‘Pesadilla en la cocina’ consigue reflotar el restaurante de una familia al borde del desahucio

Esta semana el chef Alberto Chicote se ha encontrado un gran reto al que hacer frente en ‘Pesadilla en la cocina’. El Restaurante El Rosal, regentado por Carmen y Pedro en Córdoba, era un sitio con mucho potencial pero desaprovechado por sus dueños. La comida y la mala relación entre Carmen, Pedro y su hija, Mari Carmen, camarera del local, no era lo único que se ha encontrado Chicote en su visita a tierras cordobesas.

Y es que el miedo por un posible desahucio a la familia, era un problema latente que se hacía notar en la forma de trabajar en El Rosal. Chicote ha valorado la cocina del restaurante, y no ha sido demasiado malo con los dueños. Pero si que ha notado desde el principio la mala relación entre todos los miembros de la familia. Mala organización y malos modos ha sido la tónica general en la primera parte del programa. «Tenéis un máster en como desorganizar un restaurante en 10 minutos» ha sido la valoración tras el servicio presenciado por Chicote en ‘Pesadilla en la cocina’.

La mala relación entre Carmen y su marido e hija la hemos podido ver reflejada cuando Carmen ha estallado y ha tenido que salir del local a tomar el aire. «Mi hija lleva dos meses sin hablarme y cuando lo hace es para llamarme hija de puta y zorra» ha estallado Carmen. Chicote ha decidido tomar las riendas de El Rosal haciendo ver a sus propietarios que si no quieren ser desahuciados deben limar asperezas y empezar a trabajar.

Así pues el cambio ha llegado a El Rosal de Córdoba. Lo primero que ha hecho el chef es poner rosales por todo el local, haciendo gala del nombre y cubriendo una carencia con la que antes no disfrutaba. Ha arreglado la carta, pero manteniendo la esencia de la comida el local y ha mejorado el mobiliario. En este servicio definitivo en ‘Pesadilla en la cocina’ los trabajadores han disfrutado de un buen servicio, y Chicote los ha felicitado, deseando suerte a todos.

Pedro, el propietario no ha podido estar más agradecido por la ayuda del chef, «me ha salvado la vida» ha concluido el dueño de El Rosal que espera que en esta nueva etapa todo vaya mejor para él y su familia.