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La Alpujarra presume del pueblo más encantador: calles serpenteadas por un riachuelo y casas de inmaculado blanco

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

La Alpujarra Granadina, una zona de significativa relevancia histórica situada en el interior de la provincia de Granada, comprende un conjunto de 25 municipios. Su peculiar y accidentado terreno se origina por su posición en la vertiente sur de Sierra Nevada.

Los pueblos de la Alpujarra se distinguen por su singular estilo arquitectónico, el cual incluye viviendas de fachadas blancas y tejados planos que se distribuyen en cascada sobre las pendientes montañosas. Estas edificaciones, diseñadas para ajustarse al clima local, conforman un laberinto de calles angostas y tortuosas que proporcionan un encanto particular a la región.

Pampaneira, el pueblo más auténtico de la Alpujarra

Pampaneira se encuentra en el Barranco de Poqueira, habitado en el pasado por los moriscos musulmanes tras la rendición de Granada en 1492, hasta su expulsión definitiva en 1609. De aquella época han perdurado numerosas tradiciones y construcciones características, como las casas encaladas con chimeneas, techos planos o terrazas, así como los tinaos, una suerte de porches o soportales.

Historia

El origen del nombre de Pampaneira ha sido objeto de debate a lo largo del tiempo, alimentando diversas teorías sobre su procedencia. Una de ellas sugiere su relación con el gallego, debido a la repoblación de la zona con colonos del norte de la península tras la expulsión de los moriscos en el siglo XVII.

Sin embargo, la comarca tiene una historia rica y compleja que se remonta a la época de la conquista de Granada, cuando sirvió como refugio para los nazaríes durante la Rebelión de las Alpujarras bajo el reinado de Felipe II.

Aunque la expulsión de los moriscos dejó la zona deshabitada, la llegada de colonos de Castilla, muchos de ellos provenientes de Galicia, marcó un nuevo capítulo en la historia de Pampaneira.  A pesar de estas influencias más recientes, la historia de Pampaneira se remonta a tiempos antiguos, desde la época íbera y romana. Su nombre, derivado del latín «Pampinarius», hace referencia a las hojas de parra y las vides que han sido una parte integral de la región desde tiempos inmemoriales.

Lugares de interés

En Pampaneira, uno de los pueblos más encantadores de la Alpujarra granadina, hay una variedad de lugares que merece la pena descubrir. A pesar de su pequeño destino, este destino andaluz ofrece una experiencia pintoresca que combina la historia, la cultura y la gastronomía local.

La Plaza de la Libertad, situada en el corazón de Pampaneira, es el epicentro de la actividad local. Rodeada de tiendas de artesanía y restaurantes, alberga la Iglesia de la Santa Cruz y la Fuente de San Antonio, dos destacados hitos históricos del pueblo.

La Iglesia de la Santa Cruz, una construcción barroca del siglo XVI, cautiva con su elegancia arquitectónica y sus retablos de madera que datan de los siglos XVII y XVIII. En contraste, la Fuente de San Antonio, conocida como «Chumpaneira», cuenta con una leyenda local que promete un amor duradero a aquellos que beben de sus aguas.

El lavadero, ubicado cerca de la Fuente del Cerrillo, es otro punto de interés que ofrece una visión de la vida cotidiana en tiempos pasados, donde las mujeres del pueblo solían lavar la ropa con el agua cristalina de Sierra Nevada.

Perderse por las calles de Pampaneira revela una variedad de tesoros ocultos, como la Calle Águila con sus tiendas de artesanía, la Calle Real con sus tinaos floridos y vistas panorámicas desde la parte alta del pueblo, y la coqueta Calle Partidero, salpicada de flores y tinaos.

La Fábrica de Chocolate es una visita obligada. Aquí, el aroma tentador del chocolate artesanal envuelve los sentidos, ofreciendo una selección de delicias que van desde el chocolate blanco hasta el negro, con nueces o almendras.

Soportújar, «el pueblo de las brujas»

En el pintoresco pueblo de Soportújar, situado en la Alpujarra Alta y conocido como el «pueblo de las brujas», la realidad parece entrelazarse con la fantasía. Con apenas 260 habitantes, quienes son apodados como «los brujos», el lugar alberga una serie de leyendas que han perdurado a lo largo del tiempo.

En la ascensión hacia el pueblo, se encuentra la enigmática Cueva del Ojo de la Bruja, un sitio que se dice que todo lo ve y que ha sido frecuentado por personajes misteriosos, convirtiéndolo en un lugar que algunos prefieren evitar. Una peculiar cabeza gigante de Baba Yaga, la temida hechicera eslava, da la bienvenida a los visitantes, advirtiendo que este no es un lugar corriente.

La casa de Baba Yaga, con sus características patas de gallina, se oculta en un recóndito rincón del pueblo, en el camino hacia la Era del Aquelarre, un lugar rodeado de misterio y magia. Antes de llegar allí, se pasa por el mirador del Embrujo, donde se dice que las brujas preparan sus pócimas en un antiguo caldero, añadiendo un toque de enigma al paisaje encantado de Soportújar.