en el acuerdo nuclear», ha zanjado.

La respuesta israelí

El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ha sido el primero en reaccionar al anuncio de Teherán al asegurar que «Israel no permitirá que Israel produzca armas nucleares». Para ello es necesario que el enriquecimiento de uranio alcance el 90 por ciento.

«La decisión de Irán de continuar la violación de sus compromisos, elevar el nivel de enriquecimiento de uranio y aumentar la capacidad industrial para enriquecer uranio bajo tierra no puede ser explicada sino como un cumplimiento de su intención de desarrollar un programa nuclear militar», ha dicho a través de su cuenta en la red social Twitter.

Irán ha anunciado hasta la fecha la retirada de sus compromisos sobre varios de los puntos del acuerdo nuclear en respuesta a la decisión de Estados Unidos de retirarse del mismo y reimponer sus sanciones unilaterales, lo que ha provocado el temor en el resto de firmantes de un posible colapso del pacto.

Las tensiones han aumentado a raíz del asesinato a finales de noviembre del científico Mohsen Fajrizadé, considerado el jefe del programa nuclear iraní, un suceso que Teherán ha achacado a Israel, que no se ha pronunciado sobre estas acusaciones.

Sin embargo, las autoridades iraníes han expresado el deseo de que Biden, vicepresidente de Barack Obama en el momento de la firma del acuerdo, pueda impulsar la vuelta de Washington al pacto y la retirada de las sanciones, consideradas por Teherán como condición indispensable para un cumplimiento total de las cláusulas por parte de Irán.