Viajes

Pilsen, una ciudad ligada a una cerveza

Ya hemos hablado de cómo la gastronomía mueve a los viajeros. Los manjares de otras tierras son motivo suficiente como para desplazarse a conocerlas. Algo así ocurre con Pilsen, protagonista de este artículo. Una ciudad checa ligada a un tipo de cerveza desde que en 1842 la Fábrica de Cerveza Burguesa (en la actualidad Pilsner Urquell) elaborara una de sabor y color únicos. Seguramente entonces no pensaban que el nombre de la ciudad iba a ser conocido más que por sus monumentos por este dorado líquido.

El nacimiento de la cerveza lager se debe a esta fábrica. Por lo tanto, Pilsen es la meca de la cerveza para sus amantes. De hecho, la propia entrada a la fábrica es el arco que está en las botellas de Pilsner Urquell.

El punto de partida para la visita a esta «ciudad subterránea» de Pilsen empieza en el Museo de la Cerveza. Allí, el viajero compra las entradas y le espera el guía. La visita se inicia en la Bodega de Hielo, que como su nombre indica servía para almacenar el agua congelada. Esta ciudad subterránea está conformada en torno a un recorrido casi laberíntico de 20 Km. de pasillos, sótanos y pozos del siglo XIV. Todos ellos sirven para almacenamiento de barriles de cerveza y comida. Y puede que en otros tiempos también como ruta de escape frente algún ataque invasor.

Más Pilsen

La Torre de Agua es el edificio mejor conservado y destaca por ser del tipo Bohemia (zona donde se halla la ciudad). Además, el visitante podrá ver los restos de una máquina de bombeo, cámaras de columnas de agua, la réplica de una noria… La excursión dura aproximadamente unos 50 minutos. El recorrido termina donde empezó, en el Museo de la Cerveza. Al final del mismo, a los mayores de 18 años les dan un bono de cerveza para tomar una Pilsner Urquell. Como no podía ser de otra manera.